Capítulo 5

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La habitación, ahora en calma tras el torbellino de pasión, estaba bañada en una suave luz matutina que se filtraba a través de las cortinas. La cama grande y cómoda, que había sido el escenario de su éxtasis, estaba ahora desordenada, con sábanas arrugadas y almohadas desplazadas. First y Khaotung yacían juntos, abrazados, sus cuerpos entrelazados y levemente pegajosos. Ambos estaban profundamente dormidos, exhaustos pero satisfechos.

La piel de First a un estaba impregnada con el aroma de la intensa pasión de la noche anterior. Khaotung, en su abrazo, tenía la cabeza reposando en el pecho de First, su respiración regular y tranquila. Los dos estaban en paz, sumidos en un sueño reparador, completamente ajenos al nuevo día que comenzaba.

La luz del sol, cada vez más intensa, comenzó a iluminar la habitación, deslizándose sobre las pieles desnudas de los amantes. Los primeros rayos del sol acariciaron el rostro de First, despertándolo lentamente. Se estiró, sintiendo el peso de la noche pasada en cada músculo, y notó el calor de Khaotung a su lado. Una sonrisa cruzó su rostro al recordar los momentos que habían compartido.

First, aún adormilado, tomó su celular que reposaba sobre la mesita de noche. Al desbloquearlo, se encontró con una avalancha de mensajes de cumpleaños sin responder y varias llamadas perdidas. Las notificaciones parpadeaban en la pantalla, recordándole que el mundo exterior seguía su curso. Entre ellas, notó un mensaje de su madre, preguntándole si le había gustado el pastel que Khaotung había preparado. Ese fue el primero que respondió, con una sonrisa traviesa en el rostro al recordar el sabor del postre sobre la piel de su novio.

Luego, First decidió que era momento de avisar a todos que estaban bien. No querían que nadie se preocupara por su ausencia inesperada. Escribió un mensaje para su grupo de amigos:

"¡Hola a todos! Lamento no haber respondido antes. Khaotung y yo estamos bien, pero estamos un poco agotados después de celebrar mi cumpleaños. Comimos mucho pastel y tenemos algo de resaca. No iremos a trabajar hoy. Gracias por los mensajes y las llamadas. ¡Nos vemos pronto!"

First envió el mensaje y luego se recostó nuevamente, observando a Khaotung, su lindo gatito, quien dormia profundamente, ajeno al mundo. Con una sonrisa suave, le quitó con cuidado la diadema olvidada que aún descansaba sobre su cabeza, dejándola sobre la mesa de noche, para después acomodarse y abrazarlo. Era lo único que no había logrado quitarle en toda la noche. La diadema, era un accesorio tan simple, pero la forma en que Khaotung lo lucía, con esa mirada juguetona, fingiendo inocencia mientras actuaba travieso como un gato, seguía grabada en su mente.

Sabía que, en su trabajo tendrían que cambiar de vestuario constantemente, y sería imposible ocultar las marcas de la noche pasada: las huellas de su pasión, los moretones, las marcas de dedos y otros signos evidentes serían difíciles de disimular. Pero no le importaba; no tenía intención de ocultar lo que habían compartido.

Mientras First acariciaba la espalda de Khaotung, sintiendo la calidez de su piel contra la suya, su mirada se desvió hacia el bolso de su novio, que estaba tirado en el suelo. De él sobresalían varias prendas de lencería de diferentes colores y diseños, y también un libro... Khaotung no leería un libro ni, aunque su vida dependiera de ello.

Movido por la curiosidad, First decidió investigar. Con cuidado, logró desenredar el cuerpo de su novio del suyo y caminó descalzo, tal como vino al mundo, hasta aquel objeto. Lo sostuvo entre sus manos, notando como el libro estaba desgastado por el tiempo, tanto que su título apenas era legible. Sin embargo, al pasar las páginas, un separador llamó su atención, indicando que ese contenido era importante. First leyó el título: "Polvo de Sueños", y detallaba con claridad su origen, dónde encontrarlo y cómo agregarlo a una receta. Aquel ingrediente, sin sabor y completamente indetectable, tenía el poder de sacar a la superficie los deseos más profundos de una persona.

Rainbow Cake | First x KhaotungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora