En un pequeño y céntrico apartamento de Vesper, decorado con muebles modernos y minimalistas, se encontraba una chica de estatura media y de cabello castaño rojizo que tenía sus grandes y afilados ojos color miel fijos en su mejor amiga. Las paredes del apartamento estaban adornadas con cuadros abstractos y una suave luz cálida iluminaba la estancia, creando un ambiente acogedor.
Su amiga no paraba de hablar, intentando convencerla de que la ayudara. Su liso cabello dorado ondeaba al ritmo de sus efusivos movimientos, y sus largas extremidades se movían con energía. Lo que más destacaba eran sus chispeantes ojos azules, llenos de emoción y determinación.
–A ver, un momento. ¿Me estás diciendo que no tienes nada mejor que hacer un martes por la noche, como dormir, por ejemplo. Así que decides aparecer en mi casa para invocar a un demonio porque te da miedo hacerlo en la tuya y que te arrastre de tus feos pies hasta el inframundo mientras duermes.
–¡Oye! Mis pies no son feos. Además, ¿qué más te da? Tú no crees en estas cosas, no pierdes nada por intentarlo –dijo la de pelo corto, con una expresión de fingida indignación mientras suplicaba a la castaña que invocara a ese ser del inframundo.
–Pierdo varias cosas, entre ellas mi tiempo, dignidad y aguantar a una loca, hacer un inservible ritual satánico en mi salón, para mí son razones más que suficientes y encima no gano nada con ello.
–Si lo intentamos, te prometo que no volveré a molestarte con ninguna tontería por el resto del trimestre. Además, te invitaré a comer una vez al mes. Por favor, hagámoslo. Necesito aprobar estos exámenes como sea. – La contraria no tuvo más remedio que aceptar la tentadora oferta, ya que le proporcionaba una tranquilidad segura por hacer algo que, según ella, era inútil.
El ritual resultó ser más complejo de lo que Blaze había pensado. Su amiga había conseguido tizas, vino y hasta dos ramas de avellano. Primero dibujaron un símbolo extraño que, según Lía, era un sello muy necesario. Luego, trazaron el círculo del infierno en el suelo y prepararon una copa con el vino mencionado.
–Bien, ahora debes poner tu mano izquierda en tu cara mientras con la derecha agarras la rama y recuerda debes golpear los cuartos Sur y Este con ella cuando él aparezca. – Lía parecía muy convencida con este plan y tenía la determinación en su mirada.
–¿Cómo sabré dónde estoy golpeando si tengo literalmente toda la mano en la cara?
–Tonta, la mano solo te tiene que cubrir la nariz y la boca, los ojos los tienes libres y no te confundas de mano, por tu protección es muy importante que te cubras con la mano izquierda donde tienes el anillo.
Asintiendo a los pedidos de su amiga, esperaron a la hora acordada, la de las brujas para ser más específicas, intentaron la invocación y como era de esperar nada sucedió, probaron dos veces y aún no pasaba nada interesante. Acabando una muy desilusionada y otra irritada, sin embargo, ambas estaban agotadas. Solo quedó un olor algo ahumado de los restos de velas medio consumidas, mezclado con el polvoriento y seco olor de la tiza y el dulce pero ácido vino tinto.
–Te lo dije, esto es ridículo, si los demonios existieran ¿tú crees que no tendrían nada mejor que hacer que concedernos deseos a los mortales? Y si eso fuera cierto, todo el mundo invocaría demonios y conseguiría lo que quiere, pero por suerte o por desgracia no es así. – medio regañó la morena ya harta de la situación.
–Está bien, tienes razón, pero aun así gracias por intentarlo tantas veces, será mejor que me vaya, al final sí necesitaré estudiar y es mejor que empiece cuanto antes. – y de manera algo decaída con la espalda encorvada, la mochila a hombros y los pies arrastrando se despidió la rubia de su amiga, dejando a Blaze dormir al fin.
Las primeras horas de sueño fueron tranquilas, todo estaba en calma, tanto dentro como fuera de la vivienda. La ciudad estaba envuelta en una oscuridad silenciosa, solo interrumpida por el ocasional sonido de un coche pasando por la calle y el murmullo distante de la vida nocturna.
Un ligero temblor hizo que los ojos miel de la joven muchacha se abrieran confundidos, haciendo que esta se levantara a inspeccionar cuál era la causa de la perturbación de su sueño.
Se asomó por la ventana y vio que todo seguía en calma. Supuso que no podía ser un terremoto, ya que sería muy poco probable que nadie lo notara en una zona tan poblada. Su siguiente destino fue su cocina, para ver si pudiera haber algo que fuera la causa de la perturbación de su sueño.
Allí lo vio, a un alto chico de cabello azabache y piel pálida, se encontraba analizando la estancia mientras en su mano izquierda sujetaba la copa de vino olvidada en el ritual.
–¿Quién eres tú y qué haces en mi casa?
–¿Por qué siempre preguntan lo mismo los humanos? ¿No hay oraciones más originales?
–Espera... ¿Has dicho humanos?
–Esa tampoco es muy original, pero para ahorrarnos tiempo y una situación un tanto agónica como monótona te explicaré brevemente: Me llamo Beleth, soy uno de los 7 reyes del infierno y el demonio que has invocado esta noche.
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El Rey del quinto circulo
Teen FictionCuando Blaze se encuentra cara a cara con Beleth, el enigmático y poderoso Rey demonio del quinto círculo del infierno, su vida da un giro inesperado. A medida que se forma un vínculo sobrenatural entre ellos, Blaze debe navegar por un mundo lleno...