Lo que esconden las sombras

CAPÍTULO 2

Me miro en el espejo y sonrió con la chica que devuelve la mirada.
Cuando terminé de vestirme llegó Lilit a ayudarme con el peinado y maquillaje.
Optamos por un recogido que fijara en su lugar la tiara y escogimos unos pendientes  sencillos para que no se robaran la atención sobre las demás prendas.
La gargantilla hace que mi cuello se vea más alrgado y que mis ojos resalten. Tengo en mis manos unos hermosos guantes a juego con el vestido y unos tacones blancos no visibles gracias al vestido.
Cuando terminó de inseccionar mi aspecto doy media vuelta y sonrió ante la imagen de Emma y Abigail ya listas para bajar al salón donde todos esperan.
- Summer estas preciosa- dicen las dos al unisono y comienzan a reír.
- Gracias ustedes están deslumbrantes- digo dándoles una media sonrisa.
Abi lleva un vestido blanco con pequeñas piedras brillantes en el escote y una falda lisa hasta el suelo, cubriendo casi del todo su hermosos tacones color coral.
Emma no se queda atrás con vestido digno de su pueblo natal, el mar. Ella es una sirena que desde muy pequeña tubo que abandonar el océano ya que en este se estaba desarrollando una guerra, hoy en día terminada. Pero como al terminar la guerra no quiso regresar al mar, ha vivido en nuestro castillo por años. Volviendo al tema de la vestimenta. Lleva un vestido pegado al cuerpo hecho de escamas verdes y doradas  que la hacen resaltar su  hermoso cabello rubio. Lleva tirantes finos y la falda es un poco más corta que la de Abi dejando ver por completo sus tacones dorados con pequeños toques de verde claro.
Alguien llama a la puerta una criada se asoma y dice que vamos tarde a la celebración.
- Si todo está en orden, vamos a divertirnos- dice Abigail con una sonrisa y sus ojos verdes brillando de felicidad.
Ya en lo alto de la enorme escalera, nos turmanos para bajar y ser anunciadas ante todos.
- Presentando, a la su alteza real, la Princesa Abigail Brown- anuncian y todos voltear a ver a mi hermana bajar despacio para no tropezar con la tela del vestido.
- Presentando a su alteza Emma, princesa de las profundidades del océano- presentan y todos la miran con sorpresa.
- Presentando, a su majestad, la Princesa Summer Brown.- Dicen mi nombre y todos los ojos se van hacia mí inspeccionando mi cuerpo y atuendo.
Me aseguro de mirar a todas partes sin  descuidar mi andar. Cuando miro el fondo del salón veo una sombra que se esconde entre le gentío. No..espera no una sombra, miles de ellas están esparcidas por la sala. Trato de sonreír para ocultar la sorpresa de mis ojos.
Termino de bajar y me ubico junto a mi hermana y mis padres.
- Que comience el baile- decreta el rey y todos hacen una reverencia hacia nosotros.
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Luego de algunos minutos me decido a ir hacia el área más alejada de la sala donde vi las sombras.
Pero antes de dar dos pasos alguien me toma del brazo.
Volteo y veo a mi madre sonriendo.
-  Hija, te presento al príncipe Liam Mairam- dice ella y yo miro a su lado. Un chico de aproximadamente 1.80 me mira con una sonrisa. Tiene unos ojos negros que son inquietantes.
- Mucho gusto Princesa Summer, ya debe de saber mi nombre ,es un placer conocerla- dice y todo en el me pone nerviosa.
- El placer es mío- digo secamente- Con permiso debo ir a un lugar en este momento- me dirijo a los dos y después de un asentimiento de parte de mi madre, continuo mi camino hacia el fondo de la habitación.
Cuando llego veo que no hay nada pero estoy segura que si en este momento me volteo voy a ver a los espías que me han estado persiguiendo todo el día. Puedo sentir sus miradas.
Me volteo y...no son los espías, son un par de ojos de diferentes  colores, uno gris y el otro azul.
No es una criatura, es un hombre de al menos 2 metros. (Quizás exagero pero cuando uno mide 1.55 todo lo ve más grande). De una musculosa complexión física y mandíbula marcada. Hombros anchos y manos gigantes. Me está mirando con una media sonrisa y ojos burlones.
Pestañeo y desaparece.
Alguien me toma de la mano y me sobresalto.
- Te he estado buscando por todas partes Summ- veo a mi hermana y me tranquilizo.- ¿Que haces aquí?- pregunta y no se que responder.
-  Definitivamente hay muchos ojos mirándome esta noche.- digo, la tomo de la mano y llevo entre la gente.
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