Seis 🔞

97 15 3
                                    

“¿Quieres saber cómo se sienten las buenas, muy buenas cosas malas?” own my mind, Maneskïn

“¿Quieres saber cómo se sienten las buenas, muy buenas cosas malas?” own my mind, Maneskïn

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿N’Zee ?—preguntó en un susurro, moviendo al chico para que despertara—, ¿Nong Zee, qué demonios haces?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¿N’Zee ?—preguntó en un susurro, moviendo al chico para que despertara—, ¿Nong Zee, qué demonios haces?

—Mhh, déjame dormir—se quejó, volteandose hacia la izquierda. Se abrazó al bulto que respiraba con tranquilidad a su lado, pero no duró mucho. Fue tironeado con fuerza de la espalda, lo tomaron por la ropa y acabó de trasero en el suelo—, ¡¿qué mierda?!

El rubio se restregó los ojos, enderezandose asustado, ¿que manera de despertar a alguien es esa?

Levantó la cabeza, con los ojos entrecerrados ya que la luz del pasillo entraba por la puerta, y notó que su madre estaba parada a escasos centímetros cruzada de brazos. Ella le miraba con suma molestia y el alfa vio toda su vida pasar delante de sí.

Mierda, Zee lo había olvidado. Nunew estaba en su habitación, y más precisamente, dormido en la misma cama que él.

—Mamá, no es lo que parece—murmuró poniéndose de pie, los ojos de su madre estaban rojos—, vamos fuera y te explico qué pasó.

Recibió un gruñido por parte de la mayor, pero aceptando, se dió media vuelta y salió con su hijo siguiéndole el paso hasta el corredor. Zee  cerró la puerta con suavidad y lo siguiente que sintió fueron las manos de su tan amada madre en su nuca, antes de ser estampado contra la dichosa puerta de madera.

Sin ánimos de resistirse a ser apretado fuertemente por su madre, Zee simplemente cerró los ojos para comenzar a dar sus explicaciones.

—Lo encontré en el callejón, detrás de la discoteca, al final de la avenida. Iban a golpearlo o a hacerle no sé qué cosas, pero llegué en el momento justo. Luego estaba muy asustado, pedimos un taxi, y lo traje a mí habitación por que no te gusta que yo entre a la tuya—había omitido algunos detalles, pero no era necesario que ella supiera todo.

Lo cierto es que, lo de la habitación, era una simple excusa. Podía haberle llevado al cuarto de huéspedes, pero su lobo era un sobreprotector de primera y no quería despegarse del omega.

Regla de 3 simple |  Zeenunew 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora