Se limitó a saludar a Quackity con la cabeza y señaló el menú. "¿Cuál es tu favorito?", preguntó.
Quackity hizo una mueca pensativa, se mordió el labio y frunció el ceño. Wlbur quería extender la mano y alisar las pequeñas arrugas entre sus cejas co...
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Si la semana pasada le hubieras dicho a Quackity que prácticamente se iba a follar a Wilbur contra la puerta de su apartamento, no te lo habría creído. Bueno, tal vez una parte enferma de él, la parte que soñaba con eso, la parte que se conmovía al oír el nombre de Wilbur, tal vez esa parte te lo hubiera creído.
Pero aun así se habría reído en tu cara, excepto que eso era lo que estaba sucediendo ahora.
En el momento en que la puerta del apartamento se cerró detrás de Wilbur, Quackity lo acorraló contra ella, con una mano sujetándolo por la cadera y con la otra en su cabello.
Sí, a Quackity le gustaba mucho el cabello de Wilbur. Enredó sus dedos en él mientras se besaban y tiraban, tirando de su cabeza hacia atrás, dejando un espacio perfecto para que Quackity lo besara a lo largo de la mandíbula. Y eso fue exactamente lo que hizo, era imposible resistirse.
—Joder, estás buenísimo —dijo arrastrando las palabras, sintiéndose prácticamente mareado por la forma en que Wilbur lo miraba. Estaba ligeramente sonrojado, sus labios entreabiertos y ya se estaban hinchando. Sus colmillos falsos de vampiro le hacían cosas a Quackity que no quería desvelar en ese momento.
Wilbur debió haber respondido, pero a Quackity no le importó porque estaba concentrado en el sabor de la boca de Wilbur. Su piel olía a canela y él sabía a sangre. Pero no de una manera extraña, sino de una manera picante.
