Capítulo 5

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Charlie, visiblemente impactada por la inesperada y asombrosa confrontación que había surgido de la nada, alzó la vista y se encontró cara a cara con la intensidad que irradiaban sus ojos. Una oleada de emociones la invadió, y en un intento por calmarse, tomó una profunda inhalación que le permitió organizar sus pensamientos. Con una claridad y determinación que se reflejaban en el tono de su voz, decidió responderle:

—Pensé que no te importaría, Alessandro. Has estado pasándome por alto toda esta semana, comportándote como si no estuviera presente. ¿Qué es lo que te molesta en este momento?

Alessandro frunció el ceño, manifestando sin lugar a dudas su desagrado hacia la situación, aunque decidió mantenerse en silencio en ese momento. La atmósfera a su alrededor se volvía cada vez más pesada y tensa, como si un manto de incomodidad se hubiera instalado entre ellos. Por su parte, Charlie no se detuvo; continuó expresándose, y su voz resonaba con una mezcla de frustración y melancolía. Cada palabra que pronunciaba parecía llevar consigo el peso de sus emociones, haciendo que su sentir se hiciera palpable en el aire, impregnando el ambiente con una intensidad que no podía pasarse por alto.

—El contrato solo establece que no debemos enamorarnos, pero tú sigues ignorándome y comportándote como si no existiera en absoluto. Lo único que deseo en este momento es ser tu amiga; no quiero sentirme sola en esta enorme mansión, donde la única compañía que realmente tengo es la del bebé. ¿De qué manera crees que Matteo podrá crecer y desarrollarse en un ambiente familiar que esté lleno de amor y cariño si continúas manteniendo esa actitud y esos comportamientos hacia mí?

Alessandro se encontró envuelto en un silencio abrumador, incapaz de pronunciar una sola palabra mientras su mente luchaba por procesar las revelaciones que Charlie le había compartido. Las verdades que ella había articulado le atravesaron como un rayo, dejando una huella tan profunda que lo dejó completamente aturdido. En ese instante de introspección, tuvo una visión clara y reveladora sobre el impacto que su comportamiento había tenido, no solo en Charlie, sino también en el bebé. Era un reconocimiento doloroso y liberador a la vez. Sin embargo, a pesar de esta epifanía, había una parte de él que se aferraba con firmeza a la resistencia; le costaba aceptar plenamente la realidad de lo que estaba ocurriendo a su alrededor.

—No es tan sencillo, Charlie —contestó finalmente, modulando su tono para que sonara más amable y acogedor. Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, aún se podía detectar una cierta reserva emocional en lo que decía—. Existen aspectos de esta situación que te resultarán complicados de entender.

Charlie lo observó intensamente, sintiendo cómo una lucha interna se desataba en su interior. Por un lado, la chispa de una esperanza renovada iluminaba sus ojos, alimentando el deseo de que todo pudiera cambiar para mejor. Por otro lado, una profunda sensación de desesperación se apoderaba de ella, recordándole las dificultades y los obstáculos que aún debía enfrentar. Esa dualidad de emociones se reflejaba en su expresión, mostrando a la vez la anhelante búsqueda de un futuro prometedor y el peso abrumador de la incertidumbre que la rodeaba.

—Entonces, Alessandro, necesito que me ayudes a entender. No quiero que nuestra relación se convierta en una mera obligación. Deseo de todo corazón que seamos capaces de construir una auténtica familia, aunque sea una familia falsa en cierto sentido. Todo esto lo hacemos por el bienestar de Matteo. Anhelo que podamos crear un ambiente donde él se sienta amado y protegido, y que, aunque no estemos unidos por la sangre, podamos ofrecerle un hogar cálido y seguro.

Alessandro dejó escapar un suspiro profundo, como si el aire estuviera cargado con el peso de sus propias barreras emocionales. Era plenamente consciente de que debía esforzarse, no solo por el bienestar de Charlie, sino también por el de su hijo, quien dependía de su capacidad para abrirse y confiar. Sin embargo, comprendía que el viaje hacia la verdadera apertura y la construcción de la confianza sería una tarea ardua y llena de obstáculos. La idea de despojarse de sus defensas y permitir que otros entraran en su mundo le resultaba intimidante y desgastante, pero sabía que era un paso necesario para avanzar y sanar.

—Me esforzaré por conseguirlo —dijo al final, con una sinceridad que sorprendió tanto a él como a ella—. No obstante, requeriré un poco de tiempo para poder llevarlo a cabo.

Maldito Alessandro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora