Capítulo 3: El inicio de todo

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**Dos semanas antes

—Joven Jisung, al menos podría fingir algo de interés en la materia —dijo el profesor, deteniéndose justo delante de su mesa, con los libros de didáctica apilados en un gesto de paciencia agotada.

Jisung, sobresaltado, se limpió torpemente el rastro de babas de la comisura de sus labios, sintiendo el rubor subiendo rápidamente a sus mejillas. Murmuró un disculpa avergonzado, sabiendo que esta era la cuarta vez en lo que iba del mes que lo encontraban dormido en clase.

No es que no le interesara la asignatura, pero entre las largas horas de voluntariado en el hospital infantil, su trabajo a medio tiempo en la tienda de conveniencia y la cantidad abrumadora de tareas y trabajos finales que le exigía la universidad, apenas le quedaba tiempo para descansar. Su rutina lo estaba destrozando, pero no podía permitirse abandonar ninguna de esas responsabilidades. Su familia dependía de él, y con los gastos acumulándose cada mes, su situación financiera no dejaba mucho espacio para el lujo de tomar un respiro.

El profesor suspiró y, con unos golpes en la mesa, anunció el fin de la clase.

Jisung recogió lentamente sus cosas, todavía sintiéndose adormilado, pero sabía que no tenía tiempo para perder. Miró su reloj: tenía apenas unos minutos para llegar al hospital a tiempo para su turno de voluntariado. Se ajustó la mochila al hombro y salió apresurado del aula, con la cabeza llena de listas de cosas por hacer.

Al caminar por los pasillos, Jisung se encontró con Changbin, uno de sus pocos amigos en la universidad. Changbin estudiaba criminología, siempre haciendo bromas de lo irónico que era teniendo en cuenta la naturaleza peligrosa de su vida fuera de los libros. A pesar de todo, siempre se las ingeniaba para mantener el equilibrio entre el estudio y sus trabajos menos... convencionales.

—¡Jisung! —lo llamó desde el otro extremo del pasillo—. ¿Ya te vas al hospital otra vez?

Jisung sonrió débilmente, deteniéndose un momento. Changbin tenía esa manera relajada y carismática de ser que siempre lograba sacarle una sonrisa, incluso en sus días más agotadores.

—Sí... ya sabes, entre esto y la tienda, no tengo mucho tiempo para respirar —respondió Jisung, frotándose la nuca.

—Deberías tomarte un descanso, amigo. Te ves como un zombie. —Changbin lo miró con una ceja levantada, aunque había una preocupación genuina en su voz—. No puedes seguir así para siempre.

Jisung negó con la cabeza.

—Mis padres están haciendo lo mejor que pueden, pero apenas llegamos a fin de mes. No puedo dejar el trabajo. Además, el voluntariado en el hospital... me gusta. Es lo único que me hace sentir útil últimamente.

Changbin asintió en silencio, entendiendo la carga que su amigo llevaba, aunque él mismo no tenía las mismas preocupaciones económicas. Aunque bromeaba sobre sus trabajos "extraños", sabía que Jisung tenía que luchar de una manera distinta.

—Bueno, si alguna vez necesitas que alguien te cubra o simplemente un respiro... me avisas. Tengo algunos contactos que podrían ofrecerte algo mejor que la tienda de conveniencia. —Le dio una palmada en el hombro—. Y si necesitas hablar, ya sabes dónde encontrarme.

Jisung le dio una sonrisa de agradecimiento antes de apresurarse a salir del campus. Mientras caminaba hacia el hospital, su mente divagaba sobre las palabras de Changbin. A veces, fantaseaba con encontrar una salida fácil de su situación. Tal vez un trabajo mejor remunerado o alguna ayuda inesperada, pero en realidad sabía que esas cosas no llegaban tan fácil.

Una vez en el hospital, Jisung cruzó el vestíbulo y se dirigió a la sala de descanso del personal sanitario. Saludó educadamente a las enfermeras que pasaban por allí, siempre agradecido por el ambiente cálido que encontraba en este lugar a pesar de lo abrumador que podía ser. Dejó su mochila en su taquilla asignada y se giró justo a tiempo para escuchar una risa que conocía demasiado bien.

Felix, acompañado por otro enfermero, entraba a la sala con una sonrisa brillante en su rostro. El mayor irradiaba una calidez que siempre hacía que Jisung se sintiera más ligero, como si la carga que llevaba en los hombros fuera un poco más fácil de soportar.

—¡Jisung! No me has avisado que ya estabas aquí. Si lo hubieras hecho, te habría traído la comida antes —dijo Felix, acercándose rápidamente a él.

Antes de que pudiera responder, Felix lo envolvió en un abrazo cálido, apretándolo contra su cuerpo de manera paternal. Jisung no pudo evitar relajarse un poco, incluso riéndose cuando el mayor empezó a revolverle el cabello con cariño.

—Lo siento, hyung, llegué corriendo —dijo Jisung entre risas—. Apenas tengo tiempo para respirar.

Felix lo soltó, aún sonriendo.

—Ya me lo imagino. Estás trabajando demasiado, Jisung. Tienes que cuidarte más —le dijo, con ese tono protector que usaba siempre. A pesar de la diferencia de edad, Felix siempre había sido como un hermano mayor para él.

—Lo sé, lo sé... pero no tengo muchas opciones —respondió Jisung con un encogimiento de hombros. Su situación financiera no era un secreto para Felix, quien le había ofrecido ayuda en más de una ocasión, aunque Jisung siempre la rechazaba por orgullo.

—Bueno, por hoy al menos, yo me encargaré de que comas algo decente. —Felix le dio una sonrisa cómplice antes de volver a su trabajo.

El turno en el hospital pasó como un borrón, atendiendo a los niños, ayudando a las enfermeras con tareas menores, y hablando con los pacientes. Para Jisung, este trabajo voluntario era su pequeña escapatoria, un recordatorio de que aún había cosas buenas en el mundo. Aunque su vida fuera agotadora, ayudar a los demás le daba un propósito.

Cuando terminó su turno, ya casi entrada la tarde, Jisung se apresuró a llegar a su otro trabajo en la tienda de conveniencia. Sabía que le esperaban unas horas más de monotonía, escaneando productos y atendiendo a clientes. Pero, al menos, el cansancio le daba algo con lo que distraerse de sus preocupaciones.

El brillo de las luces de neón de la tienda llenaba la calle oscura mientras él se colocaba tras el mostrador, preparando mentalmente para la rutina de siempre. Fue entonces, mientras miraba distraídamente hacia afuera, que vio a alguien pasar. Un hombre alto, con un andar decidido y una expresión de enfado visible.

Jisung parpadeó, sintiéndose intrigado por el extraño. Había algo en su presencia, algo en la manera en la que caminaba, que lo dejó inquieto. El hombre pasó rápidamente frente a la tienda, pero Jisung no pudo evitar quedarse mirando su figura hasta que desapareció.

Algo le decía que esa no sería la última vez que vería a ese hombre.

Que os parece? Se van sumando mas miembros a lo largo de la historia

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Que os parece? Se van sumando mas miembros a lo largo de la historia.

Ya tenemos a changbin y felix en este capítulo ☺️

Quién será el hombre misterioso? 👀
Leo vuestras teorías en comentarios 💕 que tengáis un buen fin de semana.

Las faltas y errores de ortografía serán revisados una vez termine la historia completa.

Belong To You (1)//  Minsung 《Trilogía Belong》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora