El camino a través de la tormenta

El viaje hacia el descenso

El telón de la noche cubrió cada rasgo del cielo de Nerima, Shampoo detuvo su bicicleta ella estaba cansada, el día fue largo, no era un trabajo pesado en si mismo pero estar todo el día repartiendo de aquí y allá la agotó. Quería llegar a casa darse un baño caliente y dormir.

Sin embargo eso no quitaba otros problemas que hacían su cuerpo tensarse y su mente estresar.
Aún ese pésimo recuerdo de aquel día en el terreno baldío y los golpes de la pelirroja. Lo recordaba como si fuera ayer.

En verdad fue una mala idea. Un pésimo plan, tenía que hacerlo consultado a la abuela ella tenía claro que debía hacer.

Se montó en su bicicleta y volvió al Neko-Hanten antes que se haga más tarde. Al llegar escucho a tres mujeres y la risa paranoica de una mujer ya conocida. Se quedó en la entrada tratando de no ser vista.

Las últimas palabras que prestó atención fueron las que hicieron eco en su cabeza una y otra vez.

“Ranma, estás embarazada”. Fue la voz de su abuela, ella dio la desastrosa noticia.

Se cubrió la boca para no emitir una palabra, al borde del llanto y lágrimas  se reprimió todo lo que pudo.

—No es posible… no es posible, no puede ser, no, no. — La joven china negaba la realidad y sostuvo su cabeza con ambas manos.
Necesitaba escapar, tomó su bicicleta y pedaleo con fuerza, sin mirar a donde iba dejaba que la velocidad aumentara. No le importaba donde ir nada más que desaparecer.

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¿Inglaterra o Estados unidos? No tenia idea de donde estaba, había cruzado una gran ciudad con rascacielos enormes, se preguntaba si alguna vez había pasado por ahí, encontraba algo familiar el lugar con calles enormes y gente de color, rubias y altas.

Después de cruzar la zona urbana llego a un bosque, se acercaba la noche siendo la hora de preparar el campamento. Ya establecida la noche mientras veía el fuego hervir su olla.
Las llamas rojas le hacían recordar el cabello de cierta niña.

Ranma su eterno rival, su amigo si lo pensaba un poco.
Recordaba a la niña de la coleta, más que una niña a una mujer que le entrego quizás su primera vez así como él le entrego su cuerpo.

Recordando con tristeza, ansiedad y algo de emoción aquella tarde después de que se acostaron. No era así como debía terminar, debió ser en una pelea como tenía que ser, no en… sexo.

Aunque tenía su mente entumecida tras la  adrenalina y la sorpresa, aún es capaz de sentir la sensación en su piel, la sensación de tener su cuerpo, empujando sus caderas hacia él, una y otra vez, sus besos, su aroma que entraba en fosas nasales, lo enloquecía, la calidez de su interior.

Cada noche que entraba en su tienda para dormir o cuando despertaba por las mañanas, ahí estaba ella. ¿Desde cuando se refería a él como ella?, ¿Desde cuándo ve a Ranma como mujer?
Claro, él podría negar en pensar en Ranma como un chico aún, sin embargo el tenía claro que dejó de ver a Ranma como chico el día  que fueron uno cuando estuvo en su forma femenina.

Además quería enojarse con Ranma, pero por alguna razón le es incapaz, consciente que fue culpa de Shampoo. Quería culpar Ranma por pensar cada día en ella. Pero sentía que perdía fuerzas solo intentar querer enojarse.

Sin embargo tampoco podía deprimirse, mas bien se sentía ansioso, incluso con ganas de verla. Y le molestaba no sabia porque. Todos sus problemas estaban alrededor de la molesta niña pelirroja.