El Mercado Nocturno había alcanzado su punto álgido. El reloj marcaba casi las 2 de la madrugada, y una energía densa y peligrosa se extendía por el aire. La euforia de la noche llegaba a su clímax, pues a esa hora aparecían los vendedores más oscuros. Los puestos clandestinos, antes ocultos, comenzaban a exhibir sus mercancías prohibidas: drogas, alcohol de dudosa procedencia, armas y suministros ilegales que atraían a los más desesperados y temerarios. Los murmullos y risas borrachas entremezclaban con el crepitar de las hogueras improvisadas y el eco de pasos apresurados por las callejuelas.
Pero esa atmósfera de desenfreno fue interrumpida abruptamente cuando una figura conocida se abrió paso entre la multitud. La chica rubia, dominante, apareció alzando un mechón de pelo azul en su mano, ondeándolo como un trofeo en el aire. La multitud se detuvo, sus miradas se clavaron en la rubia.
—¡Escuchad bien! —gritó, con una sonrisa cruel dibujada en su rostro—. Aquel que me traiga a los muchachos de pelo azul y al jorobado de Notre Dame muertos, recibirá una recompensa inimaginable.
El silencio se extendió por un momento, mientras los presentes asimilaban sus palabras. El viento agitaba el mechón azul que la rubia sostenía con desprecio, y los ojos de los espectadores brillaron con una mezcla de codicia y violencia. Sabían que la chica rubia no bromeaba, y una recompensa tan jugosa en un lugar como ese podía cambiar la vida de cualquiera.
La propuesta despertó el interés de los más oscuros personajes del mercado. En cuestión de minutos, un murmullo de aceptación se expandió entre los asistentes, transformándose rápidamente en un clamor por encontrar a los dos chicos. La multitud, alimentada por la promesa de riquezas, se organizó en pequeños grupos, decididos a rastrear cada rincón del mercado para cumplir con el macabro encargo.
Tom, quien estaba a unos metros de distancia, escuchó las palabras de la rubia y sintió una oleada de ira y alerta recorrer su cuerpo. Sabía que estaba en peligro. El hecho de que lo llamaran "el jorobado de Notre Dame" lo enfurecía, pero la amenaza era demasiado real como para dejarse llevar por el enojo. No podía permitirse ser capturado, y mucho menos muerto. Debía actuar rápido.
Ocultándose entre las sombras, calculando sus movimientos. Sabía que no podía escapar del mercado sin ser visto; las entradas estaban vigiladas, y la rubia había movilizado a casi todos los presentes. La situación era peligrosa, y Tom, aunque entrenado en el pasado para misiones de espionaje y supervivencia, sabía que estaba en clara desventaja.
Por otro lado, Jake, que hasta entonces había permanecido apartado, aún no era consciente del peligro inminente. Tras su humillación en el baño y el altercado con Tom, se había quedado inmóvil , intentando procesar sus emociones. Aún tenía el pecho oprimido por la culpa y el miedo, pero la realidad lo alcanzó de golpe cuando oyó los gritos y las órdenes de caza que la rubia había lanzado.
Al escuchar su nombre, su corazón dio un vuelco. Sabía que todo el mercado lo buscaría a él y a Tom. El pánico comenzó a apoderarse de él. ¿Cómo había llegado a este punto? Se suponía que esta fiesta era para disfrutar, para seguir fingiendo ser alguien que no era.
Jake no era un luchador, no como Tom. Pero sabía que debía actuar rápido si quería sobrevivir. Decidió salir de su escondite con cautela, buscando la manera de escapar o de encontrar a Tom antes de que alguien más lo hiciera.
Mientras tanto, la rubia observaba con una sonrisa sádica cómo la multitud se dispersaba en busca de sus presas. Se regodeaba en su poder, convencida de que pronto tendría a ambos chicos bajo su control, o mejor aún, muertos. Era una oportunidad para consolidar su dominio y en la jerarquía alfa. Si Jake seguía siendo útil, lo mantendría a su lado, pero si no, no le importaría eliminarlo.
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La última misión (Tom x Jake omegaverse)
Romance🔞 Tom, un ex-espía caído en desgracia, recibe una llamada a altas horas de la noche en el pequeño garaje alquilado. Sus antiguos jefes le conceden una última oportunidad: una misión que podría devolverle su puesto de trabajo, si logra cumplirla.¿Se...