Ruidos en el Bosque

3 2 0
                                    


Dicen que la curiosidad mató al gato, no supe la razón que tenían hasta la mañana siguiente, cuando me desperté estaba empapado en sudor, mi respiración era acelerada notaba como el pecho subía y bajaba con rapidez, tomaba aire por la boca, algo me hizo sobresaltar y mirar en dirección a la cama de Thomas, no estaba en ella. El primer impulso fue llamarlo a gritos cuando este corrió por el pasillo llegando veloz a mi cama.


— ¡Tío! ¡No grites! que parece que la señorita Elga te está metiendo su fusta por el culo, relájate, ¿Qué te pasa?— Se sentó en el suelo mirándome con una sonrisa en su rostro, aquella sonrisa amigable que siempre me regalaba cuando me veía asustado o preocupado por algo, era el mejor consuelo que existía para mí.


En esas ocasiones siempre le contaba mis alocados sueños en los que terminaba acababa con un "Woo" pero ese día no conté nada, no podía hacerlo, no a él, me tomaría por un loco y me quedaría sin el único amigo que tenía, algo más llamaba mi atención ahora, o mejor dicho a mi olfato, un olor intenso, algo que me hizo girar la cabeza entrecerrando los ojos y taparme la nariz.


— ¡Thomas! ¿Qué olor es ese? Es como si me rascaran los tabiques nasales con un hierro afilado — Dije con la nariz tapada por dos de mis dedos a modo de tapón.—Pues no tengo ni idea, será algo que ha echado la bruja porque esta mañana muy temprano, creo que no había ni siquiera una cuidadora despierta, han venido a limpiar la habitación y solo ha sido la nuestra, han sido tan sigilosos que no nos hemos dado ni cuenta — Dijo poniendo énfasis aunque sin gritar, elevaba las cejas como cuando quería que algo me intrigara y descubriera que era.


Uno de nuestros juegos preferidos era el de detectives, la pérdida de la merienda, que a una de las chicas se le perdiera su osito y cosas como esas eran las que nos gustaba encontrar. En ese momento era distinto, yo sabía por que habían limpiado el cuarto, al principio pensé que solo había sido un sueño pero me daba cuenta a medida que pasaban los segundos de que no.Me levanté de la cama y lo primero que hice fue abrir la ventana, para descubrir que también la habían limpiado, aquellas gotas de la noche anterior tenían que ser la respuesta, Si no, ¿para qué molestarse en limpiarlo todo? ¿Para qué tan temprano y con tanto sigilo? En ese momento Thomas volvió a llamar mi atención, esta vez asomando la cabeza por las escaleras que daban al recibidor con cuidado de no ser descubierto.


—Jer mira, ese tipo es el que ha entrado a limpiar, parece que tiene una fuerte bronca con la bruja— Decía mientras movía su mano derecha haciéndome un llamamiento. Así lo hice y me quedé atento a su reprimenda por parte de Elga, aquello hizo que mi vello se erizase sin sentido, o al menos no conscientemente, pero algo dentro de mi sí que lo sabía, poco se podía escuchar puesto que lo hacían pensando en que nadie se enterara, lo que no sabían es que los expertos en escuchar a hurtadillas y en enterarse de los chismorreos éramos nosotros, que estábamos allí ocultos entre los barrotes de las escaleras.


— ¡Eres idiota! ¡Te dije que no dejaras que se escapara! ¡Ha venido e intenta avisarle! ¡Si lo logra estamos perdidos y si caigo yo, Frank tú caes conmigo! ¡Que no se te olvide! — Elga movía la mano nerviosa, mirando a un hombre alto y con cara de pocos amigos que había frente a ella.


—Lo siento señora, le prometo que no volverá a pasar— Contestaba el hombre que realmente parecía avergonzado por un suceso que nadie más que ellos sabían de la noche anterior.—Eso espero por tu bien y por mi dinero—

¿Has tenido la sensación de que alguien te está observando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora