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HIMARI'S POV 📍
DOS DIAS DESPUÉS bastaron para que nuestro equipo empiece a tener "misiones" ¿Porque las comillas? Pues...
—¿¡Cómo carajos cuenta como misión pasear perros!?.— Grito Keigo indignado.
—¡Cha! ¡Me siento ridícula paseando perros mientras los demás deben estar protegiendo gente importante!.— Le siguió Rose igual o más indignada.
—¿Pero que dicen? ¡Si esos perros fueron muy lindos con nosotros!.— Puse las manos en mis mejillas al recordar el hermoso cachorro que pasee anteriormente.
Ambos me voltearon a ver molestos.
—¿¡Lindos!? ¡¿Con nosotros?!.— Me gritaron en la cara completamente enojados.
—Pues... ¿Si?.— Respondí nerviosa.
—¡Amiga! ¡Se nos prendieron por las piernas esas bestias!.— Keigo señalo su pierna vendada.
—A mi uno no paraba de ladrarme ¡Hasta cuándo lo dejamos en su casa no paraba de ladrar!.— La rubia hizo gestos de desesperación.
Una gotita bajo por mi mejilla al ver que fui la única que no tuvo problemas con su perro.
—Pero si los animales son un amor.— Sonreí cuando un pajarito se poso en mi mano cuando termine de hablar.
Les sonreí a ambos, quienes me miraron como si estuviera loca hasta que los tres sentimos la presencia nuevamente de Akira-sensei.
¿Cuando se fue?.
El sensei puso sus dos manos en las cabezas de mis compañeros, sonriendo con diversión.
—¡Vamos! No fue para tanto, esos perros se portaron muy bien.— Sobo las cabezas de ambos para después soltarlos y reír.
—¿¡Usted también!?.— Gritaron indignados señalando al mayor.
—Que a ustedes les haya ido mal no significa que la misión haya fracasado ¿No Himari?.— Cuando pregunto lo último me miró divertido.
Yo reí feliz y respondí.
—¡Hai! ¡Los perritos son adorables!.— Chille sonrojandome.
¡Perritos pequeños y peludos! ෆ
—Algunos si lo son, ¡Pero esos eran demonios disfrazados de perros!.— Keigo me saco de mi ensoñación con su grito.
—Si, ni siquiera paraban de ladrarme.— La rubia se cruzó de brazos molesta.
—Dicen que entre perras se entienden.— Dijo burlón Keigo haciéndome reír a mi y a el sensei.
—¿¡Ah!? ¡¿Me llamaste perra?! ¡Ya verás!.— Rose empezo a perseguir a un asustado Keigo.
—¡Oi! ¡Esperenme!.— Y corrí detrás de ellos.
Por cierto si no lo dige, nos dirigimos hacia la torre del Hokage para reportar nuestra tonta misión.
