Capítulo 12

21 4 14
                                    

CYZARINE

Falta poco para la cena. Siena me ayuda a subir el cierre del vestido negro que elegí para esta noche. Me ayudó a cubrir las marcas con más maquillaje del que debería, pero no se nota demasiado.

-Señoritas -llama un hombre a la puerta. -Los señores Morosov han llegado -anuncia al otro lado de la puerta.

-Por favor, anuncia que bajamos en unos minutos, Adrián -informa Siena corriendo para buscar algo que ponerse entre el monto de ropa que aún está esparcido en mi cama. Aún no se ha arreglado por ayudarme y por lo que me ha dicho sobre cómo viven aquí, no podemos llegar tarde.

-Azul o verde -pregunta enseñándome dos vestidos de ceda.

-Azul, te quedará muy bien -respondo dándome la vuelta para buscar un par de zapatos que convienen con ese vestido. ¿Negros o... plateados? Pienso mientras reviso el montón de zapatos ordenados en el suelo.

-Señoritas, solo tienen cinco minutos; sabe que no pueden llegar tarde.

-Un segundo, Adrián -grita Siena corriendo hacia mí para subir su cierre.

Le tiendo los tacones negros y ella se los calza mientras camina hacia el espejo de cuerpo completo en la habitación. No puedo negar que todo aquí es hermoso. No olvides que solo eres un negocio. Me dijo mientras le tuve el maquillaje a Siena.

-Tienes que bajar -me dice tratando de delinearse los ojos a toda velocidad. -Yo pondré cualquier excusa, tú no puedes cometer una falta ahora -me advierte y le mira mal...

Si ella llega tarde, pueden castigarla como lo harían conmigo; no hay excusas, ¿cierto?

-No bajate hasta que no estés lista -me pongo firme frente a ella-. O bajamos los dos o no bajamos.

¿Estás segura de que puedes confiar en estos dos?

No he pensado en eso, ¿puede que ellos digan la verdad? Pero esta es su familia; no te parece extraño eso de querer irse de aquí.

¿Es esto una trampa?

No estoy segura de si creer en todo lo que han contado, Alessandro, y mis hermanos, Joseph, y... Mis amigas, por lo que contaron, al único que no conocen es a Matías, ¿pero porque no lo harían si siempre está con nosotros?

Si te das cuenta, solo conocen a personas cercanas, y Matías solo es un conocido para el resto. Él no pertenece a la familia italiana. ¿Por qué lo conocerían si ni siquiera es parte de la mafia?

-Estoy lista -dice Siena abriendo la puerta de un tirón.

Cuando salimos de la habitación, me percaté de los guardias que hay en la puerta. Pasé por un lado del Russo idiota que quería matar a mis amigas cuando me dieron el collar.

¿El collar? El GPS, mis hermanos; Si soy idiota, mis hermanos llegarán en cualquier momento; solo tienes que hacer todo lo que ellos deseen hasta que lleguen; solo mantén la calma.

Bajamos acompañadas de los hombres de Dimitriy. Al llegar al comedor solo estaban mi abuelo, mi tío y Daniel. El ambiente estaba tranquilo, no había nada fuera de lugar. La mesa estaba puesta para ocho personas, y nosotros solo somos cinco. ¿Quién más vendrá?

-Buenas noches, pueden sentarse -nos invita mi abuelo.

Camino junto a Siena para sentarme a su lado; pero Dmitriy tiene otros planes. -Siéntate aquí -señala el asiento junto a Daniel frente a él- y tú -llama a Siena- te sentarás aquí a mi lado.

Siena se apresura y hace lo que le dice mientras yo rodeo la mesa y me siento junto a Daniel. Aún sigo sin confiar en ellos del todo. No sé si esto se trata de sacarme información; todo lo que me contaron puede ser una simple mentira. Lo que no me pasa por alto es la incomodidad de Daniel con su padre y el temblor de Siena cuando lo tiene cerca.

Dos Caras Una Vida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora