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Pasaron algunos días desde la última vez que Max y yo discutíamos sobre algo la última vez que paso fue por un malentendido sobre un lugar donde salí y llegué hasta tarde. Desde entonces, algo en él cambió. Su mirada, antes cálida y acogedora, ahora parecía distante, como si estuviera aquí, pero no del todo presente. Su cuerpo estaba junto a mí, pero su mente vagaba en algún lugar que no podía alcanzar.

Una tarde, mientras estábamos en el departamento, lo noté especialmente distraído. Estábamos viendo una película, pero Max no prestaba atención. Sus ojos estaban fijos en la pantalla, pero podía sentir que estaba a kilómetros de distancia. Decidí no presionarlo. Tal vez necesitaba su espacio, pero cada minuto que pasaba en silencio me hacía sentir más inquieto. El Max que conocía no era así. No era alguien que me dejara en la oscuridad de sus pensamientos.

—Maxie, ¿todo está bien? —pregunté finalmente, rompiendo el silencio incómodo.

Él suspiró, sin mirarme, y dejó de lado el control remoto con una especie de frustración contenida. Un escalofrío recorrió mi espalda, como si ya supiera lo que venía, aunque no estuviera preparado para escucharlo.

—¿Por qué me sigues preguntando eso? —respondió, su voz más fría de lo normal.

Me quedé en silencio, sorprendido por el tono que había usado. No era la primera vez que lo notaba así, pero ahora lo sentí más fuerte, más directo. Mi instinto me decía que algo no andaba bien, que había algo más detrás de sus palabras.

—Solo... me preocupo por ti —murmuré, tratando de mantener la calma—. Te noto distante, como si algo te estuviera molestando y no me lo quisieras decir.

Max soltó una risa amarga, una que jamás había escuchado antes.

—¿De verdad no te das cuenta? —dijo, finalmente girándose hacia mí. Su expresión era una mezcla de cansancio y frustración—. Estás encima de mí todo el tiempo, Checo. No me das espacio para respirar.

Sus palabras me golpearon como un balde de agua fría. Lo miré, tratando de procesar lo que acababa de decir. No esperaba escuchar eso de él, y mucho menos en ese tono. Mis manos temblaban un poco, pero traté de mantener la compostura.

—No.. no entiendo, Max —dije, en un intento de aclarar la situación—. Pensé que estábamos bien. Si algo te molesta, puedes decírmelo, pero esto...

—Eso es justo lo que te estoy diciendo —me interrumpió, levantándose del sofá y comenzando a caminar de un lado a otro, nervioso—. No estás bien. No estoy bien. Nosotros no estamos bien. Todo esto es demasiado para mí, Checo. Me siento atrapado.

Mi corazón se apretó en mi pecho. No sabía cómo responder, ni siquiera sabía cómo sentirme en ese momento. Durante todo este tiempo, había pensado que estábamos construyendo algo juntos, algo real, pero ahora él estaba ahí, diciéndome que no era suficiente.

—Max, yo... si es por el comentario de ayer —intenté hablar, pero las palabras no salían.

—No puedes seguir dependiendo tanto de mí, Checo —continuó, su voz subiendo de tono—. Es como si necesitaras que yo estuviera ahí todo el tiempo para que puedas estar bien. Y no puedo hacerlo. No soy esa persona indicada.

Su mirada era dura, pero había algo más detrás de esos ojos. Dolor, quizás, o tal vez culpa. Sin embargo, sus palabras ya estaban ahí, flotando en el aire como una nube oscura que se cernía sobre nosotros.

—¿Por qué estás diciendo esto? —pregunté, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a formarse en mis ojos—. No entiendo qué hice mal.

—No se trata de lo que hiciste —respondió, su tono bajando un poco, pero aún con esa tensión presente—. Se trata de lo que soy. Yo no soy bueno para ti, Checo. Te haré daño, y lo sabes. Siempre lo has sabido desde que te hice ir a esa estúpida boda, y tu solamente sigues aquí como si nada yo no no puedo amarte de esa forma- .

Negué con la cabeza, incapaz de aceptar lo que estaba escuchando. ¿Cómo podía decir eso después de todo lo que habíamos compartido? Todo lo que habíamos vivido juntos, las noches, las risas, los momentos en que pensé que éramos inseparables. Ahora me daba cuenta de que él ya estaba alejándose de mí, tal vez desde hacía más tiempo del que me había dado cuenta.

—Eso no es cierto —dije, mi voz quebrándose—. No tienes que ser perfecto, Max. Solo quiero estar contigo. No te voy a dejar.

—No lo entiendes —dijo, volviendo a mirarme con esa mezcla de tristeza y resignación—. No soy lo que necesitas. Te haré daño. Y lo mejor que puedo hacer es irme ahora, antes de que las cosas empeoren.

Sentí que el suelo se desmoronaba bajo mis pies. Las lágrimas ya corrían por mi rostro, y no podía detenerlas. Quería gritar, quería abrazarlo y hacerle ver que estaba equivocado, que no necesitaba alejarse. Pero algo en sus ojos me dijo que ya había tomado una decisión.

—Max... no puedo simplemente alejarme. No después de todo esto —murmuré, con la voz rota.

—Deberías hacerlo y olvidar todo lo que pasó entre nosotros- respondió él, su voz apenas un susurro
—Te lo estoy pidiendo, Checo. Aléjate de mí antes de que sea demasiado tarde-

No había nada más que decir. Me quedé ahí, inmóvil, mientras él se apartaba y salía de la habitación  dejándome solo en medio de la oscuridad.

Y en ese momento supe que, aunque físicamente seguía cerca, Max el Maxie que conocí  ya se había ido mucho antes.
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HOLAAAA como están? Pues miren me a mi si, actualize pronto JAJAJJAJA espero les guste y muchas gracias por leer nos vemos en la siguiente actualizacion los quiero
Adios🐨☆

Mi momento mas feliz...? ( Chestappen )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora