11. Decepciones

11 1 1
                                    

Tantas cosas en el mundo, ¿Para terminar en este aprieto?


¿Qué hacía tan especial esa piedra, como para regresar a Sei?


Tantas preguntas... Pero pocas respuestas... debía pensar muy bien mi siguiente movimiento, si quería traer a mi hermano de vuelta. De verdad que ahora se me estaba complicando a un más que nunca y teniendo tantas emociones por los efectos de embarazo. ¡No! Ayudaban para nada.


Respire profundamente, cuando sentí mi corazón palpitar fuertemente. Incluso los latidos comenzaron a llegar en mis oídos y todo empezó a darme vueltas. Mi estómago comenzó a retorcerse y tuve unas inmensas ganas de vomitar que incluso, Noiz al notar mi estado, salió del auto para agarrarme. Desactivando su traje en cuanto bajo por mi.

- ¿Aoba? ¿Que pasa? ¿que tienes? - contestó Noiz muy alarmado por mi estado. Tal parecía que tenía intenciones de desmayarme en cualquier momento y eso hice.

Todo a mi alrededor se nublo, y mis cinco sentidos desaparecieron por unos instantes. Lo último que escuche fue la voz de Noiz llamándome y al fondo una voz que conocía perfectamente, también pronunciando mi nombre.


" Mink... no le hagas nada... por favor "

Dentro de mi ser, sabía que era Mink llamándome. Solo suplicaba que no le echará la culpa de mi estado a Noiz.


No se cuanto tiempo pasó, pero para cuando me desperté, yo ya estaba de vuelta en mi habitación, completamente envuelto en mis sábanas y cuando tenía intenciones de levantarme, una voz a mi lado, me hizo sentir mucho alivio.

- Aoba... debes descansar.. aún sigues muy delicado - la voz de Mink fue un abrazo para mi alma. Escuchar su tono y saber que estaba preocupado por mi, me hizo muy feliz.

Lo conozco y sé que se quedó conmigo toda la noche y muy angustiado por no saber lo que me pasaba. Apostaba todo el dinero del mundo, a que había estado rezando por mi salud toda la noche y no despegarse de mi lado hasta que despertará. Porque se que así es el.

- Estoy bien Mink, en serio... donde... ¿Donde esta Noiz? -


- ... -


- Mink... dime qué no le hiciste nada -


- Esta bien, lo mantuve al tanto de tu estado, pero no deje que por ningún motivo entrará. Solo Tae-san y yo te hemos cuidado. Al menos hasta que recuperarás la conciencia -


- Ya veo... que alivió -

- Aoba... -


- ¿Si? -


- Estas... seguro de que no me estás ocultando nada... - sus palabras detuvieron mi mundo por un instante.


- N-no ¡Claro que no! Que te hace pensar eso -


Estúpido... ¡Estúpido! Porque le mientes, solo se que lo que estaba haciendo era exactamente una mala idea. Incluso mi pecho se sintió pesado y mi alma parecía estrujarse. Me dolía... en serio... pero por más que pensé, las palabras no salían de mi boca y mi vientre comenzó a sentirse raro una vez más.


- Aoba... -


- ¡Es la verdad! No te oculto nada, solo estoy un poco enfermo, es todo -


- Mmm... - Mink me miro con expresión fruncida.


¡Lo sabia! ¡Pero quién se lo dijo! ¿Mi abuela le habrá dicho todo? ¿Qué debía decir ahora? ¿Que si le estaba mintiendo?


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un nuevo comienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora