Suena el despertador a las siete de la mañana, un horario que últimamente lo utilizaba para otras cosas, desde beber, follar... Hasta rascarme los cojones en la cama viendo videos en internet, sin contar con madrugar para empezar un nuevo curso de mierda.
Deslizo la mano por el lado izquierdo de la cama, en busca de la persona con la que dormí anoche, siendo más específico, Valeria. Hace apenas seis meses que comenzamos a denominarnos como "follamigos", algo que sin duda nos representa a la perfección. No solo porque no seamos capaces de formar una relación sería (me sale urticaria de solo pensarlo), sino porque follamos como animales.
No tenemos una amistad desde pequeños, pero tampoco nos hemos conocido ayer. Más bien nos conocemos desde hace un año, cuando ella comenzó la universidad y yo pasaba a segundo grado. Desde el primer momento sentí atracción por ella, y no por su cuerpo de escándalo y su casi metro setenta, sino por ese pelo rojizo que te cautiva a kilómetros. Y por supuesto, por esos labios rosados, los cuales son diferentes, el de arriba con un pequeño tamaño en comparación con el inferior.
Me levanto de la cama a duras penas y lanzo el teléfono a la otra punta de la habitación, al sillón para ser exactos. Avanzo hacia el baño sin mirar la hora que marca el reloj y me introduzco dentro de la ducha para quitarme este olor a sexo que tanto me ha caracterizado estos últimos meses. Es una mierda ver que después de unas vacaciones tan mágicas, de nuevo vuelva la rutina, la misma desde hace dos años. Asistir a clase, estudiar como un gilipollas e intentar ser el mejor estudiante en comparación con los demás, pero no porque yo lo desee, sino para que mi padre se sienta orgulloso.
Muevo la cabeza de un lado a otro para poder deshacerme del agua que gotea de mi pelo y rápido me pongo el uniforme, que de nuevo han decidido cambiar. Llevo tres años asistiendo a esta universidad, y tres veces han decidido "mejorar" la ropa que nos tenemos que poner a diario. Una tortura, aun no sé cómo hay gente que sigue viniendo a este lugar para estudiar.
Bajo las escaleras y saludo a mi padre con un golpe en la espalda, parece que es el único que se encuentra en casa, o quizás es que los demás siguen durmiendo como marmotas. Hace diez años que mi madre falleció por un cáncer de mama, al principio los médicos aseguraban que podría salir intacta de aquellos tratamientos y quimioterapia. Meses después, mi madre era incapaz de levantarse de la cama sin ayuda de un bastón o la mano de mi padre. Delante de mí fingía que todo estaba bien, pero un niño de once años no es gilipollas, y sabe a la perfección cuando su madre se encuentra como siempre, o por lo contrario está hecha mierda.
Pude decirle lo mucho que la quería antes de morir. Los médicos nos llamaron desde el hospital para que fuéramos a despedirnos de ella, ya que era cuestión de horas que su corazón dejara de latir y tuviera un fallo multiorgánico. No era exactamente lo que nos dijeron, pero si fue lo que ocurrió.
Sé que cualquier hijo desearía poder despedirse de su madre, sabiendo que no volverá a verla junto a él nunca más. Pero no puedo opinar lo mismo. No es fácil coger la mano de tu madre y suplicarle llorando que no se fuera, que se quedara al menos un año más, lo suficiente para que aprendiera a cocinar y supiera hacer las funciones básicas de la casa. Mi padre podría hacerlo todo, pero joder, yo necesitaba a mi madre. Tuve que ver cómo los médicos cerraban sus ojos cuando la máquina que controlaba su ritmo cardiaco formó una línea recta y provocó un sonido muy desagradable, esos ojos que aún me miraban con ese amor que siempre demostraba frente a los demás.
Quizás sea un hijo de mierda, pero hubiera preferido despedirme de ella el día antes, y no verla en las condiciones en las que la vi. Rodeada de cables por todos los lados, con máscara de oxígeno, y sobre todo con ese puto pañuelo que cubría su cabeza, sin poder ver ese cabello rubio que tanto me gustaba acariciar de pequeño.
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Un Otoño Llamado Nosotros🎃🍂
Teen FictionLO TENEIS A LA VENTA EN AMAZON🙌🏼🩷 Laia ha pasado parte de su vida en Carolina del Norte, pero tras tomar una decisión un tanto complicada, decide ir a Edimburgo donde vive su padre, para empezar la universidad junto a su mejor amigo Alex. Pero al...