Diez días.

27 1 0
                                    

Hay cosas que siempre me van a recordar que podemos sentir algo más...
Hay cosas que, por mucho que lo ames. Sólo podrás pensar en mí... Jamás en nadie más.
Porque soy capaz de escribir historias en tus cuadernos aunque no quieras tinta de mis bolígrafos.
Porque tal vez seamos tan sólo dos almas gemelas; pero siempre en corazones separados.
Tal vez el destino juegue con nosotros, o el tiempo esté llegando tarde.
Tal vez llegué impuntual o demasiado antes...
No lo sé de cierto, pero lo supongo...
Lo que sí sé de cierto es que hay historias que; aunque nunca se escriben, siempre es interesante contar. Y más aún. Vivirlas.
Porque aunque ni tú, ni yo lo escribamos en un libro, podemos decir que nuestra historia sin historia tiene un nombre.
Un nombre con dudas, un nombre con mil y un errores y pruebas en un poco tiempo.
Porque me contaste de tus cicatrices y yo te conté de las mías.
Porque ambos estuvimos dispuestos a vivir junto a ellas...
Junto a las promesas de para siempre que duran diez días, o diez años, o diez horas, o diez minutos. Junto a las dificultades de existir.
Porque vengo yo con ínfulas de poeta a llamar a esto de la forma más tonta que quizás se le llamó a una historia.
"La Historia Jamás Escrita De Tu Corazón Junto Al Mío... Antología De Cicatrices." O quizás. "Diez Días."
Pero el silencio taciturno de una noche de color dorado o plateado, donde sus palabras te suenen a vacío y te aburras de su cuerpo.
Pero cuando su voz te raspe en el corazón y corrompa tus oídos... Ahí es donde tal vez pases tu página.
Y quieras escribir esa historia que jamás escribimos.
Y tal vez aún quede tinta para escribirla, o tal vez ya no se pueda, o tal vez yo ya no quiera.
Porque puedes leer este poema hoy, y puede que sea para ti, y puede que en diez minutos ya no, o en diez días ya no.
Y que al final quede esta historia como esos libros que lees y jamás vueles a ver. Y se empolve y se corrompa, y se vayan cayendo sus hojas.
Y algún día, dentro de diez años, o dos veces diez años, o dentro de diez minutos, o dos veces diez minutos, o en diez días. En ese sucesivo,
Algún día vas a desempolvar las páginas, y sonreirás porque verás páginas en blanco... De una historia que jamás escribimos...
Pero que te sabrás de memoria.
Porque resumido en diez días; tú y yo fuimos nuestros noviembres. Porque resumido en diez horas; no caben las palabras.
Y después de leerlo tú sabrás si escribes sobre mí, de mí o en mí aquella canción inconclusa y el te quiero que no dijiste.
Porque yo en diez días, en diez minutos, en diez horas o en diez años ya me habré olvidado de los recuerdos y recordado el olvido.
Y un día, en los diez veces diez minutos que dura un café y una tarde de lluvia, te recordaré en un poema. Y me levantaré de mi silla, le sonreiré a las gotas; tal vez suspire y cuente hasta diez; porque en diez días fuimos más de lo que con otros serás.
En diez días fuimos más que otros en diez años, diez horas. O dos veces diez años... En diez días escribimos historias que no se entienden.
Diez días para que lo entiendas, para que lo entienda. Y al final firmar cartas con un te quiero y un beso que se callará y no se dirá.
Porque en diez años, diez meses, diez días, diez horas o diez minutos, las cosas son pequeñas y los mundos tan grandes.
Que en estas próximas diez horas frente a estas diez copas quiero agradecerte por estos diez días de diez formas.
Para después encuadernarlo todo y volver a ser lo que en diez días antes no éramos. Y guardar el libro de esta historia que no escribimos...
En diez días...


Crónicas De Un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora