Capitulo 5: Eri-chan tiene una sorpresa

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Izuku estaba del otro lado de la calle a solo unos pasos de Katsuki, entonces, ¿Por qué se sentía como si en esa mínima distancia, existiera un muro interminable? donde por más que se esforzará en subir no fuera inevitable la caída, donde el suelo parecía estar hecho de arena fina por que sus pies solo se hundían, desesperados por alcanzar al rubio que solamente lo miraba con esa expresión melancólica, llena de dolor y conflicto que Izuku estaba tan ansioso por dejar de ver ¿Por qué no podía apartar la mirada? Entre más se enfocaba en esos ojos rubí, húmedos, más dificil era apartar la mirada y más difícil era adivinar si esa humedad era por la lluvia o algo más.

Se sentía un vacío en su pecho, como si su corazón no estuviera ahí latiendo a pasos acelerados, intentando por todos los medios que la sangre bombeara por su cuerpo. Le temblaban las piernas, de la misma forma en que lo habían hecho cuando toda la clase fue a buscarlo después de huir de la UA, cuando vio a Katsuki prácticamente volando hacia él.

De la misma forma, que habían temblado después de escuchar una disculpa que había necesitado escuchar por tanto tiempo, pero no era consciente de que tanto hasta que cayó sobre esos brazos húmedos, las gotas que adornaban el cabello de Katsuki como el rocio matutino caían sobre la cabeza de Izuku, y solo por una fracción de segundo pudo ver ese mismo conflicto lleno de dolor y culpa que ahora tenía el Katsuki frente a él.

Sus pensamientos se volvieron desordenados, igual que esa ocasión donde Katsuki lo visito en el hospital después de la guerra, lo había visto llorar por primera vez, algo que jamás pensó que fuera posible bajo el contexto de que el rubio era experto en mostrar esa cara dura y fría ante cualquier conflicto interno, sin mostrar su vulnerabilidad ante nadie.

Pero lo había hecho con Izuku, lo había hecho e Izuku no sabía por qué ese simple hecho hacia que su pecho se sintiera cálido.

Kacchan!

Cuando el otro se derrumbó sobre el pavimento, sus piernas avanzaron sin su permiso solo para después inclinarse a su lado, no sabía bien que hacer, como en las semanas anteriores no había encontrado la forma correcta de convivir con el rubio después de su regreso a Japón ¿Por qué de repente, todas sus interacciones lo ponían tan nervioso? Izuku se cuestionaba y sin darse cuenta, empezó a murmurar para si mismo después de llamarlo, desesperado, intentando encontrar una respuesta. Aunque, muy en el fondo parecía que ambos ya la tenían.

Dios ¿Cómo podía Kacchan, verse tan atractivo en ese momento?

Todo su traje estaba mojado, parte del mismo se desgarro solo un par de horas antes y respiraba de forma erratica. Sus ojos estaban prácticamente ocultos bajo esos párpados cansados, pero seguían siendo tan brillantes como siempre, ante eso quiso sonreír un poco pero enseguida, sus propios ojos viajaron hacia los labios entreabiertos del chico, lucían pálidos además de secos a pesar de tener tanta agua sobre ellos.

Se acercó un poco más, cuando vio que estos intentaban moverse para decir algo.

-D-Izuku
-¡Kacchan! ¿Puedes oírme?

Estaba gritando, a pesar de que lo podía escuchar perfectamente desde la distancia en la que estaban, fue en ese momento que la proximidad peligrosa que el propio Izuku impuso sobre ambos fue lo que le permitió divizar que esa húmedad, si eran lágrimas; colocó su diestra sobre una de las mejillas, helada, limpiando parte de ellas con el pulgar.

La fragilidad de Katsuki hizo que su estómago se cayera, que un temblor horrible le recorriera el cuerpo e inevitablemente comenzó a llorar junto a él. Sabia que él otro odiaba verlo llorar, las únicas veces que lo había visto recibió un regaño y en ocasiones cuando el rubio estaba de un humor más suave una ligera palmada en la espalda o un suave tacto sobre su cabello, despeinandolo.

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⏰ Última actualización: Oct 28 ⏰

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