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Tsubasa Miko

Ya ha pasado un mes desde que entre en la academia de hechiceros y si, Gojo Satoru sigue siendo un dolor de cabeza.

—Vamos, Miko-chan. El karaoke no es tan malo, ¿o si, Suguru? —el albino llevaba más de diez minutos insistiendo en que fuéramos al karaoke después de la misión.

—Satoru, deja de insistir. Esta es su primera misión —me protegió Suguru.

—Pero, solo tiene que observar. Nada le va a pasar ya que yo estoy aquí para protegerla —me guiño el ojo.

—Satoru, ya basta. La estás incomodado.

—Desde el primer día lo hizo —camine hacia el hospital que parecía embrujado dejando a ambos atrás.

—Pronto cae.

—Sigue soñando —le dio dos palmadas en el hombro a Satoru y caminó detrás de mi.

Satoru puso los ojos en blanco y caminó hacia nosotros.

—Y bien, ¿van a entrar o que? —preguntó.

—Los hombres primero —dije señalando la entrada y ellos rodaron los ojos—. ¿Por qué no vino Shoko?

—Le dió flojera. —dijo Satoru.

Suguro lo golpeó en el hombro. —Tenía que tratar a los de primero.

—¿A los de primero? —pregunté preocupada por Nanami.

—Si, en una misión resultaron gravemente heridos.

—Eso les pasa por no ser como yo. —agregó Satoru.

—Pero, creo que nadie quiere ser como tú, Gojo —le resté importancia a lo que él dijo.

—Ay, si. Hazte la dura.

—Cállate, Satoru. Concentrémonos en esta misión. —habló Suguru.

—Pero, solo tenemos que ver cómo Miko-Chan muere y ya. —agregó, de una manera egocéntrica, Satoru.

—¿No era que me salvarías? —me detuve mirando a esos ojos que hipnotizan a cualquiera—. Hombres al fin, siempre mienten. —me di vuelta y camine hacia la oscuridad del hospital.

Ellos se quedaron atrás hablando entre sí mientras que yo seguí adelante ya que parecía que la maldición estaba cerca.

Gojo Satoru.

Y Suguru continuó hablando.

—¿Me estás escuchando? —habló en un tono más fuerte así que me sobresalte y pase mi mirada de Miko a Suguru.

—Ehh...

—Pues, no me escuchaste. —se rascó la nuca— Como te decía, no puedes ser así con Tsubasa, ella no te ha hecho nada para que seas así.

—Yo no he sido rudo con ella. —me defendí.

Rodó los ojos. —"Solo tenemos que ver cómo Miko-chan muere". —me imitó.

—Eso fue... —no supe que decir.

—Mira, ella no quería entrar a la academia pero lo hizo por Nanami, y ahora tú le vas a dar razones para irse aunque haya entrado por Nanami.

—No lo sé, Suguru. Algo me provoca en ser así con ella. Es como si me volviera loco.

—Ay, no empieces con que te enamoraste de alguien que no conoces bien. ¡Solo la has visto un par de veces!

—Ey, pero tampoco es que esté enamorado. ¡Seguro es porque me cae bien! —me excuse.

—No lo sé, no me convence ese argumento...

—Bueno, tal vez ... —sentí la presencia de una maldición grado 1—Mierda.

Corrí persiguiendo la presencia y Suguru tardó un poco en reaccionar pero estaba justo detrás de mi.

~Asegúrate de estar bien hasta que llegue, Miko.~

Tsubasa Miko.

Las piernas no me dejaban de temblar al ver esa maldición. Eso no podía ser débil, de ninguna manera.

Mire hacia todos lados buscando un lugar donde esconderme y vi a un pequeño escondido.

—Mierda, mierda, mierda, ¡mierda! Tengo que salvar a ese niño. —me dije a mi misma.

La maldición con una forma parecida a la de un humano pero con un color de piel muy azul me notó y empezó a venir hacia mi.

Pensé en todas las formas que podríamos salir de ahí pero en todas siempre había que sacrificar a uno de los dos.

—No hay otra manera...

Corrí hacia la maldición y me lanzó cerca del niño.

—¡Huye ahora sin que te vea! —dije escupiendo sangre y el niño corrió hacia fuera sin hacer casi ruido llorando de miedo.

—Primera y última misión: fallida.

Cerré los ojos con fuerza pero un pensamiento no abandonaba mi mente.

~No quiero morir, no quiero morir, alguien sálveme. Satoru...~

—¡¡¡Satoru, sálvame!!! —grite con las fuerzas que me quedaban y con los ojos llenos de lágrimas vi como Satoru y Suguru llegaban— Gracias...

Y me desmayé.

Gojo Satoru.

—¡Satoru, sálvame! —se escuchó desde la puerta de una habitación del hospital.

Abrí la puerta con fuerza y ahí estaba Miko, al hacer contacto visual sonrió y se desmayó.

—Suguru, cuida a Miko. —dije con un semblante serio y enojado. —Yo me encargo de esa cosa.

Ni cinco minutos pasaron cuando la cabeza de la maldición estaba en mis manos y un dedo de Ryomen Sukuna salía de allí.

Tomé el dedo y tiré la cabeza caminando hacia Suguru que traía a Miko en la espalda.

—Buen trabajo, Satoru.

—¿Cómo está?

—Recibió daño, seguro tiene algunas costillas rotas y recibió daño en la cabeza pero va a estar bien.

—Vamos a llevarla rápido con Shoko.

Tsubasa Miko.

—...tienes que llevarla tu, yo me quedaré esperando a los profesores aquí.

—Está bien. Nos vemos, Suguru.

Intente abrir los ojos al sentir que alguien me cargaba en sus brazos. Olía muy rico y sus brazos estaban duros pero cálidos.

Abrí los ojos poco a poco y vi a Satoru llevándome en brazos.

—G-gracias por salvarme, ¿y el niño? ¿Cómo está el niño?

—El niño nos encontró y nos dijo que estabas ahí, Suguru lo va a llevar hasta su casa.

Suspiré. —Que alivio...

Me acomode bien sobre sus brazos y me desmayé perdiendo la noción del tiempo.

———————

HOLAAAAAAA

Nuevo libro del mas guapo ahora.

Yo amo a muchos personajes pero los que me tienen vuelta loca son Kei y Satoru así que aquí están los libros de ambossss

Disfruten y beshos en el anatacio‼️

TikTok: yunaoi_

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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Eyes don't lie - Satoru Gojo x Miko TsubasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora