Lugar colegio técnico de Bruzual- Chivacoa/ dia 6 de mayo del 2024 / hora 12 y 33 pm
Volvemos con Daniel y su madre en la oficina de la directora del colegio, donde un giro inesperado de acontecimientos hace que toda la atención se dirija hacia la puerta. Un golpe resonante anunció la llegada de alguien, y la directora, con una sonrisa que parecía forzada, se dirigió a las personas al otro lado de la oficina.
—¡Dios, por fin aparecen! Pasen.
Cuando finalmente cruzaron la habitación, la atmósfera se volvió densa. Los recién llegados eran Abraham y Julio, dos jóvenes de 15 años, representantes de cuarto año de bachillerato, elegidos para participar en el intercambio intercolegial tras haber superado a todos los demás con calificaciones excepcionales.
Abraham, con una ligera inquietud, notó las miradas curiosas de Daniel y su madre. La directora, sin perder tiempo, los presentó con entusiasmo desmedido.
—Les presento a los representantes de nuestra institución. Ellos participarán en la competencia intercolegial y como bien saben, obtuvieron calificaciones perfectas en sus exámenes. Estos son momentos en los que realmente se refleja el fruto de una buena crianza, ¿no lo cree, señora María?
La madre de Daniel, María, apenas podía contener su frustración por el mal rato que le había hecho pasar la directora. Sin embargo, manteniendo la compostura, respondió con un tono neutro:
—Sí, claro.
Algo en el aire cambió de repente. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Daniel, que no podía apartar la vista de Abraham. Era como si una energía invisible, vibrante e inquietante, rodeara al joven. Desde su posición, el objeto en la espalda de Abraham parecían "cadenas". Incapaz de contenerse, Daniel le preguntó al muchacho:
—Oye, ¿qué tienes en la espalda?
Abraham, sorprendido, intentó girar la cabeza para mirar. La inquietud se apoderó de él, y lo que antes era una simple conversación se transformó en un momento cargado de tensión. Julio, notando el cambio en el ambiente, se unió a la conversación con un tono nervioso.
—Yo no veo nada, Daniel.
Daniel, con una intensidad que sorprendió a todos, insistió:
—¿Cómo que no ves nada? ¡Mira bien! ¡Las cadenas están ahí!
Abraham, con el corazón latiendo desbocado, sintió un sudor frío recorrer su frente. Las palabras de Daniel resonaban en su mente como un eco ominoso. Se volvió hacia él, su voz titubeante:
—¿Cadenas? ¿En mi espalda?
El silencio se hizo pesado en la habitación. La directora, ajena a la tensión que se había creado, Daniel, con una mirada penetrante volvió a mencionarlo con firmeza:
—Sí, cadenas. No puedes verlas.
El rostro de Abraham palideció, y en un instante, la verdad se reveló ante sus ojos. En su mente, una tormenta de pensamientos chocaba sin control entonces se dijo en su mente:
—No puede ser. Este chico está viendo mis cadenas espirituales. Es imposible. Solo un médium podri... No puedo creer la suerte que tengo. Si él no me lo hubiera dicho, jamás lo habría sabido. Este chamo es la fuente de esas ondas, ¡El es un Medium!.
Su mirada cambio de la extrañeza a la felicidad en poco tiempo y aun en su mente se decia
—No quiero imaginar el susto que se llevaría si tuviera a Higo aún con la atadura. Debo llevarlo con Maraima a la montaña; ella le ayudará a comprender sobre el médium. ¡Qué feliz soy sabiendo que solo es un chico normal! Tengo que contarle a Abril sobre esto; le encantará escuchar esta noticia.
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El diario de un MÉDIUM #Copa Fénix 2025
ActionAmbientada en el estado Yaracuy, Venezuela. La historia sigue la vida de Daniel, un joven de 13 años que, tras la muerte de su padre, se encuentra inmerso en un mundo de espiritualidad y conexión con lo sobrenatural. Mientras aprende a dominar el ar...