Alana Charlotte Baskerville, la princesa heredera del Reino Unido debe acompañar a su madre a elegir al diamante de la temporada. En el proceso, se fija en la debutante Eloise Bridgerton, a pesar de que su relación no sería bien vista por la gente...
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Mientras los miembros de nuestra estimada alta sociedad disfrutaban de un descanso en su retiro campestre, esta autora solo hacía una cosa, mejorar mis habilidades, o debería decir, tramando mis planes. No, aún mejor, estaba afilando mis cuchillos para todos ustedes.
Abundan las preguntas sobre la identidad y los medios de esta autora. Y mucho me temo que buscar la respuesta resultará infructuoso.
Y por supuesto, hay en la actualidad otra identidad desconocida, aunque esa si que se acabará conociendo. Hablo del diamante de la temporada, allá dónde esté. Le toca mover majestad.
Los príncipes se encontraban en el salón del palacio real, junto a su madre y Lady Dambury. Alana leía un libro, Allan pintaba en su cuaderno y la reina y Lady Dambury leían el nuevo mensaje de Lady Dambury.
-¿Qué dice Whistledown, madre?- Preguntó Alana cerrando su libro.
-Nada interesante.- Dijo la reina fingiendo una sonrisa.
-¿Sabes, hermana? Si no hubiese estado contigo en América pensaría que tú eres Lady Whistledown.- Dijo Allan.
-¿Por qué?- Preguntó su gemela.
-Porque su personalidad me recuerda a tí.- Dijo y siguió pintando.
-No digas eso, tú hermana no se parece en nada a esa insufrible.- Dijo la reina.
-Gracias, mamá.- Dijo Alana y se giró hacia su hermano. -Sin embargo, su personalidad insufrible, me recuerda sin duda a tí, pero, claro, tú no eres tan inteligente cómo para escribir tú solo un periódico.- Dijo y siguió leyendo.
-Yo también te quiero.- Dijo el príncipe con ironía y recibió una sonrisa inocente de su hermana.
Mientras tanto, en la casa Bridgerton, Francesca tocaba el piano mientras Eloise bailaba, bueno, intentaba bailar con Gregory y el instructor de baile la corregía constantemente.
-1, 2. 1, 2- Dijo el instructor.
Eloise siguió bailando con Gregory.
-No sé le da muy bien.- Dijo Hyacinth.
-Te está oyendo.- Le recordó Benedict a su hermana pequeña.
