El juego de Lucifer. Parte II.

Capítulo 02.

Capítulo 02.- Criminal.

Cuatro meses después.

Lucille Feramore.

Él ya no era el gobernador de Illinois.

Su mandato terminó este año y este mes; enero.

Alguien más ocupaba su lugar y por supuesto, él no estaba preocupado en lo más mínimo.

Ahora su objetivo era otro.

La presidencia de Estados Unidos.

Era el favorito en las encuestas y solo era cuestión de tiempo para que oficialmente lo lanzaran como el candidato del partido demócrata.

Sobre todo porque contaba con el apoyo del actual presidente de Estados Unidos.

En unos meses serían las elecciones y Alonzo Feramore tenía todas las de ganar.

Suspiré con pesadez y dejé el libro sobre la mesa al lado de la camilla. Mis ojos recayeron en el hombre sobre ella. Habían pasado cuatro meses enteros y él aun no daba indicios de querer despertar.

Su estado había conmocionado al país entero.

En especial a su familia.

Una sola pregunta invadía todos los tableros de noticias todos los días.

¿Xander Loughty despertará algún día del coma?

No se sabía.

Ni siquiera los médicos estaban seguros de ello.

Pero ahora, solo me quedaba aferrarme a esa pequeña esperanza de que así fuera. Xander era la única protección que tenía, que me quedaba.

El aliado que alguna vez tuve y que estaba dispuesto a convertirme en su prioridad, ahora...

Sacudí la cabeza.

Me prometí jamás volver a pensar en él.

Me prometí hacer hasta lo imposible con tal de sacarlo de mi mente.

Despierta, Xander ―susurré―. Eres todo lo que me queda.

Todo lo que me quedaba para lograr salir ilesa de esta guerra en contra de mi padre.

Suspiré bajo cuando noté que la puerta de la habitación se abrió. Por ella entró el presidente, extendiéndome una sonrisa amable y apacible.

―Hola, cielo. ¿Cómo va todo?

Sonreí con tristeza.

―Ha habido días mejores.

Él asintió.

Suspiró con pesadez y se adentró a la habitación para sentarse en una silla libre del otro extremo de la cama en la que se encontraba su hijo.

―Lo entiendo ―carraspeó―. Has estado los últimos cuatro meses aquí metida día y noche, ni siquiera has regresado a Chicago desde entonces. Creo que deberías descansar, cielo.

―No me moveré de aquí hasta que Xander despierte.

―Agradezco tu amor hacia él, pero nosotros también podemos cuidarlo. No debes preocuparte tanto ―continuó―. La campaña de tu padre comenzará pronto y te necesita a su lado.

―Mi padre es fuerte, sé que podrá con esto solo ―suspiré―. Además, tiene su apoyo, señor Loughty. Estoy segura de que lo que él desea, es que me mantenga al lado de mi prometido durante y después de su recuperación.