Capítulo II

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Llegas a la ciudad después de un largo viaje. Al bajar del tren ves el inmenso palacio. Esta a poca distancia de ti, su esplendor te atrae tanto como la luz atrae a una polilla.

Luz: Wow, ¡no me lo creo, de verdad estoy aquí!

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Mientras te vas acercando más, descubres muchos más detalles, como la mayoría de obras de arte complejas que se encuentran en las inmensas puertas. Le das tus datos al guardia que se encuentra frente a las puertas del palacio y te deja entrar.

Luz: Oh... Dios... Mio... ¡Las fotografías no muestran nada!

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Y la verdad has visto demasiadas. En tu casa tienes una caja llena de postales, fotografías y libros del palacio. Y eso sin mencionar que te has mirado cada película y documental de la Familia Real.

Luz: ¡Y ahora voy a empezar a trabajar para ellos, que locura!

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Todo esto parece un sueño. Jamás imaginaste aspirar para un trabajo así, mucho menos en el palacio.

Luz: Si todo sale como espero, pronto podre traerlos a todos para que vean estás maravillas. Y volver a mi hogar, todo volverá a la normalidad, y podre ir a la universidad a estudiar periodismos.

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Miras todo el palacio por unos minutos más antes de acercarte a la entrada del servicio.

Luz: ¡No debo llegar tarde mi primer día!

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Te quedas parada frente a la puerta de servicio. Los nervios te están consumiendo. Tus manos comienzan a temblar cuando te acercas a tocar el timbre.

Luz: Bueno, llego la hora. Mi vida cambiara para siempre ahora mismo.

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Estas tan nerviosa que no quieres tocar el timbre.

Luz: Estoy tan asustada. No se como será mi nueva vida aquí.

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Sin pensarlo dos veces, cierras tus ojos y respiras lentamente. Tu dedo está a nada de tocar el timbre cuando las puertas se abren de golpe y sale un grupo de gente. Uno iba tan apurado que no te vio parada allí y casi te tira. Tus reflejos hacen que te agarres de la pared antes de caer al suelo.

Luz: ¡Deberías tener más cuidado, y mirar por donde vas!

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Notas que nadie te ha visto, mucho menos escuchado. El grupo habla más alto que tú, mientras siguen su camino. Mientras ellos se van alejando, te alejas de la pared y te arreglas la ropa.

Luz: Me han ignorado como si no existiera. Supongo que tenían demasiada prisa como para notarme.

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EL FUTURO PRÍNCIPE (LIBRO I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora