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Después del almuerzo no quería entrar a clases así que decidí quedarme un rato afuera en las canchas de fútbol.
Excelente, ahora la zorra hablando con mi novio pero que conveniente, algo alcanzaba a escuchar.

-Pero David... Déjame ir a tu casa hoy...

-No estúpida, ¿Acaso no entiendes?, no quiero nada contigo, se acabó. Adiós.

-Está bien estúpido, como le dirás a tu noviecita lo sucedido ¿ah?.-dijo zorra.

Lo bueno es que ninguno podía verme, era de esperarse si David es muy apuesto y ella es una zorra que gracias a dios no le ha dado sida, aún no puedo creer que me haya hecho eso, cuándo, cómo porqué, de verdad lo amo y sabía que algo ocultaba. Me quedé una hora afuera de clases, esta haciendo mucho calor así que decidí ir a nadar un rato, quería olvidarme de todo por un rato.

-¡Vamos estúpidas! ¡Mi madre nada mejor que ustedes!-. La entrenadora de natación es un ogro, ojalá no note que estoy aquí.

Después de las horribles clases de natación, me fui a cambiar, pero no encontraba ningún traje de baño en mi bolso siempre lo llevaba conmigo pero justo hoy no fue así...tendré que nadar con ropa interior.

-Ok...no creo que esté muy helada-. Pensé, así que sin más dejé de pensar y me lancé, sentía como el agua helada recorría mi cuerpo.

Nadar es una de las cosas que más me desquitaba. Llegando al otro extremo vi una sombra peculiar, no quise acercarme así que me alejé, al otro extremo me di cuenta de que ya no estaba, observé todo el lugar y escuché ruidos de los camarines. Se que sonará tonto pero me escondí en una orilla y entonces alguien viene corriendo y se lanza, era un hombre.

-¿Hola?-. Dije muy extrañada.

-Hola, perdón si te asuste.
Dios era el chico del almuerzo , si que era guapo, salió del agua de una forma tan sexy que me dio un escalofrío por todo el cuerpo, de verdad era muy lindo, su abdomen mojado al igual que su cabello castaño claro, noté que también estaba sin traje de baño, no pude evitar morderme el labio.

-No te disculpes, no me asustaste-. Dije un poco coqueta se podría decir.

-Me llamo Cristopher... Cristopher Foster.

Al escuchar su apellido me dio una jaqueca horrible, empece ver imagines sin sentido. Notó mi cara de dolor y fue a ayudarme, su tacto, aunque fuera en el agua era diferente, sentía algo diferente.

-Estoy...bien, gracias-. Estaba muy nerviosa, ¿Que fue eso?.

-Oh que torpe, me llamo Amanda Fox-.

-Un placer... ¿estas segura de que te sientes bien?, te llevo a enfermería.

-No, estoy bien, no es nada... ¿Porqué estas en ropa interior?.-dije cambiando de tema.

-Tu también lo estás.- dijo observándome, haciendo que me pusiera como un tomate.

-Yo pregunté primero.

-Pues solo me lance, tenía calor nada más, ¿satisfecha?.-dijo aun mirándome seductoramente.

-Excelente, pensé que eras un nudista cualquiera.- dije bromeando. Entonces se me acercó lentamente, no estaba nerviosa, pero me agarró de la cintura, sentirlo era lo mejor del mundo.

-Eres linda, creo que te he visto en otro lugar.

-Pues yo no te he visto nunca.- dije soltándome de su agarre.

Decidí nadar hasta la escalera de la piscina pero faltaban treinta minutos para salir de esta estúpida escuela. Al darme vuelta él ya no estaba, a que raro, no se escuchó agua cuando el debió salir.

¿Real?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora