⚡Capítulo 1⚡

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Draco y Harry se encontraban acomodando la habitacion que les habían asignado y que compartirían hasta el final del año escolar, el lugar era lo suficientemente amplio y espacioso, algo que Draco agradeció sin duda. El rubio acomodaba minuciosamente todas sus pertenencias en el lado de la habitación que le había tocado. Acomodó su cama, la ropa en su baul, libros y más librós. Finalmente, organizó por último su escritorio. Pero con Harry en el otro extremo silbando y tarareando canciones mientras acomodaba sus cosas, era un verdadero martirio para el rubio ser consciente de la existencia del moreno estando solos en ese lugar. Empezó a limpiar frustrado, la mandíbula apretada y el ceño fruncido.

-Maldita sea, ¿no puedes desaparecer en lo que yo termino de limpiar? -se quejó Draco, sin poder aguantar mas, fastidiado por los silbidos de Potter-. ¡¿Por qué estoy aquí contigo?!

-Deja de quejarte, Malfoy. No eres el único que va a tener que soportar esto, intenta quejarte sin perturbar mi paz -espetó Harry.

Draco se gira y lo mira con desagrado, sus puños se cerraban con fuerzas sobre el escritorio.

-Todo es tu culpa, cararajada. -le señaló con un dedo, furioso-. ¡Siempre es tu culpa, todo esto es tu culpa! ¡Si estoy aquí en este maldito lugar es gracias a ti!

Harry suspiró, irritado, intentando calmarse mientras escuchaba las quejas del rubio.

-¿Estás diciendo entonces, que todo es por mi y, que tú nunca tienes la culpa de nada? ¿Verdad? -preguntó, lo más paciente que pudo, intentando no maldecirlo en ese momento.

-Por supuesto -Se irguió Draco-. Eres un idiota si piensas que estamos aquí porque eres genial. No Potter, si no fuera porque estallas cada que te molestó por ser un idiota, no estaríamos aquí, pero que se puede esperar de un fracasado como tú, que no puede aguantar unas cuantas bromas.

Harry frunció el ceño tan fuerte que podía sentir como todo el coraje se acumulaba en las venas de su cuello mientras sus puños se cerraban con fuerza. Y es que el descaro de Malfoy y la facilidad que tiene para escupir palabras que terminaban por acabar con toda su paciencia, porque Harry tenía mucha paciencia, pero este oxigenado malcriado sabia acabar rápidamente con ella.

-Bien. ¿Quieres empezar con esto?, ¿Fracasado dices? -preguntó fastidiado, acortando la distancia entre los dos-. Tú, como cazador eres un asco Malfoy, eres siempre un problema a la hora de jugar, que tengas un lugar en el equipo de quidditch es gracias a tu padre por asegurarte un lugar comprando todas aquellas escobas para el equipo. Pero si hemos ganado todos los partidos consecutivamente es gracias a mí. No por ti, que eres el peor cazador del equipo. ¿Quieres que vaya más allá? En clase de Defensa eres un chiste, ni un Patronus sabes conjurar hasta ahora. Que en lo único que destaques sea en Posiciones, es por el favoritismo que te da el profesor Snape. Así que, Malfoy, si tú eres alguien en esta escuela es gracias a tus padres, y a los privilegios que tu apellido ofrece. -Lo mira evaluando sus reacciones-. En cambio Malfoy, yo me he tenido que esforzar en todas las cosas que me he propuesto hasta hoy. Porque a pesar de que mi padre sea un sangre pura con un apellido reconocido y respetado en el mundo mágico, jamás lo he utilizado para conseguir ventaja de eso en mi vida. Así que, cállate, Malfoy, porque si yo me lo propongo, puedo incluso dejarte en tercer lugar como mejor estudiante. Porque ni siquiera el primero te puedes llevar. Hermione, una "sangre sucia" como le llamas, es la mejor estudiante de todo Hogwarts, que vergüenza para un Malfoy ¿No crees?.

Harry, enojado, sacó su varita de su pantalón. Draco asustado por aquel movimiento del moreno se movió hacia atrás cauteloso, preparado para sacar su varita si era necesario. Pero lo único que hizo el azabache fue volverse dandole la espalda, para terminar de arreglar sus cosas con un conjuro. Después tomó su túnica atrayendola con un Accio, saliendo así enojado de la habitación, cerrando con fuerza la puerta detrás de él.

Malfoy sacó el aire que tenía atorado en cuanto Potter salió. Jadeando mientras un pequeño temblor en su cuerpo empezaba a hacerse presente. Todo lo que le había dicho Potter lo había hecho enojar tanto, pero que si era cierto, que si tenía mas privilegios que otros, era un Malfoy, merecía eso y mucho mas. Estaba temblando, pero no sabía si su temblor era por miedo o por rabia.

-¡Aaah! -Pateó su escritorio con fuerza. Nervioso empezó a morder su dedo gordo con desesperación, pensando que hacer para que lo sacaran de ahí. No quería pasar ni un día mas ahí metido con aquel maldito cuatro ojos. Decidido salió de la habitación y se dirigió a las mazmorras, donde sabía que encontraría al profesor Snape.

«Suplicaré, me arrodillaré si es necesario, me humillaré todo lo que tenga que humillarme con tal de que me saqué de ese maldito lugar.»

***

-NO -dijo tajante el profesor-. Sin quidditch, sin vacaciones. Hasta que aprendan a dejar de lado esas estúpidas peleas de niños mal criados. No pienso moverte de ese lugar, ni a ti, ni a Potter, hasta que los dos aprendan a dejar esas niñerías de lado.

Malfoy solo lo miró con los ojos muy abiertos, apretando su mandíbula para no contestarle, mientras su padrino acomodaba tranquilamente unas pociones en las estanterías que se encontraban detrás de su escritorio.

»¡Maldita sea!«

Indignado, se giro para salir de ahí azotando la puerta con todas sus fuerzas, escuchando un golpe estridente. Fue directo al campo de quidditch, intentaría volar y calmarse. Al llegar, se dirigió a buscar su escoba, la Nimbus 2001. Pero, para su mala suerte, el cara-rajada ya se encontraba surcando los cielos con su Saeta de Fuego.

Ya casi sin paciencia, agotado de ese día tan frustrante, corrió lejos de ahí lo mas rápido que pudo, dirigiéndose a los baños abandonados, donde se encontraba la famosa Myrtle la llorona. Un fantasma que impedía que alguien entrará ahí por no querer escuchar llorar a la niña muerta con tan horrible chillido. Al llegar, no le importó que Myrtle empezará a chillar alrededor de él. Empezó a gritar y patalear, sacando todo su coraje y frustración. Entonces, sin darse cuenta, terminó llorando encima de un lavabo agitado y con su respiración acelerada. Entonces para su sorpresa fue consolado por Myrtle. Sorprendentemente para Draco fue reconfortante estar ahí con ella mientras lo escuchaba llorar. Ya mas tranquilo, empezó a platicar con el fantasma sobre sus molestias y todo lo que había pasado, empezando por lo que había hecho su amiga Pansy, de quien no quería hablar mucho en ese momento, de lo traicionado que sentía por ella y por su padrino al ponerse de acuerdo los dos para ponerlo en el mismo lugar que su némesis, Harry Potter.

-A este paso -menciono el rubio-. Lo único que van a lograr es todo lo contrario a lo que quieren, porque yo jamás, jamás, ¡Jamás!, podre llevarme bien con ese bastardo. ¡Odio y odiaré por el resto de mi existencia a Harry Potter!

¡Hola! Bienvenidos a el primer capítulo de esta corta o larga historia, ( la verdad no sé ) de estos dos chicos que amamos mucho.

Estare publicando un nuevo capítulo una o dos veces por semana, asi que esperó que le den mucho amor a mi historia que de drama tendrá mucho, pero que terminará, ya saben, con estos dos amándose con locura. Pero para eso si van a pasar por cosas muy estresantes para los dos.

Bueno, por ahora, esto sería todo, me encantaría poder leer sus comentarios, sería una buena motivación para mi.

Nos vemos en el próximo capítulo, besos a todos. Chauuuu.

ENEMY TO LOVERS  (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora