Encuentro bajo la tormenta

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Bajo la lluvia torrencial de una noche fría, Pond caminaba solo por las calles, perdido en sus pensamientos. El agua empapaba su chaqueta y resbalaba por su rostro, pero apenas lo notaba. Al girar en una esquina, vio una figura inmóvil bajo la débil luz de una farola. Un joven, con la mirada vacía, estaba de pie como si el tiempo no existiera para él.

Pond frunció el ceño, intrigado. Se acercó despacio y, cuando estuvo lo suficientemente cerca, habló con suavidad:

— ¿Estás bien?

El joven se sobresaltó, como si lo hubieran sacado de un trance, y lo miró con una mezcla de sorpresa y confusión.

— No sé... —fue su respuesta, tan simple como desconcertante.

Pond lo observó un momento antes de quitarse la chaqueta, aún húmeda por la lluvia, y tendérsela al chico.

— Ten... está un poco mojada, pero te servirá para calentarte —dijo con una pequeña sonrisa.

El chico lo miró, dudoso al principio, pero tras unos segundos aceptó la chaqueta con manos temblorosas.

— Gracias... —susurró.

Se quedaron en silencio por unos minutos, el sonido de la lluvia envolviéndolos como un velo. Finalmente, Pond rompió la quietud.

— Sé que no es asunto mío, pero... ¿qué haces por aquí solo?

El chico lo miró de reojo, su rostro reflejando una batalla interna, y tardó en contestar.

— Son... problemas personales.

Pond asintió, no queriendo presionarlo.

— Está bien... —hizo una pausa—. ¿Cómo te llamas?

El chico lo miró extrañado, pero respondió después de unos segundos.

— P-Phuwin.

Pond esbozó una leve sonrisa.

— Mucho gusto, Phuwin. Yo soy Pond.

Phuwin hizo una pequeña reverencia con la cabeza, agradecido por la amabilidad. Después, se atrevió a hacer una pregunta.

— Y... ¿qué haces tú por aquí, solo?

La sonrisa de Pond desapareció de inmediato. Su expresión se volvió pensativa, y su mirada se perdió en la distancia. Phuwin notó el cambio y agitó una mano frente al rostro de Pond, preocupado.

— Oye, ¿estás bien?

Pond se sobresaltó ligeramente y soltó una risa suave.

— Lo siento... no es nada, prácticamente lo mismo que tú, supongo —respondió, aunque su tono sonaba incierto.

Phuwin lo miró, no del todo convencido, pero no insistió. Desvió la mirada hacia el otro lado, dejando que el silencio se acomodara entre ellos nuevamente.

——🌧️🌙🌧️——

Al día siguiente, Phuwin no pudo conciliar el sueño. Era madrugada, y después de varias horas de dar vueltas en la cama, decidió salir a caminar. Las calles estaban desiertas y el frío de la noche lo envolvía, pero caminar le daba una extraña sensación de alivio. A medida que avanzaba, vio a lo lejos una figura familiar sentada en el borde de la acera, con la mirada fija en un solo punto.

Era Pond.

Se veía agotado, con profundas ojeras bajo los ojos, como si tampoco hubiera dormido en toda la noche. Phuwin se acercó lentamente, sintiendo un nudo en el estómago.

— H-hola... —dijo tímidamente.

Pond levantó la vista y lo reconoció al instante, esbozando una leve sonrisa.

Bajo el mismo cielo - PondPhuwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora