Tiempos Desconocidos

2.Futuro Indeseado

Selena

Cuando pude observar detalladamente la capital, me percate de que no era igual, el aspecto era totalmente al que conozco.

«Esta no puede ser la Capital, ¿Verdad?»

Me acercaba lentamente a las puertas de este. Para abrirlas cuidadosamente, mientras abría las puertas, la luz llegaba a mis ojos impidiendo ver el interior. Cuando la puerta se logró abrir por completo, mis ojos pudieron ver claramente como era la Capital. No era nada de lo que recordaba. Estaba totalmente cambiado el lugar.

Procedí a entrar en esta, mi objetivo aún seguía siendo el mismo, necesitaba encontrar a mis hijos inmediatamente. No podía dejarlos por más tiempo solos.

Una vez que entre, empecé a preguntar a las personas que me lograba encontrar acerca del paradero de mis hijos.

«Perdone, ¿A visto a unos gemelos? Uno tenía el pelo blanco y el otro el pelo rojo como el mío»

Después de haber preguntado recibí una respuesta negativa por parte de la persona. Mi preocupación aumento levemente, pero decidí seguir preguntando, tenía la esperanza de que alguien supiera dónde estaban.

Pero a todas las personas que les pregunté me respondían lo mismo, de que no habían visto a mis hijos, aunque algo que me preocupaba eran sus miradas de extrañez hacia mi. El no saber de mis hijos hizo que mi preocupación por ellos aumentara, ya que al no estar aquí, no sabía dónde podían estar.

Decidí preguntar a alguien más que pasaba por ahí.

«Perdona, ¿Usted no ha visto a unos gemelos?. Uno tiene el cabello rojo y el otro blanco»

Señor: «Curiosamente vi solo a un niño con el cabello de color blanco. Pero hasta donde se estaba con la emperatriz.»

«Espere. ¿Dijo que se encontraba con la emperatriz?.» Dije elevando un poco el tono de voz

Señor: «Exacto»

Cuando escuché que un niño de pelo blanco estaba con la emperatriz, me sentí extrañada y preocupada. Durante un breve rato me perdí en mis pensamientos. Una vez que volví a la realidad, decidí preguntarle más detalles.

«Disculpe, ¿Me podría dar más detalles acerca de como era la apariencia del niño?»

Señor: «Sinceramente no pude ver casi q detalle al niño. Pero algo que lo hacía diferente eran sus ojos rojos»

Cuando escuché lo de los ojos rojos, quedé totalmente paralizada. Vagando por mi mente, recordando que mi hijo no tenía ojos rojos sino azules. Pero, algo que no había pensado llegó de pronto a mi mente. Un nombre se empezó a formar de poco a poco, hasta que una vez completo el nombre sonó en mi mente.

Ignis

Recordar ese nombre me puso totalmente pálida, me sorprendió demasiado, el era el único que conocía con cabello blanco y ojos rojos. Pero, esto me extraño mucho. Menciono que era un niño, pero hasta donde se Ignis ya es el emperador. No lograba encontrar sentido a todo esto.

Señor: «Señorita, ¿Se encuentra bien?. Note que se puso pálida, ¿Ocupa ayuda en algo más?»

Al escuchar al señor volví a la realidad una vez más.