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  MORENA

  MORENA

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Bauti vino a ver por primera vez a Nico jugar, el partido era en el mejor estadio, el mâs monumental, obvio

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Bauti vino a ver por primera vez a Nico jugar, el partido era en el mejor estadio, el mâs monumental, obvio.

──Mirá, ¿quién esta allá, Bauti? ─Dije apuntando a donde estaba su papá mientras nos hacía señas.

Mientras miraba a detalle el partido, vi que Bautista se estaba riendo mucho, me giré para ver que era y era un pibe que le estaba haciendo gracias a Bauti.

──¿Es tuyo? ─Me preguntó el chico amablemente.

──Sí, es mío. ─Le dije dándole una leve sonrisa.

──¿Cómo se llama? ─Dijo agarrándole la mano a mi hijo. ──Bautista, se llama. ─Le respondí.

──Mhm, ¿y cómo te llamás vos, hermosa?.

¿Es pibe lo que quiere es chamuyarme?, ni un respeto tiene, ¿no ve el anillo acaso?

──Morena me llamo yo, pero creo que no te debería importar. ─Le dije amablemente.

──Claro que me importa linda, y dime, ¿estás casada, en algo, soltera?.

──Estoy casada. ─Le dije tratando de cortarle el chorro.

──¿Y quién es tu maridito?, ya que te deja sola.

──Nicolás Otamendi es mi marido, así que sin mucho más, permiso. ─Dije agarrando a bauti para irme a dónde estaba Camila, esposa de Paredes.

El partido transcurrió tranquilo, al final, obtuvimos resultado, ganamos 3-0.

Le dije a Nicolás que lo esperaba en el departamento ya que Bautista se había quedado dormido.

. . .

─¡Llegué!.

──¿Cómo te fue, amor? ─Le dije intentando darle un beso pero me corrió la cara. ──Ah bueno, ¿ahora no te puedo dar un beso?.

──Mejor dime vos, ¿estaba entretenida la charla con el tarado ese?. ─Dice mientras se saca la remera.

──No podés Nicolás, estabas jugando y de la cancha me estabas vigilando. ─Le dije mientras me acomodaba en la cama.

──Y si, si el tarado ese te estaba tirando los perros, Morena.

──Y bueno Nicolás, le dije que estaba casada con vos, y me fui, tampoco me deje chamuyar. ─Dije ya harta de la conversación.

──Viste, eso pasa por tener una esposa hermosa. ─Dice caminado hacia mi lado para darme un beso, pero ahora soy yo la que le corre la cara.

──Daale amor, uno cortito.

──No Nicolás, salí. ─Dije empujándolo, pero como mi marido no se rinde, me robó uno.

──Te robé uno igual, wuajajaja.





























𝐀𝐕𝐄𝐍𝐓𝐔𝐑𝐀 ───Nicolás Otamendi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora