Ecos de amor

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En la vastedad del tiempo, allí te

encontré,

como un susurro antiguo en la brisa de 

un sueño,

eras la estrella perdida en la inmensidad

del cielo,

la promesa oculta en el secreto del

atardecer.


Tus ojos, océanos donde el alma se 

sumerge,

guardan misterios que el tiempo no

puede tocar,

y en ellos me ahogo, me pierdo, me

encuentro,

como un náufrago de amor, buscando tu 

faro.


Tu risa, melodía suave que atraviesa el 

silencio,

se enreda en el viento y la danza de mi piel,

es un eco divino que despierta lo

dormido,

un himno de vida que me recuerda a

quien soy.


Cada caricia es una verso que escribes en

mi piel,

con la ternura de quien conoce todos los

secretos,

y en cada roce, el universo se detiene,

como si solo existiéramos tú y yo, en ese

instante eterno.


Tu voz, el murmullo que me habla de

otros tiempos,

me trae historias que solo en sueños viví,

 y mientras hablas, el mundo desaparece,

como si las palabras fueran alas que nos

llevan lejos.


Eres mi anhelo, mi refugio en la

tormenta,

el faro que guía mi barco perdido en el 

mar,

y en tus brazos que encuentro la paz que

tanto busqué,

como un peregrino que, al fin, ha llegado

a casa.


Te amo con la fuerza de mil soles

ardiendo,

con la quietud del río que besa las

montañas,

y aunque el tiempo se deshaga en el

viento,

mi amor por ti será el eco que nunca se

apaga.


Así, en este rincón del infinito,

te prometo,

que mientras el mundo gire y las estrellas

caigan,

mi corazón latirá al compas del tuyo,

en un baile sin fin, en el amor eterno de 

un eco silencioso.


L.V.




Amor En Cada Verso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora