Magda había logrado su sueño. En junio tuvo que volar directo a Los Ángeles pues su estilo como violinista había captado la atención de algunos productores. Su mezcla de estilo clásico y dance/electrónica la hicieron resaltar y ahora producía varias canciones originales para su primer álbum.
Se sentía feliz, pero también tenía un poquito de envidia. Ella habría querido eso, alcanzar reconocimiento y que el mundo supiera quién era Sunny Brown. Sin embargo, estaba en su casa sentada en su sofá teniendo en su mano una lista de deseos y cosas que quería hacer antes de morir sin cumplir.
Y solo estaba viendo en su mano aquella hoja decorada con brillos y cintas donde había puesto todas las cosas que soñaba.
1. Tener un novio (Tal vez)
2. Componer la banda sonora de una película
3. Tener mi propio concierto de piano ✔️
4. Ir a un concierto de Taylor Swift
5. Casarme a los veinticinco años
6. Bailar en mi propio número musical ✔️
7. Viajar a una isla paradisíaca una semana completa
8. Conseguir un donante
9. Ir a Estados Unidos otra vez y ver a mis padres
10. Disfrazarme de bailarina en Halloween ✔️
Diez cosas que al leerlas le parecían muy tontas y algunas hasta infantiles, pero siendo que ya su esperanza se había agotado, ahora hasta las sentía imposibles.
Volvió a guardar la hoja en su mochila y suspiró. Tomó sus cosas pues tenía que ir a revisión y sabía que Xander la mataría si se la saltaba. Realmente no entendía el interés tan repentino de Xander en ella pero era bonito tener su atención (imaginariamente hablando podría tachar un punto de su lista secreta) pues que él estuviera en su modo más acosador era como tener un novio.
Recordó el día en que lo conoció mientras caminaba para tomar el autobús camino al hospital. Había ido a su casa pues estudiaba con la hermana de él y al verlo, todo fue automático. Era perfecto, alto, castaño y con aquellos ojos marrones. Además que lo había visto tocar la guitarra. Se suponía que debía ensayar pues con Katrina tenían una presentación de música clásica, pero, le fue imposible tocar una sola nota frente a él.
Ella, que jamás se ponía nerviosa delante de nadie había quedado paralizada delante de su presencia.
Y solo pudo tocar algo y cantar cuando volvió a la sala de ensayo de la orquesta.
Y tuvo la suerte de que su profesor de piano la viera y gracias a eso le dieron más protagonismo en las presentaciones del Royal, así que en parte, el hecho de tener su propio concierto de piano se lo debía a Xander Trainor también.
Y recordaba la primera vez que subió sola al escenario del Royal, como había llamado a sus padres pero ellos no habían ido por lo cual había dos asientos vacíos justo cerca. El reflector sobre ella y el piano de cola color negro. Y como había sacado toda su frustración en una pieza magistral que dejó a todos en una ovación que duró tanto como lo que había tocado.
Por suerte, era Beethoven. La rabia y la frustración siempre salían a relucir en sus piezas.
Y si se ponía a pensar a conciencia, todas las cosas que pudo marcar de su tonta lista habían sido gracias a Xander. Subió al autobús, se hizo los exámenes que debía y se quedó un rato recostada descansando pues esa rutina la agotaba. -Es sorprendente que no hayas tenido otro brote. -dijo su doctor mientras le tomaba una muestra de sangre. -eso es algo bueno, sabes bien que tu enfermedad no remite, pero podría significar que está más controlada.
-Es extraño. -dijo tosiendo un poco. -he estado más estresada y ansiosa que nunca. Mi mejor amiga se fue a Estados Unidos, la forcé porque ella también tiene que seguir su carrera y no solo cuidarme. Pero siento rabia porque yo quería hacer eso...
-¿Has sentido dolor? -negó y el médico llenó sus recipes para dárselos. -Como bien sabes no puedes alterarte a grandes magnitudes. Un nuevo brote es peligroso para ti, y ya uno de tus riñones está bastante comprometido. -Sunny asintió y tomó los papeles. -Trata de divertirte y ser feliz. Los inmunosupresores funcionan, pero sabes que debes mantener un régimen.
Sabía cómo funcionaba su enfermedad. Su mismo cuerpo la estaba matando, sentía a veces dolores en el pecho y le costaba respirar. Fátiga, fiebre, a veces se le caía el cabello y estaba muy baja de peso por mucho que siguiera su régimen. Tenía que cuidarse incluso del sol pues su piel era muy sensible, había momentos donde tenía los ganglios inflamados y en los peores días, muchas náuseas y vómitos. Su síntoma más grave era el daño al riñón derecho, y era a veces difícil mantener una actitud positiva con toda esa carga encima. -Gracias por todo, doctor. Nos vemos pronto.
-Nos vemos, Sunny. Recuerda que aunque la enfermedad no tenga cura puedes tener una vida normal.
-Sí. Gracias. -y al salir solo pudo pensar ¿Qué clase de vida tengo? "Normal" era una palabra muy aburrida, ordinaria. No quiso ir a su casa, sino al Royal. Aún en las vacaciones, muchos estudiantes estaban ahí pues se quedaban en sus residencias. Fue directo a la sala de ensayo justo al piano y lanzando la mochila a un lado de la banqueta, levantó la tapa y pasó la tecla por los dedos.
"Vida de soledad"
Sí, tenía amigos, pero sabía que ellos no debían dejar sus vidas para adaptarse a ella y a su loca existencia. Su familia tenía tanto tiempo sin hablarle que ya sentía que no formaba parte de una.
Y mientras tocaba, creyendo que estaba sola, sintió que alguien la miraba. Volteó a ver justo a la puerta y ahí estaba él. -¿Beyoncé? -Xander bajó hasta el escenario con una sonrisa y ella se detuvo. -solo sigue tocando.
-Xander. ¿Qué haces aquí? Creo que la última vez que nos vimos dije que sería la última vez que nos veríamos. -dijo notando como él iba justo a sentarse en la banqueta del piano al lado de ella. -Te lo dije
-Sé lo que dijiste. Pero... también dijiste que estabas sola, que así te sentías y no quiero pensar como estarás ahora que Magda se fue. Vamos Brownie, ¿por qué insistes en que estemos alejados?
Ella alzó los hombros y volvió a poner una mano sobre las teclas del piano. -Supongo que no quiero que ningún corazón salga herido. En especial el mío, tengo miedo. Tú me das miedo.
No supo cómo responder a eso, así que poniendo también su mano sobre el piano queriendo rozó la mano de ella y le sonrió. -Debo confesar algo. Cuando dijiste que te sentías sola, lo entendí.
-¿De qué hablas?
-Qué sé lo que se siente estar solo, y aunque tengas personas a tu alrededor, tener miedo de lastimar a otros porque somos como granadas a punto de explotar.
-Eso es muy 2014. -soltó una risita y lo miró. -creo que somos más como estrellas que tarde o temprano van a colisionar o a explotar y a convertirse en un agujero negro.
-Y si estamos destinados a explotar ¿Por qué no hacerlo juntos? Sunny, si es algo inevitable entonces ¿Por qué tratas de evitarlo?
-Voy a morir.
-Todos estamos muriendo, Sun. ¿Por eso te niegas? Toquemos... -y lo vio sacar el estuche de su guitarra. -¿Halo? Beyoncé también me encanta.
-Estás empeñado en hacernos vivir esta colisión ¿Verdad?
Él alzó los hombros y sonrió. -Claro. Hagamos algo, Sunny. Un verano nada más, solo este verano. ¿Qué puede salir mal?
-Todo. -Pero aunque lo dijo, sus manos se pusieron sobre las teclas y comenzó a tocar a la par en una perfecta armonía junto a ella. Al terminar la pieza se sentía viva y solo se quedaron viendo.
-A veces esta clase de armonía está destinada.
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El Secreto
Teen Fiction"Aprender es siempre un regalo, incluso si el dolor es el maestro". Xander y Sunny se vieron envueltos en una historia pequeñita. Ella es la amiga de la hermana de él, y él, es una estrella en ascenso al ser la segunda guitarra de la banda londinens...