Capítulo 17

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Narra Autor

Bosque de las hadas, Britania

Se puede ver el cuerpo de hadas y gigantes en el suelo, a la par que unos pocos cuerpos humanos, caminando a traves de esa masacre dirigiéndose a la pequeña base de stigma ubicada en este lugar, se encuentra el mandamiento del Desinterés Gowther y el mandamiento de la fe Melascula. El joven de cabellera rosa está viendo todo esto con curiosidad, ya que no esperaba que el pequeño grupo de humanos que se habían aliado a sus enemigos, los traicionaran de esta forma ocasionando una masacre como esta, siendo para el algo demasiado interesante y digno de investigación. Por otra parte la mujer que lo acompaña parece bastante molesta, aunque aliviada, ya que no está en la batalla que se lleva a cabo ahora mismo, entre los mandamientos restantes y tres de los cuatro arcángeles, ya que inicialmente vinieron a rescatar a los rehenes que el clan de las diosas capturo del purgatorio, y que frente a ellos ejecutaron.

Melascula: Estas seguro de este plan... Gowther –mencionó viendo a la marioneta, pero este se encuentra ingresando por su cuenta al gran pilar-

Gowther: Posiblemente no haya mejor oportunidad que esta, ya que el miembro más poderoso de los arcángeles no está presente, y ya desde hace unos de años que no se sabe nada del temible Samael en los campos de batalla –dijo para sí mismo, mientras ve a Nerobasta perdida en sus pensamientos, siendo esta una gran oportunidad-

Reino de las Diosas, Anfiteatro celestial

Nuestro querido protagonista se encuentra sentado en una de las gradas, su mirada está perdida al suelo, perdido en sus pensamientos, en los últimos años este ha sido su lugar a visitar, ya que la soledad posiblemente haya sido su más fiel acompañante desde hace tiempo, la cual no ha sufrido las consecuencias de sus decisiones. Internamente sabe que este decisión provoco más conflictos que soluciones, ya sea con su propia familia, su madre, su hermana menor, o sus propia gente, y aquellos que depositaron su confianza y fe en el a lo largo de su vida, en este preciso momento nada de eso importa porque ya no vale nada. Samael empezó a ver sus manos, pensando en muchas cosas, pero repentinamente sintió un fuerte dolor de cabeza, a la par que se percató de que en su mano, aquella peculiar marca rojiza aparecio de nuevo, pero esta vez fu diferente, ya que rápidamente el dolor se convirtió en una intensa presión en el pecho, la cual solo duro unos pocos segundos.

El primogénito de la Deidad Suprema empezó a respirar agitadamente pero rápidamente se dio cuenta de algo muy curioso y sorprendente, ya que por alguna razon esta extraña y repentina presión que sintió en su pecho, aumento la afinidad y nivel de sus sentidos, permitiendo sentir la esencia mágica de todos los miembros del clan de las Diosas en el mundo. Esto duro nos tres segundos, regresando a la normalidad, aunque lo sucedido le permitió darse cuenta de algo que provoco su inquietud enormemente, y es el hecho de que la esencia de su madre no se encuentra en el reino, sino que estaba viajando rápidamente, pero tiene una idea de donde se está dirigiendo, nuevamente se congelo por unos segundos por no saber cómo accionar, pero frente a él, producto de su desesperación, su mente genero la imagen de su maestro Nanashi preguntándole que es lo que planea hacer, que haga lo que haga ya no habrá vuelta atrás.

Samael soltó un largo y pesado suspiro, para acto seguido extender sus alas y emprender el vuelo, en dirección a la tierra de las hadas, ya que según escucho antes de venir aquí, tiene una base de stigma en ese lugar, ademas de que pudo sentir la esencia de su hermana menor, y ella es actualmente el objetivo de su madre. Para no perder tiempo está utilizando todas sus capacidades para llegar a la ubicación de Elizabeth lo antes posible, logrando en cuestión de unos pocos minutos llegar al límite de los dominios del Clan de la Diosas viendo de reojo los viejas islas flotantes en las que antiguamente los guerreros de las Diosas entrenaban, pero cuando ya estaba a punto de cruzar el límite, alguien lo detuvo descendiendo desde gran altura cortando su viaje. Freten al príncipe del clan de las Diosas se encuentra el miembro más poderoso de los cuatro Arcángeles, cuya mirada refleja pena y tristeza por tener que hacer esto, en especial a alguien que admira como maestro, ademas de ser el hermano mayor de la mujer por la que siente un gran afecto, aunque por lo que sabe nunca será correspondido, por otra parte Samael tiene una expresion seria decorando su rostro.

Reencarnando en Nanatsu no Taizai: Familia o DeberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora