Nueva Paige

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"El dolor nos cambia, los sentimientos cambian, y nuestro corazón se rompe en varios pedazos, solo si somos resistentes podremos enmendarlo"

Paige Gilmore.

El amor nos hace querer.

El dolor nos hace cambiar.

Hay un gran error cuando se dice que el amor es difícil.

Complicamos el amor, porque lo vemos como un sufrimiento, cuando entendemos que el amor es paz y calma es amor verdadero.

El último recuerdo que tengo al despertar es "he sobrevivido"

No recuerdo lo que sucedió ayer. Mis recuerdos se desvanecen desde el momento en el que entré con Kaiden a la cabaña. Miro mis prendas y me doy cuenta de que estoy solo en mi ropa interior.

Pienso lo peor. ¿Acaso Kaiden y yo...?

Trago en seco, abriendo los ojos tanto al punto que parecen salirse.

¿Kaiden y Paige?, ¿haciendo el chiqui chiqui?

No.

Imposible.

Eso es una locura.

¿O sí?

Hago una mueca de asco.

Soy lo peor del mundo.

No. No haría eso ni drogada.

Debe haber alguna explicación.

Al menos me aferraré a ella como mi única esperanza.

Observo la luz de la ventana con ojos soñolientos, un brazo reposa sobre mi cintura, detrás de mí siento una torzo desnudo emitiendo calor.

¿Qué diablos?

Me giré para verlo con los ojos abiertos, Kaiden emitió un ronquido, aún estaba dormido. No lo pensé y de inmediato lo pateé con fuerza.

—¡¿Qué diablos haces pegado a mí, Warren?!— exclamé, tapando mi cuerpo con mis manos.

—Y ahí está la Paige que conozco —Kaiden se sentó, sobándose donde lo patee —, estás loca, ¿Cómo se te ocurre patear a alguien que te salvo el trasero en la maldita mañana?

Ignore sus comentarios, —¿Por qué estoy desnuda?

Kaiden dejó escapar un suspiro agotado.

—Debíamos hacerlo, de lo contrario íbamos a morir los dos congelados.

¿Hacerlo?, ¿hacer qué?

Me alarmé. Me abracé a mí misma, cubriéndome.

—¿De qué diablos hablas?— pregunté con los ojos abiertos.

—Oh, no —sacudió su cabeza, viendo a través de mí —, eres puerca. ¿Cómo se te ocurre pensar en eso?

—¿Qué quieres que piense? Dijiste hacerlo.

—El calor de otro, Gilmore. Tus pensamientos están muy podridos.

—¡Deberías escoger bien tus palabras!

—¿Entonces es mi culpa? —Kaiden suelta una risa exasperada —, debí dejar que los lobos te comieran.

—¡Kaiden!

—Mira Gilmore —se agotó —, te diré lo que paso. Llegamos a la cabaña, casi te mueres del frío, así que nos abrazamos toda la noche.

—¿Solo eso? —inquirí.

I hate youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora