[BORRADOR] Conectados Por El Destino [#2]

♫ Prólogo ♫

Prólogo ¦ Bomba de tiempo.

Tocar el piano es como entrar en mi universo propio, es el escape perfecto de toda mi realidad. Distraerme es más fácil cuando hago lo que me gusta y esto lo único que se me permite hacer por placer.

Mis dedos rozan las teclas, al principio con algo de timidez, pero luego se vuelven más seguros, más fluidos. Es un diálogo silencioso entre mis manos y el instrumento, una conversación que solo nosotros entendemos, siento cómo cada nota vibra en mi pecho, resonando no solo en la sala, sino en algún lugar profundo dentro de mí.

La melodía fluye, a veces suave, otras veces fuerte y urgente, pero siempre hay una conexión, como si el piano y yo compartiéramos un mismo latido.

Sigo la melodía y cierro mis ojos mientras sonrío al terminarla perfectamente, escucho aplausos a mi espalda abro mis ojos y me tenso al recordar que estaba sola en esta parte de la academia. Volteo a ver y me encuentro con un chico alto al lado de una niña que reconozco inmediatamente.

—¡Cami! —exclama la pequeña Dasha mientras corre para llegar a mi lado.

Dasha es una niña de doce años, es estudiante de la academia, la conozco desde que ingresó, casi no habla con nadie ya que es muy tímida, su ex instructor a veces la presionaba para que tocara perfecto hasta que ella dejó de sentir la pasión por tocar.

Estaba casi decidida a dejar de venir, la encontré llorando en un pasillo y ahí fue donde me animé a hablarle, me permitió abrazarla y se desahogó conmigo. En ese momento ella tenía seis años, me dediqué a darle clases las veces que pude.

Muchas veces necesitamos a alguien que esté a nuestro lado para ayudarnos a levantarnos cada vez que caemos y no podemos hacerlo solos.

Ese día ella lo necesitó y yo la apoyé sin dudarlo.

Ahora es una de las mejores estudiantes de la academia y ido a muchas competencias y ha ganado varias de ellas con el primer lugar, ama hacer esto, y yo soy la más feliz. Ha progresado mucho, he sido testigo de su crecimiento y me siento orgullosa de todo lo que esa pequeña ha logrado.

—¿Cómo estás, pequeña? —pregunto con una sonrisa.

—¡Feliz, mira! —exclama tomando la mano del chico que venía con ella.

Me dedico a detallarlo y puedo notar cierto parecido en ambos pero no mucho, él tiene sus ojos color avellana, es alto e increíblemente guapo. La pequeña salta de emoción instandolo a presentarse.

—Camila, es hora de irnos —me avisa Lev haciéndome dejar de ver al chico que tengo frente a mí.

Él es hijo de uno de los socios de la empresa de mi padre, suele acompañarme de vez en cuando, es buena persona aunque a veces un poco egocéntrico. Lo único que no soporto de él es que venga porque mi padre se lo ordena. Es como mi guardaespaldas personal en ciertas ocasiones.