Prólogo

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Todo iba tan bien...que ya hasta se le hizo extraño, ya decía el que algo debía salir mal, y vaya que salió terriblemente mal, en su misión se toparon con unas crías que estaban devorando el cuerpo de una mujer joven, fue en ese momento que sabían que estaban jodidos.

En cuanto los vieron las crías comenzaron a llorar, además de que llegaron cazadores de demonios, la vida sin duda los odiaba, el sonido era terrible, tanto que podían jurar que se quedarían sordos.

Eso solo estaba empeorando, las crías solo lloraban para atraer a la madre, ¡Y las madres eran peores!, sin duda nunca es bueno meterse con ellas o sus crías, especialmente si había un papá, bueno, podía decir al menos que murió por una madre furiosa que haber muerto a manos de un dragón corriente...algo es algo.

En cuánto llegó la madre el caos se desató, los cuerpos de los cazadores fueron descuartizados sin problema alguno, Sabito solo le indicó que esperara.

Podía escuchar como eran devorados uno por uno, era asqueroso y le daban ganas de vomitar, pero debía mantenerse firmé, matar a la madre podría empeorar las cosas, especialmente por las crías, así que no debían dudar.

-¡MALDITO!, ¡¿CÓMO SE ATREVEN A TOCAR A MIS HIJOS?!- escuchar los gritos de la madre no lo relajaba, solo le recordaba a quien se enfrentaba, a una madre furiosa dispuesta a proteger a sus crías de cualquier amenaza.

Le hizo una seña a Sabito, el pelinaranja solo asintió, mientras el azabache alejaba a la madre, Sabito debía matar a las crías y rescatar a las personas que estuvieran en el nido.

De una patada alejó a la mujer, no se detuvo hasta que perdieron de vista el lugar donde se encontraban sus crías.

¡Ustedes!, ¡Malditos cazadores, ¿Qué carajos importa que comamos a su especie?!— la mujer se avalanzo furiosa hacía el chico, como si nada su cabeza casi es cortada.

Tomioka sin darle tiempo a responder lanzó algo de fuego lastimando a la mujer, debía retenerla lo más que pudiera, utilizando chaka impregnó su espada en una delgada capa de hielo, cortó la cabeza de la mujer viendo como inútilmente intentaba regenerarla.

—...¡NO!, ¡Mis hijos, son unos monstruos!, ¡Los odio!, hiff, ¡Los odio!— la mujer lloraba de manera desconsolada, al menos no fue a peor.

O eso pensó, un fuerte rugido provocó que el suelo temblará, Sabito llegó a su lado, ambos vieron al cielo, para mala suerte de ellos sus peores temores se hicieron realidad, sin tiempo a reaccionar fueron lanzados.

Al parecer este era solo el comienzo de una noche agitada, por algo las hembras eran más peligrosas que los machos, pero no por ser más peligrosas significaba que tenían más poder.

Rápidamente la criatura fue tras ellos, por ahora esquivaban los ataques, Sabito intentó acercarse, sin embargo fue lanzado demasiado lejos.

—(en estos momentos solo queda una cosa por hacer...)— pensó mientras se ponía en posición de pelea.

De manera rápida apagó las llamas con hielo, ya no le quedaba tanto chaka, debía darse prisa y decapitar al dragón, rápido se reincorporo para dar el golpe final.

Alguien le impidió seguir peleando, logró ver a una chica de cabello rosa y verde, atado en unas bellas trenzas, además de su gran flexibilidad...se estaba alejando del tema, el punto es que la chica logró distraer al dragón, aprovechando corto la cabeza de la criatura.

—eso estuvo cerca— sin duda era un alivió, hasta que se acordó de Sabito y que lo habían lanzado lejos.

—¿Qué pasó?— dijo Sabito mientras corría hacia el azabache, el cual solo señaló el cuerpo de la criatura sin cabeza.

—¡¿Están bien?!— la chica de cabello extravagante se acercó a ambos, los dos solo asintieron.

—¿Eres una cazadora de demonios?— preguntó Sabito viendo a la chica asentir.

—entonces eres un pilar, muchas gracias por la ayuda...— dijo Tomioka viendo a la joven tener un leve sonrojó en sus mejillas.

—me llamo Karonji Mitsuri, ¿Y ustedes?— dijo sonriendo emocionada la chica viendo a ambos.

—el es Tomioka Giyu, yo soy Sabitodijo sonriendo el pelinaranja, ambos se dieron la mano en señal de que ya habían formado una amistad.

Giyu se alejó de ese lugar, debía confirmar más o menos cuántas víctimas había, para su sorpresa no había muchos cadáveres de personas, suspiró más tranquilo.

—bueno, ya nos tenemos que ir, adiós Karonji-sandijo sonriendo Sabito mientras le indicaba a Tomioka que tenían que dar el informé directamente.

El caminó fue algo largo, más considerando que el pelinaranja posiblemente se había roto alguna que otra costilla.

—yo daré el informe, tu ve a que te revisen— le dijo Tomioka viendo a Sabito negar.

—na, estoy bien— ignorando la sugerencia de su amigó siguió el caminó.

El azabache bufó frustrado, siguieron el caminó en silencio, la verdad es que ya estaban cansados, llevaban haciendo misiones diarias por semanas, apenas dormían y comían, les vendrían bien unas vacaciones

Cuando llegaron a la finca de Ubuyashiki, se reunieron con el patrón, Tomioka fue el que tuvo que hacer todo el reporte, mientras Sabito solo aportaba algunos detalles.

—me doy cuenta de que cada vez hay menos dragones— eso no les preocupaba tanto, al menos tendrían un descansó.

—si me permite, posiblemente sea por su manera de expandirse, además de que tienen cierto periodo para hacerlo— opinó Sabito, el ojiazul solo asintió apoyando la teoría.

—de ser así cada vez estamos más cerca del rey— aunque el rostro del patrón mostraba que estaba serenó, ambos sabían que estaba ansioso, estaban cerca de su objetivo, eso era bueno y malo a la vez.

Bueno porque tendrían la oportunidad de matar al rey de los dragones, mala porque posiblemente muchos morirían, para eso deberían reunirse con los más fuertes de la organización, lo iban a conseguir a como de lugar.
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~Continuara~

𝑫𝒓𝒂𝒈𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒚 𝒅𝒆𝒎𝒐𝒏𝒊𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora