Capítulo XII. Maldita suerte

20 1 0
                                    

Maldita la hora en que nos prometimos alcanzar el cielo y el cielo se desplomó... 

Retrocediendo unas cuantas horas antes del insidente de Seiya...

Clara y Darien conversaban felices y completamente ajenos de lo que ocurría fuera de ese lugar, el chico estaba intrigado y realmente asombrado por todo lo que estaba escuchando, pero a pesar de que todo le confirmaba que no solo en esta, sino que en la vida anterior fue incapaz de hacer feliz a la mujer de su vida, pero según había dicho la pelirroja, él necesitaba conocer todos los detalles de su pasado junto a la rubia, ya que serían de vital importancia para lo que, según ella, estaba por venir, por lo que después de limpiarse las lágrimas, le pidió continuar.

- Pues bien, tienes mi atención, y tras esas palabras, la chica prosiguió.

Flashback

Serenity y Helios caminaban por uno de los enormes jardines del palacio, se habían vuelto cada vez más unidos, al punto de que la princesa ya había perdido el habíto de obserbar el hermoso planeta tierra desde su balcón, lo que tanto Clarity como su madre agradecín, pues a pesar de que el príncipe Endymion no les desagradaba, consideraban que una persona tan seria no era precisamente la indicada para contraer matrimonio con la jovencita, sin embargo, habían aceptado el compromiso entre ambos, pues al conocerse, él había pedido la mano de la más pequeña de las princesas en matrimonio, a pesar de que era una chica infantil y despreocupada, en comparación del carácter serio del muchacho.

Endymion era el apuesto hijo de los gobernantes de la Tierra, desde muy pequeño había sido educado en sus obligaciones, por lo que conocía a la perfección la responsabilidad que pesaba en sus hombros, y al ser el único heredero de ese reino, no podía darse el lujo de perder el tiempo el niñerías, por lo que la familia del reino de la luna no comprendía por qué se había interesado en la princesa Serenity, que era a todas luces muy diferente a él, y a quien constantemete reprendía por su carácter y comportamiento infantil, quería cambiarla y hacerla madurar para que fuera una digna gobernante a su lado, y aunque la chiquilla lo amaba, su carácter infantil y despreocupado no tenía ningún cambio, ni siquiera cuando él estaba presente, lo que lo desesperaba enormemente, y por tal razón, prefería verla lo menos posible, la amaba, claro que la amaba, sin embargo, tal vez era buena idea espera un poco a que su hermosa prometida madurara un poco, por lo que siempre ponía pretextos para ir a verla, además de que era bastante molesto que comenzara a llorar como una niña pequeña cada vez que se despedían.

Sin embargo, algo había cambiado evidentemente, pues las visitasde Endymion, últimanete eran más frecuentes a la luna, sin embargo, las veces que lograba ver a su prometida, esta se encontraba acompañada de un chico pelinegro de la edad de la muchacha, con quien evidentemente no la pasaba nada mal.

-¿Por qué no puede reirse así cuando está conmigo? - dijo en voz alta y con fastidio, creyendo que se encontraba solo, obserbando a lo lejos como Serenity platicaba con su amiguito.

- Tal vez sea porque tú siempre has pretendido que sea otra persona mi estimado Endymion - el chico observó con asombro a la hermosa mujer de cabellos plateados que hablaba con seriedad, acompañada de una hermosa joven un poco menor que él de hermosos ojos azules como los de su prometida, que obserbaban a los jóvenes divertirse en el jardín.

- Lo lamento mucho majestad, pero considero una enorme falta de respeto a mi persona que permita que su hija tenga una relación tan cercana con ese chiquillo, más cuando se trata de una mujer comprometida, ¿o acaso lo han olvidado? - dijo arrogante y la hermosa mujer suspiró.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 15 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi vida junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora