Primera Parte

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Dedicado a DanaArtskin

«Visita inesperada»

Las miradas de miedo sobre mi me hacían sentir más débil de lo que ya era.

Me miraban con horror, como no hacerlo si parecía salido de una película de terror.
La sangre no dejaba de escurrir manchando mi camisa favorita con ella. Pensándolo bien, era normal que me mirarán haci por que no es normal ver a un chico caminar a apuras penas lleno de sangre como si hubiera cometido una accion horrible.

De echo, era una milagro el que aún siguiera vivo por que para mi fortuna o desgracia, la vida aun me quería vivo, ¿por qué razón? No lo sé, solo se que yisus o quien sea que este allá arriba o abajo me quiere vivo y al parecer no puedo hacer nada contra ello por que si lo hago, mis esfuerzos serán en vano.

¿Por qué simplemente no me pueden dejar morir? En estos momentos envidio mucho a los demás, ellos si se pueden morir pero yo sigo aquí, agonizando a cada paso de que doy hacia la casa de la una persona que me conoce desde hace tanto tiempo la cual sabe hasta mis secretos más oscuros, y por esos mismos ha tenido que tomar terapia.

No entiendo como me soporta, pero le agradezco por hacerlo.

Una linda casa de escalas de marrón, negro y blaco handole una armonía de color agradable para la vista. Otra vez, sin darme cuenta manche el tapete de gato que decía "Bienvenidos" de la entrada de su casa, espero que no se de cuenta ya que extrañamente ama este tapete.
Lo que sea, tocó el timbre con mi mano ensangrentada, y escuchó sus botas de tacón venir hacia la puerta.

Se abre la puerta y su rostro cambia de felicidad a terror puro.
Juro que sus ojos marrones estaban apuntó de salir de sus órbitas. Pero, al final ella es una psicológa y artista frustrada.
Era normal estar asustada al ver a tu paciente de todos los días ensangrentado en media noche, tal vez más que preocupante era extrañamente aterrador.

Lo sé.
Siempre tube cara de asesino.

-¡Dios Lorenzo! ¿¡Que te paso?! -pregunta exaltada moviendo sus manos de un lado al otro como si le fuera a dar un ataque al corazón.

-Solo.. Dejame entrar, me estoy apuntó de morir sobre tu tapete de gato favo- ya no puede más, y enseguida caí sobre ella. Mis vista se nublaba, es obvio que estoy perdiendo sangre y mucha.

Bueno Dios, Satán, San Pedro o quien sea que me ve muy pronto estaré contigo.

-¡Lorenzo! ¡Porfavor levantate, te ayudaré con el sangrado solo intenta sacar más fuerzas! - su pequeño cuerpo delgado y bajo me lleva apuras penas, se que ella no es tan fuerte y intento moverme antes de desplomarme y quedar más tieso que pan de ayer.

Entramos a la casa y ella cierra la puerta con rapidez, mientras intentaba ayudarla moviendome un poco por mi cuenta, entrabamos a su sala., un deja vu vino a mi cabeza, ese olor.. Ese olor a café, cuadernos nuevos y a gato ese olor tan característico de ella, lo recuerdo desde los seis años.
Por que hace doce años que comenzó mi sufrimiento.

Hablando de ese olor, el toque a gato me recuerda a alguien parecida a ella y pensar que hace tres años jure no volver con ella y que si lo hacía, sería por que habia tocado fondo, uno muy profundo.
Debe de estar entre sorprendida, feliz y asustada pero se que cuando me pondré más estable lo primero que hará no será darme un abrazo por seguir vivo, si no reclamarme por averla asustado de esa manera.

Sin darle cuenta ella buscaba con desesperación su botiquín de primeros auxilios en caso de emergencias.

-¡Mierda! ¡No encuentro esa cosa por ningún lado! -buscaba desesperada entre cajón y cajón-Ayer Emma se lastimo, debería estar por acá.. ¡Maldita sea! - ella se mordió el labio con molestia. Tiene poca paciencia cuando está desesperada, finalmente da un suspiro de alivio -¡Aqui esta!

El Dolor De Amarte De VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora