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Los llantos de un bebé se escuchaban demasiado cerca para su gusto, los 4 hombres y entre ellos un herido de bala, llegaban de haber cumplido la orden de su jefe, pero mientras salían de esa cabaña en ruinas no pudieron no notar y escuchar junto con los llantos del bebé, leves jaDeos de una mujer que pedía auxilio.

La mitad de ellos querían desistir y acercarse para ayudarla, pero la otra mitad solo querían llegar rápido a su cuartel y también ayudar a su compañero y líder del grupo. Entre miradas que pedían piedad el líder empatisó no muy seguro y se dirigieron hasta allá.

Encontrando con una imagen casi desgarradora para sus años de mercenarios. Una mujer en bata con la mitad de la ropa manchada en sangre mientras de sus ojos llorosos y rojos pedían cerrarse, a un costado de ella un bebé de por lo menos unos meses, acurrucado en un cesta rectangular para ropa.

Dos de los hombres se apresuraron y dejaron atrás el asco, uno fue por el bebé para revisarlo mientras que el otro se acercaba con cuidado a la mujer.

-Llévenlo... llévenlo lejos! -susurraba y gritaba con las pocas fuerzas que le quedaban, intentó pararla pero era imposible, la mujer estaba muy sensible y dañada, era cuestión de mInutos para que cediera al sueño profundo y la muerte.

Pero lo intentarían, sacando un celular desechable llamaron a emergencias, tomando una decisión en ese lapso de tiempo que demorarían, llevarse consigo al bebé hasta saber que hacer luego.

Otra llamada más para regresar aparte dejando a uno de ellos para que los mantuvieran informados sigilosamente.

Los tres mercenarios fueron hasta la camioneta negra que los esperaba y el chófer solo guardó Silencio.

Pero uno de ellos, el más inteligente probablemente, sospechaba, sospechaba de la facilidad en que la mUjer vió confianza en ellos para que se llevaran a su sangre.

¿Acaso los conocía?, la sangre no podía ser del embarazo porque de lejos estaba esa probabilidad, el bebé en sus brazos fornidos tenía un par de meses. ¿Violencia y Desesperación?

Era su única opción, eligió creer en eso, él solo era un guardia y mercenario, el dinero fácilmente puede cubrir su silencio, entonces recordó su contrato.

Cada encargo, cualquier cosa que suceda a su alrededor será sellada en sus ojos, no abrirán su boca, solo cumplan su parte del trabajo y del resto me encargo yo.

Despejó su mente al mirar al pequeño en sus brazos, era inocente, rodeado injustamente de personas que mataban al objetivo a cambio de dinero. ¿Qué Pasaría una vez que llegaran con el jefe?

Entre miradas, los mercenarios se preparaban para cuando tenga delante suyo al jefe.

Al final deL recorrido bajaron para luego dirigirse directamente a la sala principal.

Varios guardias no dejaban de mirarlos, pues era raro que un bebé estuviera en un lugar así y más después de una misión tan importante.

Ignorándolos siguieron el paso cuando el bebé empezó a llorar, intentaron calmarlo antes de entrar pero muy tarde fue porque la puerta se abrió y el señor Kang los tenía en la mIra desde su sofá.

Su mirada se posó en la criatura que no dejaba de chillar.

Hizo una seña con sus manos para que avanzaran y verlo más de cercA.

Sin decir una sola palabra el jefe de ese grupo le entregó al niño, casi al instante se calmó y sus lágrimas cesaron.

PoR un momento olvidó la grave herida en su cintura, no pasó segundos antes de que se desmaye frente a los presentes.

Con otra señal de su mano, los hombres más cercas se llevaron al herido.

Su vista nunca se apartó del bebé.

Era extrañamente cálido.

Tal vez era la nostalgia porque la vida lo castigó, no podía tener descendientes biológicos.

Es una señal... todavía puedo tener la oportunidad.

Se decía a si mismo, al mismo tiempo que tomaba el arrojo para mantener a su lado al pequeñO.

Mi hijo.

Ya dejé la primera pista🧐
Nos vemos en el próximo(⁠^⁠.⁠_⁠.⁠^⁠)⁠ﾉ
⭐!