02. the saint of the emperor

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02

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02. the saint of the emperor













Los caídos se levantan a mi llamada, con mi voz renacerán en la fe.
En cada batalla mi espíritu arde.
Soy Celestine, la llama que
nunca se apagará.
Soy Celestine, el faro en la oscuridad.
Con mi espada alzada,
traigo la verdad.
En el nombre del Emperador,
lucharé sin cesar.













Con la incertidumbre de no saber que pasaría con Padme Amidala, el gran clan acepto sin más el hecho de que no sabrían que pasaría con aquella versión de su princesa y solo quedaba rezar para que encontrara la felicidad que se le fue robada en su vida como la Princesa Deianeira Targaryen.

—¿Listos? —se escuchó la voz de Balerion en la sala.

—Por favor, muéstranos lo que sigue. —pidió la suave voz de Alicent, inquieta ante lo que se venía, pues nada le mostraba respuestas sobre cómo podría tener a su amada hija de regreso a su lado.

—Disfruten. —la voz maliciosamente cantarina del dios prometió que lo que se venía no era nada bueno, y más de uno tragó saliva duramente.

Se sabe muy poco de la vida de la hermana de batalla conocida como Celestine antes de que fuera declarada Santa Viviente.

La voz femenina sorprendió a todos, pues solo se mostraban palabras en aquella pantalla.

—¿No veremos nada? —preguntó Aegon confundido.

—Digamos que no se le ve mucho a esta versión de la princesa. —contestó con burla la voz profunda del dios.

—¿Qué es una Santa Viviente? —preguntó Alicent maravillada, preguntándose que méritos había hecho su hija para ser llamada Santa.

Tal título era mucho más sorprendente pues Deianeira no es que fuera la más religiosa en la familia, adorando más los Dioses Valyrios que los Siete. De todos sus hijos, Helaena era la más apegada a la religión, siendo conocedora de secretos antiguos y futuros. Incluso así, ninguno se aferraba tanto a la fe como la mismísima Alicent, quien siempre buscaba de los dioses por ayuda y respuestas. Sus rezos aumentaron tras la pérdida de Deianeira.

—Estás preguntando las preguntas correctas. —rio Balerion.— Digamos que son sirvientes extraordinariamente devotas de su Emperador. Son seres con grandes habilidades y que no están hechos para morir.

Balerion no dijo exactamente todo, pero ese no era su problema, el estaba aquí para observar, no para ser el libro de nadie. De hecho, mientras menos supieran, mejor.

Los demás en la sala estaban impresionados con la explicación, y aún más curiosos con aquella versión de Deianeira que era una extrema devota. Lo más cercano que habían visto a Deianeira actuar devota era con su dragón.

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⏰ Last updated: Oct 06 ⏰

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