Sendero Nebuloso

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N.a: resubido por estos 'lares'.


En el techo de las casa del dojo Tendo dos jóvenes recostados tomados de las manos miraban las estrellas del cielo nocturno.

—Ranma, te amo. —La oscuridad de la noche impedía ver el rubor en sus mejillas. Ahora era capaz de decirlo sin problemas, ya no estaban las ataduras y la vergüenza que estaban en el pasado. Ahora era consciente de su amor por Ranma, Akane definitivamente estaba lista para dar el siguiente paso, uno que podría durar toda la vida.

—También te amo kane-chan. —El era otro dando el siguiente paso, amaba a la niña Tendo más que a nadie en el mundo, incluso más a que su madre. Podría dar su vida con tal de protegerla y eso lo demostró más de una vez.

El joven de la trenza enderezo su espalda y se sentó, hurgo entre su bolsillo donde albergaba una pequeña caja. Akane trataba de ver a pesar de lo oscuridad, pero por algunos rayos de luz provenientes de la calle podía notar que se trataba de algo pequeño.

—Akane yo… esto, quería saber… si. —Aunque sabía que la niña lo amaba no estaba seguro si le respondería. Estaba muy nervioso.

Akane lo supo de inmediato. Una corazonada muy alta de lo que su prometido le diría, su mente era un caos y su corazón comenzó a latir muy rápido aun así espero paciente a que Ranma terminara de hablar.

—Esto veras, ahorre dinero durante un tiempo y compre algo. —Ranma abrió la caja pero los traidores rayos de luz hicieron notar por el reflejo dejándose ver un anillo.

— ¿Akane Tendo a-aceparías c-casarte conmigo?—Lo dijo, pudo decir a pesar del nerviosismo, pudo decir aquellas ansiadas palabras pues hace un buen tiempo había querido clamar.

—Ranma Saotome, acepto ser tu esposa. — Lo dijo con una sonrisa con aquellas palabras formales pero dulces salieron de lo más profundo de su corazón. Desde que su relación se había fortalecido y se anunciaron formalmente como una pareja la peli azul tenía el anhelo de escuchar a Ranma pedirle matrimonio.

—Sabes, no debiste comprar nada. De todas formas nos casaremos. —Le dijo Akane.

—Lo sé, pero quiera que fuera un poco mas especial, ya sabes…— Hablo el chico pelinegro, Akane lo sabía en este mismo momento intuía a Ranma avergonzado. Amaba estas facetas que no le mostraba a nadie más, esas pequeñas ocasiones en los que era realmente dulce. Se sentía privilegiada de ser la única receptora del amor de Ranma.

El viento nocturno algo freso en aquellas noches de verano el cual soplaba de manera suave. Akane so froto los brazos desnudos al sentir el frio en ellos. Ranma noto mediante el contorno de su prometida gracias la débil luz de las calles.  

—Deberíamos entrar, probablemente te puedas refriar. —Hablo en un tono preocupado.

—No quiero, seguro nos molestaran una vez que entremos y nuestros padres quieran sacar el confeti y celebrar con sake. —Su voz demostraba molestia, pero tampoco es como si fuera algo malo, ver a todos contentos por su futura boda es algo que le hacía sentir feliz. Luego la peli azul se acerca hacia su prometido recostándose en su hombro, cambiando su tono de voz a uno más suave, diciéndole. —Solo quiero estar así contigo unos minutos más.

El joven Saotome, ni tonto ni perezoso se levanto de tal manera que sorprendió a la niña y de esa forma se posiciono y sentó detrás de Akane, acercando la espalda de la niña a su regazo y dejando la cabeza de la peli azul debajo su barbilla. Luego abrazándola con firmeza pero a la vez siendo delicado. Estremeciendo y maravillando a Akane, a la vez complaciéndola por la sutileza y protección de su tierno prometido.

El camino a través de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora