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"Los síntomas normales suelen ser como los femeninos; mareos, desmayos, antojos, dolores de espalda, cambio de humor... Se recomienda complacer al Omega, ya que no solo es cuestión de él, sino también del bebé", leía JungKook cambiando la página de su libro "Cómo cuidar a omegas en espera", mordió su labio inferior y mentalmente se preguntó «¿Seré buen padre?». Es decir, TaeHyung era mayor que él por cuatro años... Era demasiado. Y a pesar de ser un alfa maduro y sabiondo, aún tenía consigo algo de miedo. ¿Sería capaz de darle la vida que sus cachorros merecen? A él le encantaba la idea de su novio en cinta, esperando un cachorro suyo, pero aún tenía muchas dudas cargando en sus hombros.
TaeHyung tenía cuatro meses de embarazo y sus antojos no paraban, y ni hablar de su cambio de humor. ¡Una vez lloró simplemente porque JungKook había salido sin previo aviso y creyó que lo había abandonado y con la espera de su tan amado hijo! ¡Cuando en realidad salió por una importante junta en el trabajo! También se había molestado la otra vez porque JungKook había tocado la mano de otra omega, ¿pero qué esperaban? Era la cajera, y le estaba entregando el dinero de las compras.
— ¡JungKook! — Gritó el omega desde la habitación que compartía la pareja primeriza.
— ¿Pasa algo, amor? — Preguntó servicialmente en la entrada de esta.
— Quiero mi pay de manzana.
— ... Se acabaron, amor...
— ¿Y no has ido a comprar más? Tú sabes que me encantan... ¿Acaso me estás olvidando y comienzas por mis gustos? ¿Es porque estoy muy gordo? ¡Sabía que ese omega SuJin traía algo entre sus manos! ¡Ya lo sospechaba! ¡Sabía que esa mirada se traía algo que no me agradaba! — Exclamó el mayor haciendo un adorable mohín mientras el menor fue a su dirección dejando un casto beso en sus labiales.
— Ya iré a comprar más, amor; y no pienses eso, me gustas tal y como eres. Aparte no es SuJin, es SeokJin, y recuerda que él ya tiene alfa — el adverso se sonrojó avergonzadamente.
— ... No me interesa ¡Shu, shu!
Acompañado de un gran suspiro, JungKook, resignado, fue a comprar el tan mencionado pay, mientras que el omega esperaba de brazos cruzados pensando lo que sería su quinto postre del día junto a unas ganas de dormir repentinas, estar en cinta no era fácil...
TaeHyung no era un amante de las frutas, eso lo había dejado claro en varias ocasiones, pero JungKook no podía discutir contra él; sería realmente inútil, además al bebé le gustaba ver a su novio con su vientre.
Minutos por minutos llegaron a una hora, cuando por fin el menor daba señales de vida, o por lo menos eso creía TaeHyung.
— ¡Dame! ¡Dame! ¡Dame! — Pidió el omega lamiendo sus labios al ver tal delicia, justo frente a sus ojos.
— Tienes suerte, era el último pedazo que quedaba — Decía JungKook entregándole el pie de manzana.
TaeHyung no pudo responder cuando ya había metido un gran pedazo a su boca. A veces estar con un omega en cinta era tan complicado...
Después de dicho contexto, las horas aceleraron su paso hasta el punto en el que la habitación estaba cubierta por una completa oscuridad mientras TaeHyung dormía plácidamente, pero su compañero tenía consigo un fuerte ataque de pánico.
— Cálmate... — Susurraba para sí mismo, intentando dejar de pensar tanto mientras trataba respirar con normalidad sin que faltara el aire.
— ¿JungKook? ¿Amor, qué pasa? — Preguntó TaeHyung algo adormilado, pero el sueño se fue enseguida al ver el estado en el que se encontraba su pareja al extremo de la cama, de ahí solo quedó la preocupación y la incógnita por responder. El adverso no dio ningún indicio de querer decir algo, solo se giró a cuerpo completo para poder inhalar el aroma tan dulce del omega directo de su cuello — JungKook, respóndeme...
— ¿Crees que seré buen padre? — Preguntó sin más cuando pudo recuperar un poco el aliento, el aroma de su omega solía calmarlo.
— JungKook — Tomó su rostro entre sus manos — Claro, harás un buen rol de padre, confiamos en ti. Ni siquiera ha nacido aún, pero sé que nuestro pequeño cachorro te adora, te has mostrado servicial y obediente ante cada petición, incluso las más ridículas que te he mandado a hacer. Nunca me ha tratado mal a pesar de que yo esté con estos tontos cambios emocionales, no has tenido asco al ayudarme a limpiar mis desastres y sé que amas a nuestro pequeño YoonGi, así que no pienses más en eso; serás buen padre — Finalizó dándole un beso en sus labios.
Eso era lo que JungKook necesitaba escuchar, estaba en más tranquilidad al saber que su omega confiaba en él e iba a ser lo mejor para él y su pequeño.
