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Jihyo

Hace cinco minutos que acabamos de comer, Sana  estaba tan concentrada leyendo y eso ya me estaba incomodando un poco, tal vez si...

Le quité el libro de las manos e hice que volverá a verme.

—¿No me vas  decir que lees? -un pequeño puchero salió de mí-. Anda, apenas te conozco y ya me ignoras. Eso es ser egoísta. -ella dejó su libro a un lado y me vió.

—Ignorar es una palabra fuerte, prefiero el término... -se puso a pensar-...observar.-la miré con una cara confusa.

—¿Observar? -asintió-. ¿Me estás observando? -volvió a asentir.

—¿Qué?, que tenga la nariz metida en el libro no quiere decir que no te presté tanta atención. -junto sus mano y volteó a verme con una cara de análisis, dió un último suspiro y habló-. Con solo observarte se que por tus manos... -señaló mis manos que estában el la mesa-...te gustas el boxeo y lo prácticas, por tus dedos se que te gusta el arte y saber dibujar muy bien, te la pasas haciendo tonterías y si es que tienes alguna motocicleta andas en ella. -¡todo eso con solo ver mis manos!-. Tu boca, se ve que fumas, tus labios estan resecos y eso puede ser debido a dos cosas, o no te cuidas los labio, o el humo de un cigarrillo te consumió. Luego están tus ojos, no tienes buenas calificaciones por lo que veo. -iba a preguntar algo cuando ella interrumpió-. Antes de que preguntes, no, no soy bruja. -finalizó.

Esto es demasiado nuevo, primero con solo verme algunas partes del cuerpo ya sabía un cuarto de mi vida, ¿qué rayos con eso?  Esta chica va a sacarme de mis casillas algún día.

—Wow... ¿Cómo hiciste eso? -ella encarnó una ceja.

—¿Hacer qué? -levanté los brazos haciendole entender a que me refería-. Ah, eso. Leer muchos libros tiene sus ventajas.

—Me das miedo. Eres hermana de Momo ¿no? -asintió-. ¿Cómo es que no se dirigen una sola palabra?

—Momo es reservada, popular, tiene una linda novia, buena reputación, si ella no me habla es por puro ego. Te lo aseguró. -se levantó de su asiento e imite su gesto.

—Ahora si que das miedo. Primero conoces mi vida con solo verme. -dejó su bandeja en con las demás al igual que yo-. Dos, dices cosas que ni siquiera yo sabía de tu hermana. -salimos de la cafetería-. Tres, esto no tiene nada que ver con el tema, pero ni siquiera me dijiste que leías.

—Uno, ¿podrías dejar de ser tan preguntona?, dos, conozco a Momo desde que... Bueno desde que tengo memoria, tres "A través del espejo" así, se llama el libro.

Tengo que admitir una cosa, si quiero parecer bruja tendré que leer muchos libros, pero aver. Si para eso tiene que leer libros...

—¿Cuántos libros has leído? -pregunté mientras la alcanzaba para no quedarme atrás-. ¿En serio has leído tantos para saber cómo son las personas?

—Si te digo que leo libros desde que tengo 8 ¿me creerías? -negué-. Bueno, pues créeme, empecé con libros infantiles y luego alcancé la meta de leer un libro de 287 páginas en una semana.

Wow, así que aparte de bruja, es una come libros.

—Entonces... -hice un pequeño silencio para llamar su atención-...¿lees muchos libros?

—¿Que parte de leer libros desde los 8 no entiendes?

—No lo sé, ni siquiera se tu edad como para hacerme una idea. -alcé los hombros.

—19, tengo 19. Para tú información, no me interesa responder más preguntas. -avanzó mientras yo intentaba hacer una cuenta de su edad.

Aver, si ella Lee desde los 8 y tiene 19,quiere decir qué... 19-8 es... ¿¡Lleva leyendo libros 10 años!?

—¿¡Lees libros desde hace 10 años!? -pregunté casi gritando, a lo que todo el pasillo volteó a vernos.

—¿No sabés restar? -no. Pensé, aunque no sabía porque razón, las matemáticas nunca habían sido mi fuerte. Ella dió un largo suspiro y volvió a hablar-. Es 11, llevo 11 años leyendo libros, y sí, prácticamente... Soy como una cerebrito.

—¿Crées poder ayudarme con las matemáticas? -pregunté, en serio quería que mi madre dejara de regañarme por esas malas calificaciones.

—Tal vez sí, tal vez no. Depende, ¿qué ofreces? -cruzó los brazos y fruncioó un poco el ceño,

—¿Qué quieres que haga? -podía aceptar cualquier cosa a este alcance.

—Uh, déjame pensarlo, una oferta como esta no se desperdicia. -y se dió la vuelta y me dejó sola con los pensamientos.

Ahora ya no estaba tan segura de esto, no sólo me metí en algo que no sé siquiera a dónde puede parar.

....

Sana

Antes de entrar a la Universidad.

Me había despertado esta mañana para entrar a la Universidad del centro en la cual acababa de entrar.

No sabía que hacer ni como actuar la verdad, pero siempre hay que ser confiadas. Por alguna razón algo dentro de mí me dijo que al llegar, debería de verme segura.

—Sana ¿has visto el secador del cabello? -preguntó mi hermana asomándose por la puerta de mi habitación.

—Está en mi baño, puedes pasar. -señalé la puerta detrás de mí mientras terminaba de poner las cosas en mi mochila.

—Gracias. -la pelinegra se fue directo al baño y regresó con él en la mano-. Oye, no crees que deberías, no sé. ¿Ser un poco menos callada? -voltee a verla y la ví con una mirada de preocupación.

—No lo sé Momo, tal vez lo haga... -cerré la mochila-. Tal vez no.

—Hermanita, no seas así. Tienes por lo menos que tener algún amigo en esa Universidad. -se sentó en mi cama mirando hacía el techo-. El primer año nunca es fácil, y como hermana mayor tengo que apoyarte, pero sabes como son las cosas, no es porque no quiera hablarte, es porque en la Universidad adapto un papel de "chica inalcanzable". -hizo comillas en la palabra por lo que me reí un poco.

—Si, si, lo sé. -paré un poco mi risa y luego sonreí-. No me gusta ese tu papel pero lo acepto. Al fin y al cabo, aquí me tratas como si fuera un conejito. -Momo se rio un poco y volteo a verme.

—Escucha, sé que estas nerviosa -negué-, asustada -volví a negar-, ¿ni siquiera sientes nada? -negué otra vez.

—Si quiero tener amigos ahí, tengo que verme decidida, y eso es algo que haré, si o si. -hablé con un tono seguro y firme.

—Esa es mi chica. Y recuerda -se paró-, si Jihyo intenta hablarte ya te conté todo lo que hace. Impresionala, tal vez así le gustes a ella. -me guiño el ojo y salió-. Otra cosa... -volvió a pararse en el marco de la puerta-...si te preguntan por que no hablamos, ya te dije que es por...

—Ego. -dijimos ambas al unísono.

—Ten suerte hermanita. -asentí y ahora sí, mi hermana se había ido y yo tenía que irme al primer día de una larga, larga carrera universitaria.


¿Yo Te Gusto? | {Sahyo} |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora