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La estruendosa alarma no paraba de sonar en la habitación de aquel pelinegro siendo parada por un golpe proveniente del ya mencionado, Han soltó una queja para después estirarse aún acostado en la cama, se sentó en la orilla de la cama y se quedo ...

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La estruendosa alarma no paraba de sonar en la habitación de aquel pelinegro siendo parada por un golpe proveniente del ya mencionado, Han soltó una queja para después estirarse aún acostado en la cama, se sentó en la orilla de la cama y se quedo viendo un punto fijo hasta que un grito se escuchó en la calle, rápidamente fue a la ventana que daba a la calle y ahí logró ver a un chico de lentes y cabello medio largo, delgado y alto, aunque sobre todo apuesto, el chico se encontraba en el suelo al lado de una bicicleta vistosamente nueva, una risita salió de los labios de Taesan al ver esa escena algo graciosa y rápidamente el chico de lentes volteó a ver al pelinegro con el ceño fruncido, Taesan rápidamente se escondió para que el castaño no lo viera — cosa que no funcionó —, el de lentes soltó un sonido de frustración, se levantó para luego levantar la bicicleta e irse caminando murmurando maldiciones. Han Taesan luego de dejar de escuchar la voz ajena volvió a asomarse en la ventana y logró ver a lo lejos a aquel apuesto chico, rió nuevamente y dejó de asomarse en la ventana.

Se estiró una vez más, soltó un bostezo y empezó a arreglarse para el trabajo sin muchas ganas, lo que acababa de suceder le había hecho la mañana aunque recordar su rutina hizo que las risas que había soltado hace unos minutos se convirtieran en quejas a voz baja.

(...)

— ¡Hijo! ¿Podrías ir al mercado? — preguntó su madre alzando la voz para que su hijo la escuchara.

Leehan soltó un quejido y se levantó de la cama con flojera, salió de su habitación y bajó a la cocina para después encontrarse a su madre y verla con una pequeña sonrisa.

— Buenos días, mamá, claro. — murmuró para luego agarrar las llaves de la casa y el dinero. — Voy a ir con la bicicleta. —

El de cabello largo salió de aquella casa con su bicicleta al lado suyo, una vez andaba afuera se subió a la bicicleta y empezó a pedalear. Leehan por querer acortar el camino hacia el mercado se metió a un "atajo" lo que no sabía es que aquel sendero era uno de los peores del pueblo estando bastante inclinado y con varios baches lo cual causó que el castaño se cayera en un pequeño callejón.

Leehan sentía un ardor en una de sus rodillas además de tener la misma sensación en ambas manos, soltó un bufido y de repente escuchó una carcajada; era obvio que esa carcajada era por su pequeño error, trató de buscar con la mirada a quien reía y logró ver al chico pelinegro del otro día, este rápidamente se escondió causando más molestia en Leehan el cual frunció el ceño y empezó a maldecir en voz baja.

Le lanzó otra mirada molesta al pelinegro escondido y siguió con su camino queriendo llegar ya al mercado.

(...)

Leehan se había perdido en el mercado grande que estaba en el centro del pueblo. Había muchísima gente, y el calor era sofocante. Kim Donghyun realmente no soportaba más el bochorno. Después de recoger lo que necesitaba, intentó salir lo más rápido posible, pero en su prisa terminó chocando con alguien. Avergonzado, se disculpó rápidamente y siguió su camino, deseando alejarse cuanto antes.

  𖥻 ...𝗼𝗹𝗼𝗿 𝗮 𝗅𝖺𝗏𝖺𝗇𝖽𝖺𝗌⠀⠀ː ⠀⠀gongfourzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora