Nuevas lecciones con Elara Zephyr

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                                      🪻[Capitulo 4]🪻

Era domingo por la mañana, y la rutina de Shoganai y Shusu comenzaba como siempre. Después de despertarse temprano, dedicaron las primeras horas a sus ejercicios diarios. Shoganai, acostumbrada a mantenerse en forma y ágil, seguía una disciplina rigurosa, mientras Shusu la acompañaba desde su posición en lo alto, observando con curiosidad sus movimientos. Cuando llegó la tarde, satisfechos y hambrientos, disfrutaron de un almuerzo tranquilo, con el suave eco de las cucharas golpeando los platos y los comentarios sarcásticos de Shusu llenando el ambiente. Una vez terminado, ambos se dispusieron a limpiar.

—Esto siempre es lo menos divertido.—Dijo Shusu mientras observaba a Shoganai lavar los platos.—Debería haber un hechizo para hacerlo más rápido.

—Podrías ayudar, en lugar de quejarte.—Respondió Shoganai, con una sonrisa en los labios.

Con los platos ya limpios, se dispusieron a salir de casa, disfrutando del aire fresco mientras se dirigían hacia Salem. El cielo estaba ligeramente nublado, pero no lo suficiente como para arruinar el día. Sin embargo, conforme se acercaban a la ciudad, algo parecía fuera de lugar.

La ciudad de Salem tenía un encanto peculiar, donde lo mágico y lo cotidiano se entrelazaban de manera natural. Mientras Shoganai y Shusu recorrían las calles, notaron que no todo en ese mundo era perfecto. Los ríos que antes brillaban con destellos de magia ahora parecían opacos, y el aire, que siempre olía a frescura, estaba más pesado de lo habitual. Shoganai no tardó en comprender que algo andaba mal.

—Es la contaminación.—Murmuró Shusu desde el hombro de Shoganai. El pequeño búho con orejas de zorro agitó sus alas con incomodidad.—Desde que llegamos, lo he sentido en el aire.

Shoganai asintió. Había leído sobre esto en los informes mágicos de la directora Buena Sangre. Un fenómeno reciente estaba afectando no solo la atmósfera de la escuela, sino también el equilibrio natural de la ciudad. «¿Qué está pasando?»Se preguntó, mientras observaba cómo una niebla grisácea se asentaba sobre los techos.

Antes de que pudiera reflexionar más, Elara Zephyr, la nueva integrante de su familia, apareció a su lado. Con su presencia, la bruma se disipaba ligeramente, como si el entorno la respetara.

—Veo que se dieron cuenta. —Dijo Elara, con una sonrisa enigmática. Su cabello ondulado flotaba suavemente, como si siempre estuviera rodeada por una suave brisa, y su mirada revelaba un conocimiento profundo de los elementos.

Shoganai giró para mirarla, curiosa.—¿Qué es exactamente lo que está sucediendo, Elara? Esto no es solo contaminación normal, ¿cierto?—

Elara asintió y levantó una mano, señalando el cielo.—Correcto. La contaminación que ves es una combinación de polución mágica y humana. Las fábricas de Salem han estado utilizando fuentes de energía antigua sin control, y eso ha desequilibrado los elementos. Los hechizos que solían limpiar el aire y purificar el agua ya no son suficientes. Pero hay más. Hay un disturbio en las corrientes de aire... y en el poder que las controla.—

—¿Y tú puedes controlarlo? —Preguntó Shoganai, recordando la breve presentación de Elara y cómo su misma presencia influía en el ambiente.

—Así es. Mi especialidad son los vientos y las corrientes atmosféricas.—Explicó Elara con una sonrisa tranquila.—Puedo controlar el flujo del aire, limpiar la atmósfera y guiar las brisas para restaurar el equilibrio en las zonas afectadas. Pero también puedo escuchar lo que el viento me cuenta. Y el viento me ha dicho que este problema es más grande de lo que parece.

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⏰ Última actualización: Oct 31, 2024 ⏰

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