Capítulo 2

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Al día siguiente me desperté temprano, me bañé, me arreglé y desayuné antes de que llegara Hoseok a recogerme.

Cuando Hoseok llegó, metió mi maleta en el maletero mientras yo cerraba mi casa con llave, Hoseok me abríó la puerta del copiloto para que me subiera, luego cerró la puerta y se subió al coche.

— ¿Listo para hacer el recorrido de una hora en menos de 30 minutos? —negué asustado, pero no le importó en absoluto y arrancó el coche a toda velocidad.

Tal como dijo, hicimos el recorrido en 30 minutos, al llegar, me pidieron mi identificación y revisaron mi maleta. Un perro policía olfateó el coche, después de todo el proceso de seguridad, me devolvieron mi maleta y mi identificación.

— Puede pasar. —Hoseok arrancó con una velocidad decente.

Pasábamos las casas, unas más lujosas que otras, pero ninguna carecía de lujos, los jardines estaban verdes y los niños corrían sin preocupaciones.

Los niños donde yo vivía sólo podían correr en el parque que era pequeño y los juegos estaban tan oxidados que nadie los ocupaba. Nos estacionamos frente a una mansión enorme, estaba tan perdido en mis pensamientos que ni siquiera ví la reja que pasamos.

En la puerta estaba una pareja muy elegante, había un rubio que era tan hermoso que hizo que bajará un poco mi autoestima. Su esposo es guapo y luce muy serio, ambos lucen muy jóvenes como para tener 5 hijos, supongo que solo son más grandes que yo por 4 años.

Hoseok se baja para abrirme la puerta, me bajo y nervioso, subimos los escalones que conducen a la puerta.

— Bienvenido señor Kim, mi nombre es Min Yoongi, y él es mi esposo, Min Jimin. —Hoseok me dijo que les envió mi currículum así que por eso saben mi nombre.

— Un placer conocerlos. —se escuchó una explosión en la parte de atrás de la casa, y juro que escuché al señor Jimin gruñir, pero no podíria estar seguro ya que más explosiones se escucharon y una señora corrió hacia nosotros con un maleta en la mano.

— Renuncio, esos mocosos malcriados que tiene por hijos han acabado con mi paciencia, y por cierto, están jugando con los fuegos artificiales. —me empujó ligeramente cuando pasó a mi lado.

— Ahí va la décima sexta niñera. —suspiró— Vamos a que conozca a los niños. —ambos se dieron la vuelta y entramos a la casa.

Llegamos al patio trasero y ví a 4 niños prendiendo fuego para encender los fuegos artificiales, también otro niño que parece ser el más pequeño viendo la maravillado los colores de los fuegos artificiales.

Los niños parecen tener más de 6 años y el niño parece de 5, todos parecen niños modelos de revista y definitivamente, se parecen a sus padres.

— Taehyun, Beomgyu, Yeonjun, Kai, dejen esos fuegos artificiales ya. —ordenó Yoongi.

— Pero a Soobin le gustan, los encendimos por él. —dijo uno de los niños, me daban demasiada ternura.

— Papi, ¿podemos encender uno más? —preguntó el pequeño Soobin, Jimin asintió y los niños encendieron uno más— Gracias papi. —el pequeño abrazó la pierna de su padre.

— Chicos, él será vuestro nuevo niñero, su nombre es Kim Taehyung, señor Kim, el es Taehyun de 10 años, Yeonjun de 7 años, Beomgyu y Kai como ya pudo notar, son mellizos desiguales y tienen 6 años y mi pequeño Soobin tiene 4 años. —Jimin me presentó a los pequeños.

— Hola. —dijeron todos al mismo tiempo que sonreían con malicia.

— Chicos, no quiero repetir lo mismo de siempre pero ya conocen las reglas, su padre y yo iremos al trabajo, señor Kim, los números de emergencia están en el refrigerador al cuidado de la cocinera y jefa del personal. Cualquier cosa que necesite puede llamarnos, después le pasaremos los horarios de los niños. —asentí y ellos se fueron.

— Yo también debo irme, te veo luego. —dijo Hoseok,​nos abrazamos y después se fué.

— Muy bien chicos pues... ¿Qué les gusta hacer? –les pregunté agachándome para estar a su altura.

— Nos gusta jugar a las escondidas, ¿a usted le gusta jugar a eso señor Kim? —asentí ante las palabras del mayor.

— Si,​ me gusta mucho, y pueden llamarme Taehyung o Tae. —ellos asintieron.

— Yo quiero contar, pero solo sé hasta el 20. ¿Me ayudas Tae? —asentí, tomé la mano del pequeño Soobin.

— Muy bien, pues mientras yo ayudo a Soobin, los demás vayan a esconderse. —estuvimos jugando por horas, al principio quisieron jugarme bromas muy pesadas, pero al ver que en lugar de asustarme me reía, se rindieron.

— Señor​ Kim, ya es hora de que los niños coman. —asentí, los niños y yo estábamos acostados en el césped después de haber corrido tanto.

— Ya escucharon niños, a lavarse las manos y a comer. —cargué a Soobin que se había quedado dormido sin querer, sus hermanos se levantaron y corrieron al baño para lavarse las manos.

Desperté suavemente a Soobin, le ayudé a lavarse las manos y los ví sentarse, les sirvieron la comida, una de las chicas del servicio me guió al lugar en que comemos nosotros.

— Hola, yo soy Lisa y ella es la señora Nayeon. —señaló a la mujer de mayor edad.

— Mucho gusto, yo soy Taehyung. —me presenté con la señora Nayeon y la chica que dijo que se llamaba Lisa.

— ¿Cómo​ hiciste para calmar a los pequeños demonios? He trabajado en esta casa desde que los señores se casaron y, después del nacimiento de Taehyun, no había tranquilidad en esta casa.

— Sólo son niños que buscan con quien jugar y alguien que los entienda. —expliqué.

— ¡¡Guerra!! —se escuchó en el comedor principal, nos levantamos corriendo y vimos a los niños lanzando las albóndigas con ayuda de las cucharas.

— Niños. —apenas me escucharon se detuvieron— ¿Qué tienen que decir en su defensa?

— Yeonjun me lanzó la primera albóndiga y yo solo le seguí. —dijo Taehyun señalando a su hermano.

— No es cierto, empezaron los mellizos. —se defendió Yeonjun.

— A nosotros no nos metas, solo defendimos a Soobin de tí. —suspiré.

— No importa quién haya empezado, todos van a limpiar, si Soobin, tú también, te ví lanzando una albóndiga a Yeonjun. —puedo ser amable pero también cuando los niños hacen algo que no deben, puedo ponerme serio sin necesidad de gritar.

— Está bien. —todos se levantaron e hicieron lo que les pedí, con servilletas levantaron las albóndigas y las pusieron en el plato del perro, esperen... ¿Hay perro?

— Lisa, ¿hay un perro? —ella asintió.

— Los señores lo llevaron a la peluquería temprano y cuando lleguen pasarán a recogerlo, se llama Sean, es muy fiero pero a los niños no les hace nada. —yo soy más una persona de gatos, por lo que los perros me dan miedo.

— ¿Es​ fiero? —asintió

— Durante el día está con los de seguridad y por las noches, es quien cuida la casa así que nunca salgas al patio solo de noche, yo una vez salí y me dejó esta mordida de recuerdo. —me mostró su brazo con una enorme cicatriz.

 El Niñero KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora