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Luis llevaba tres días intentando invitar a Nicole a una cita, pero siempre pasaba algo o aparecía alguno de sus amigos intereumpiendole antes de que pudiese

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Luis llevaba tres días intentando invitar a Nicole a una cita, pero siempre pasaba algo o aparecía alguno de sus amigos intereumpiendole antes de que pudiese.

— Nikki— la llamó con la respiración agitada de correr, llevaba veinte minutos buscándola por la academia Edén Hall hasta que por fin dio con ella en uno de los jardines de camino a su habitación.

— Hola Luis— saludó ella con una sonrisa tranquila.

— He estado pensando— Nicole alzó una ceja sin saber muy bien que esperarse de esa conversación— Y me preguntaba si te gustaría salir algún día.

— ¿Solos?

— Si si, solos— aclaró mirándola nervioso.

— No lo sé, lo pensaré Mendoza— respondió mientras por su cabeza lo único que pasaba era Dean Portman y su estúpida sonrisa perfecta.

Luis sonrió viendo como la morena seguía su camino pensando que por lo menos no había sido un no rotundo.

Dean esperaba apoyado en la pared junto a la puerta de la habitación de Nikki. La morena se paró suspirando en medio del pasillo mientras no apartaba la mirada de él. No podía evitar pensar lo atractivo que se veía apoyado tan despreocupado y con los rizos ligeramente descolocados.

— ¿Qué haces aquí?— le preguntó parandose delante de él.

— Hola a ti también gordi— ironizó. Nicole se relamió los labios escuchando el apodo y pensando lo bien que se oía saliendo de la boca del moreno.

— ¿Qué haces aquí?— repitió.

— Vamos a arreglar las cosas— pidió agarrándola de la cintura pegando su cuerpo al suyo.

Nicole lo miró sabiendo que de todas formas pronto volverían a discutir, pero también era consciente de que ninguno podría negarse al otro.

— Está todo bien— aseguró separándose de él y abriendo la puerta de la habitación y adentrándose en ella con Portman siguiéndola de cerca.

— Pero no hemos hablado las cosas— se quejó como un niño pequeño sentándose sobre la cama de Brewer mirándola como dejaba algunos libros sobre el escritorio.

— No hay nada que hablar, ya está estamos bien— finalizó aún sabiendo que Dean no lo dejaría ahí.

— Creo que deberíamos hablarlo— siguió Dean.

— Tu lo hiciste mal, yo también— se giró acercándose hasta el— ya pasó, se acabó.

Las discusiones entre ellos se habían vuelto algo frecuente y aunque aquello no les gustase a ninguno era así.

— Bueno, ya lo hablaremos— sentenció él señalándola con su dedo.

— Lo que tú digas.

Dean la agarró de la parte posterior de sus muslos sentándola sobre su regazo con una sonrisa arrogante, siempre le había encantado tenerla cerca.

— Una pregunta ¿Discutias con Luis el otro día en el partido?— Dean sintió como su sangre se helaba, no sabía si decirle que realmente sí que habían estado discutiendo porque Portman sabía que Luis estaba enamorado de ella y no pretendía rendirse.

— Discutíamos de amigos— se excusó posando sus manos en los muslos de la chica.

— No parecía eso— murmuró ella.

— Que más da Luis— el tono molesto en su voz la confundió, sabía que el rizado era celoso pero no entendía cuál era su problema con Luis.

El problema de Dean se reducía a que a Luis no le importaba una mierda lo que ambos tuviesen o no y lo único que lo había estado deteniendo todo este tiempo para no abalanzarse de forma directa a Nicole era el miedo que Dean era capaz de influirle, pero el rizado sabía que con todas sus discusiones el latino había visto una oportunidad que él no iba a dejar que ocurriese. Por su parte Adam nunca le había parecido una amenaza real hacia su relación porque sabía que era demasiado bueno como para intentar cualquier cosa con la casi novia de uno de sus amigos y compañero de equipo.

Nikki suspiró apoyando su cabeza en el hombro del rizado cansada.

— ¡Lester me ama!— escucharon a Ada entrar en la habitación emocionada mirando su teléfono. Los otros dos la miraban en completo silencio haciendo que ella alzase la cabeza mirándolos incredula— ¡Os habéis arreglado! ¡Todo son buenas noticias!

Dean carcajeó apretando ligeramente la cintura de Nikki mientras la morena se mordía el labio inferior negando levemente.

— Vale, ¿que es eso de que Averman te ama?— preguntó el moreno con curiosidad.

Desde que los patos habían llegado a Edén All el pelirrojo se había sentido terriblemente atraído hacia la rubia y desde entonces no se había rendido con ella, había sido algo así como un flechazo.

— Si, mira me lo dijo— sonrió enseñándoles la pantalla de su teléfono donde se veía un mensaje del chico.

— ¿Por mensaje? Que cutre— se burló Nicole.

Ada le sacó la lengua y pronto empezó a dar pequeños saltos ilusionada presionando su teléfono contra su pecho.

— Me ama— repitió suspirando y Dean no pudo evitar reir en voz alta tratando de apaciguar sus carcajadas contra el cuello de su chica evitando las malas miradas que Ada le daba por todas sus burlas.

— Te lo ha dicho por mensaje— repitió Nicole acariciando la nuca de Portman con sus uñas.

— Pero porque Lesty es timido— defendió poniendo sus brazos en jarra.

— ¿Averman? ¿Tímido?— preguntó Dean burlón sin poder creerse las palabras que su amiga rubia estaba diciendo— ¿Estás segura de que hablamos del mismo? Pero si no se calla nunca.

— Ay, callate— se quejó ella— No vuelvo a contaros nada, arruinais mi ilusión y mi dramatismo.

Ada se dio la vuelta y salió de la habitación fingiendo indignación escuchando la risa de sus dos amigos de fondo.

— Dios, Ada es tan rara— se burló Dean.

— Ada es la mejor— aseguro Nicole que amaba a su mejor amiga con todo su corazón.

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⏰ Última actualización: Oct 21 ⏰

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YOU AGAIN?- Dean PortmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora