STARMAN 星 KOOKMIN

03 de enero del 2024.

Jimin sostenía la tarjeta navideña que Jungkook le había preparado, y no pudo evitar sonreír. Era innegablemente mala: la brillantina se desprendía fácilmente debido al mal pegamento, manchándole las manos, y las flores de cartulina estaban torpemente recortadas. Sin embargo, había algo en su imperfección que la hacía especial. Sabía que Jungkook la había creado con los pocos materiales disponibles en el centro de rehabilitación, y ese esfuerzo, pese a todo, hacía que su corazón se sintiera cálido.

No podía apartar la vista de la tarjeta, como si fuera el codiciado boleto dorado de Willy Wonka. Estaba en una de las acogedoras cafeterías de su pueblo, donde el ambiente era tranquilo y la música suave llenaba el aire. Un par de personas conversaban en voz baja a su alrededor, creando un murmullo casi imperceptible que acompañaba su contemplación.

— Así que Jungkook hace ese tipo de cosas. — Edmond le miró mientras sostenía la taza de café entre sus largas manos.

— Es un tierno, realmente no merece nada de lo que le ha pasado.

— Era muy esforzado, recuerdo que todos lo envidiaban un poco por sus calificaciones. — Con un suspiro, Edmond dejó la taza de café sobre la mesa —. Nadie esperaba que todo fuera una mierda para él. ¿Crees que lo dejarán salir después de que cumpla los seis meses?

— Eso espero, aunque no tiene dónde vivir exactamente, eso me preocupa.

Jimin apoyó el brazo en la mesa, fijando la vista en la ventana, absorto en sus pensamientos. La incertidumbre sobre su vida lo tenía atrapado; no encontraba dirección, y la verdad es que su preocupación por Jungkook era tan abrumadora que le resultaba imposible vivir con normalidad. Cada mañana, apenas se liberaba de la somnolencia, el mismo pensamiento le golpeaba: Jungkook estaba en un centro de rehabilitación, con la cara marcada por cicatrices, y enfrentándose a un juicio complicado con su padre.

— ¿Y sus amigos? — Preguntó Edmond, mirando el perfil de Jimin con cierta preocupación.

— Estoy seguro de que no querrá ser una carga para sus amigos.

— Mm, no lo sé, no soy bueno pensando.

Edmond se rascó una mejilla con gesto distraído, sus ojos fijos en el café que giraba lentamente en la taza mientras fruncía el ceño. Los anteojos se le habían deslizado un poco por el puente de la nariz, pero no se molestó en acomodarlos. Estaba preocupado por Jimin; siempre lo veía con esa energía contagiosa y una sonrisa en los labios, pero algo no estaba bien. Había un silencio en él, una ausencia de esa chispa habitual que le resultaba desconcertante. Verlo tan ensimismado, perdido en sus pensamientos, no se sentía correcto.

— Oye tú. — Jimin sonrió, golpeando suavemente la mesa para llamar la atención de Edmond nuevamente —. No pienses tanto, puedo ver el humito salir de tu cabeza.

— Me preocupas, nunca te había visto tan… comprometido con alguien, no sé cómo explicarlo. Y mira que me importa una mierda la gente.

— Es mi primera vez tan atraído por un chico. — La risa de Jimin era dulce y ligera —. Pero en verdad, es algo más que atracción, es… no quiero tocar ese tema todavía, porque es demasiado pronto y me hace sentir tonto.

Jimin se llevó ambas manos a la cabeza, agitando su cabello desordenado con desesperación. Sus dedos se deslizaron por sus mejillas, apretándolas mientras intentaba encontrar algún sentido a lo que sentía. No sabía qué demonios hacer consigo mismo en ese instante. Sus pequeños ojos, antes perdidos en la confusión, se volvieron a enfocar en Edmond, como si buscara alguna respuesta en él.

— Oye, Jimin, está bien, no le des tantas vueltas.

— Es sólo… nunca me había sentido así, tan patético, tan pequeño y miserable. Estoy… estoy tan enamorado que es sencillamente patético y absurdo. ¿Por qué tenía que suceder así? No me entiendo y no entiendo mi corazón o el desastre en mi cabeza. Estoy hundido en este sentimiento desconocido y no sé cómo salir a la superficie, no sé qué demonios hacer conmigo mismo. A veces simplemente quiero llorar de lo estúpido que me siento por amar tanto a alguien. — Jimin negó, mirando hacia la ventana mientras seguía revolviendo su cabello —. No sabía que enamorarse se sentía así, y es absurdo, Jungkook está sufriendo, sufre por cosas horribles, mientras que yo estoy aquí sufriendo porque lo amo. Totalmente patético.

Edmond resopló, no le gustaba ver a Jimin así de inseguro, era su mejor amigo, no podía dejarlo caer.

— No digas esa basura, eres libre de sentir lo que sea sin comparar tu dolor al de los demás. Y enamorarse es una mierda confusa.

— No lo sé, Edmond… me siento como un bebé llorón.

— ¡¿Y qué importa?! Llora todo lo que quieras si es necesario, está bien sentir, a eso venimos a este maldito mundo de todos modos.

Con una suave sonrisa, Jimin volvió a fijar la vista en la tarjeta navideña que Jungkook le había enviado. Sus dedos recorrieron una vez más la capa de brillantina, como si quisiera sentir el tacto de cada partícula, antes de soltar un suspiro agotado.

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Nota: Holensss mi gente bella y saludos especiales a mis seguidores que siempre votan ❤️ volví para quedarme 🗣️🗣️ ha pasado mucho tiempo, igual decir que dejé de escribir porque estaba terminando mis estudios, y efectivamente se terminaron mis estudios ya jdjdjd pero increíble como no tenía NADA de tiempo por esos meses y yo ilusa pensaba que sí podría. Pero bueno, que ya volvimos y medio que este capítulo está inspirado en la escena de una de mis películas favoritas. Les dejo preguntita:

¿Cómo han estado estos meses? ¿Pareja, estudios, trabajo, algo nuevo?

Yo como les comenté, ya me titulé y en mi ig hay fotos 🦝 ahí con el título en mano. Ahora camino al estrellato djdjjddj qué decía. Carlitos fuerans.

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