☆CAPITULO 6: ¿disculpas o amor?☆

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Akutagawa estaba más confundido que nadie por la situación de Atsushi.

Mucho más por lo que sucedió esa mañana.

Atsushi lo siguió por todo el campus y cuando Akutagawa se detuvo, le entregó una piedra, si, no una piedra preciosa ni mucho menos algo decorado, una simple piedra que tranquilamente la acabo de encontrar en un jardín.

Akutagawa simplemente rechazo la piedra.

Para liberarse de aquella confusión, decidió hablar con dos personas que conoce que son expertos en el tema.

Poe de la carrera de literatura, segundo semestre, y Ranpo de la carrera de criminalistica, tercer semestre.

Esos dos eran conocidos en toda la U ¿por qué? Pues era la parejita popular.

Poe al ser de familia adinerada, tenía a Ranpo como un príncipe, mientras que Ranpo ayudaba a su amado en las situaciones de dar una opinión por si mismo, por ejemplo, discusiones.

En aquel descanso, Akutagawa se fue a una heladera con la pareja para hablar del tema.

– No entiendo... porque me esta haciendo esto. –Akutagawa estaba frustrado.

Ranpo solto una risa, Poe solo suspiro y acaricio el hombro de su pareja.

– Vamo, dime ¿porque piensas eso –Ranpo dijo tomando con aquella cuchara de plástico un poco de su helado de fresa.

El azabache bufó– Bueno, se que Atsushi siempre es raro, pero, esta vez se está pasando. Verán, primero fuimos a tomar algo con Chuuya-San, se embarracho y luego... bueno... –

– ¿Beso? –Pregunto Ranpo curioso.

Akutagawa se sonrojo muchísimo– No podría decir exactamente que fue un beso, fue más como un piquito, un choque de nuestros labios por... 2 minutos. –Dijo haciendo un gesto de las manos

Poe sonrio– Créeme, cuando de digo que un contacto de labios por más de un minuto es un beso, no un pico, Ranpo es muy meticuloso en eso. –

La pareja sonrieron y soltaron una tierna risita.

Akutagawa se comió un poco de su helado– Bueno, pasando de eso, se fue a mi casa a darme un ramo de flores con chocolate. –

La pareja se sorprendió– Ooh... –

– Creo que ya se que es ¿Ranpo? –

– Estas en lo correcto, Ed. –

– ¿Se lo decimos? –

Ranpo lo pensó un rato– Nah. –

El azabache suspiro– Recuerden que estoy aquí. –

– Verás, seremos rápidos y simpl–Ranpo lo interrumpió.

– ¡Haz cazado el tigre! ¡Le diste un disparo directo a su delicado corazón! –Ranpo dijo haciendo un gesto de disparo con los dedos.

Akutagawa se quedó callado, analizando, hasta que lentamente en color se le subió al rostro, tan roja estaba su cara que parecía un tomate maduro.

– ¡N-No puede ser! E-el ¡El solo bromea! ¡Porque además, hoy me quiso regalar una roca! ¡Que clase de enamorados se dan eso! –Reclamo, mientras trataba de escucharse lo más normal posible, aunque su voz estaba temblorosa.

Ranpo solto una carcajada– Ryunosuke, el regalo no importa, lo que importa es el valor sentimental de este, como por ejemplo, mi Edgar, el solía hacer algo simple pero muy bonito, me regalo varias notitas de papel, en cada una un verso, y al finalizar el mes, yo me pasa convinando los papeles hasta encontrar el orden de un hermosos poema de amor. –

Akutagawa lo penso– Bueno, tiene sentido pero... lo de usted fue un poema, lo mío... una piedra.–

– Bueno, seguramente debe tener algún significado, tal vez que quiera que sus lazos sean tan fuertes como una piedra. –Poe respondió.

– O que tienes un corazón de piedra. –

– O que quiere que esa piedra sea el cimiento de de su relación. –

– O que–Ranpo fue interrumpido por Akutagawa.

– Ok ok, ya entendí el punto, en resumen me quieren decir que el se está declarando de esa manera... bueno... tiene mucho sentido... ese gato asustadizo jamás diría las cosas de frente. –Solto una risa orgullosa.

Pero justo en ese momento, Kyoka junto a Atsushi entraron a aquella heladería.

Akutagawa sentia que se derretía en el asiento, o bueno, algo así paso.

Pues lentamente se iba haciendo para abajo, hasta terminar debajo de la mesa.

Se escucho un grito ahogado debajo de la mesa.

– Pobrecito, debe ser mucha información para el –Poe dijo con una tierna sonrisa, pasando su brazo por el hombro de su novio.

Ranpo llamo la atención de Atsushi y a Kyoka.

– Atsushi, mírate, desde que te independizaste estas más guapo, debe tener a muchos pretendientes detrás de ti, y tu Kyoka ¿como te va en tu colegio? ¿Todo bien? – Dijo contento.

Mientras tanto, Akutagawa trataba de salir de debajo de la mesa, se manera discreta, cual lo logro.

Al salir de la heladería, Akutagawa sentía que tenía a dos versiones de el separadas, un Akutagawa muy inocente y a otro muy travieso, como un ángel y un demonio.

– Vamos, ve a invitarle a un helado y pasen un raro juntos, no pierdes nada. –Dijo la parte más moral.

La otra parte de burlo– Bah ¡Aburrido y tonto! Nos vamos a hacer de rogar, que el venga a decirlos lo que siente, no vamos a andar de fáciles, eso sí que no. –

– Pero solo será un helado, no podría representar nada. –La parte más inocente parecía asustada.

– Si si, y luego estaremos llorando como magdalena en nuestra habitación, abrazando a Rashomon y comiendo helado de chocolate hasta quedar hechos leña, y cada vez que recordemos la palabra helado vamos a recordar aquel amargo y cruel momento. –El más travieso aclaro.

Akutagawa sacudió la cabeza, tratando de sacarse aquel pensamiento de la cabeza.

Aquellos dos pequeños seres se esfumaron.

¿Qué debo hacer? Akutagawa pensó, frustrado y desesperado.

Definitivamente después de tanta acción por un día, Akutagawa necesitaba ir a dormir o bueno a intentar, porque estaba seguro que su mente estaría ideando planes que irían desde lo más normal como una carta, hasta lo más alocado como contratar un anuncio de un edificio para eso.

Pero decidió irse a su casa, porque necesitaba estar solo, solo con la compañía de aquel pequeño (grande) perrito que lo acompaña, Rashomon.

Al estar apunto de cruzar la calle, miro a un par de gatos, un gato blanco y uno negro, ambos paseando juntos en el muro de un edificio.

Pero al lado de aquel muro, Akutagawa miro a alguien, un tipo de aspecto extranjero, rubio, de bellos ojos y cual usaba un sombrero negro, además de un acento francés, junto a él, una hermosa mujer de cabello rojizo, ojos color granada, y un semblante elegante.

Akutagawa al ver al señor lo reconoció al instante.

– Oh no... espero que no hayan a visitar a Chuuya-san... o sino... Dazai-san no terminara bien... –

Akutagawa decidió dejar aquel tema, pero igual le preocupaba.

Seguramente mañana se enteraría de que paso.

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Holiwis, e regresado.

De acercan cositas buenas para el siente capitulo, pues, muchos ya han de saber quienes están apunto de visitar a Chuuya.

Bueno bye.

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⏰ Última actualización: Oct 26 ⏰

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