Capítulo 2 Castigos
Se puede decir que aparte del castigo de la pared, la pequeña también tuvo otros un poco severos diría yo.
Uno de ellos fue cuando jugaba con las muñecas de porcelana que a su madre no le gustaba que tocaran. Eran unas pequeñas muñecas con estilo de época victoriana las cuales su madre apreciaba tanto ya que era un regalo de sus padres y por esa razón no dejaba que alguien las tocará. Estas estaban de adorno en una repisa echa de madera en la sala de star y se puede decir que a todos les llamaba la atención y más de la chica que solo tenía unos cuatro años cuando tomó aquellas muñecas y jugó con ellas mientras su madre dormía. Mientras jugaba con ellas tropezó y unas de estas calló al suelo rompiéndose.
La madre al escuchar el sonido de aquella muñeca rota, se levantó rápidamente y fue a la sala donde encontró a la niña llorando y tratando de reparar lo que había roto. Su madre consumida por la ira fue hasta la cocina y tomó una espátula de madera y comenzó a pegarle a la chica que lo único que sabía era suplicar y pedir perdón por el error, pero su madre no la escuchó y le siguió pegando.
Después de todo no le dejó marcas pero si una advertencia para que no dijera nada a su padre, le advirtió que si le decía algo a su padre la dejaría en la calle sola para que un carro la dejara atropellada y echa una pizza como ella decía.
Su padre al llegar no sospechó de nada pero los bellos ojos color verde de la niña se podía ver cómo pedía ayuda con la mirada. Sus ojos pedían salvación de aquel maltrato y aunque no dejará marcas dejó un daño en su corazón.
Otra de las veces en que hizo llorar a la niña fue la vez en las que esta tomó unas tijeras y se cortó un mechón de pelo por pura diversión y cuando se apareció delante de su mamá y papá para enseñarles y posar para ellos, la madre enfurecida la tomó por el brazo tirando de ella hacia la habitación a gritos y golpes fuertes. Su padre desesperado fue detrás de ellas y tomó a la niña en brazos calmandola y soportando los gritos de su esposa.
En un día de lluvia el cielo se veía precioso por un arcoiris, la niña tan emocionada fue corriendo a donde estaba su madre la cual estaba viendo una de esas novelas turcas y ni siquiera la escuchó si no que la mando a callar. La pequeña triste porque quería mostrarle la belleza de la naturaleza, se fue de vuelta al balcón con un nudo en la garganta y al sentarse no lo evitó y comenzó a llorar en silencio para no molestar a su madre.
Luego de eso se seco las lágrimas al ver venir a su padre y entusiasmada lo espero en la puerta, este la recibió con un fuerte abrazo pero la chica notó que el olía a alcohol y ya sabía que eso no significaba nada bueno. Al bajarse disimulo y le pidió una hoja para dibujar un arcoiris, el padre con gusto se la dió y la chica se sentó con su mini silla en la mesita en la que comenzó a sacar su gran caja de crayones que una de sus hermanas mayores le regaló por su cumpleaños.
Mientras la niña dibujaba escuchó varios gritos en la habitación de al lado, eran gritos de sus padres. Su madre peleaba con su padre porque este había llegado borracho a casa y ella pensaba que había salido con otra mujer. Esto a la niña la verdad no es que la dejara impresionada ya estaba bastante adaptada a este tipos de gritos y discusiones. Sin embargo la pequeña no lo pudo evitar y lloró por un momento arruinando el dibujo que estaba haciendo remplazandolo por unas nubes oscuras.
Se podría decir que los niños a esa edad eran bastante débiles pero ella lo era más al menos eso pensó mientras pasaba el tiempo.
Ya la niña tenía cinco años y era su primer día de escuela en preescolar. La pasó de maravilla y allí conoció a una amiga y una enemiga. Básicamente la enemiga era una chica rubia llamada Sara la cual no se llevaba bien con ella, hasta incluso arruinó una muñeca de nuestra nena, para tan sólo pegar las estrellas en su oso gigante. Y pues su amiga era la que siempre la defendía y protegía, esa chica tiene un nombre inolvidable "Rosa Naura" de esa nombre nuestra niña jamás se olvidará.
Se puede decir que a nuestra nena se le agota la paciencia demasiado rápido y es mejor no molestarla ni tomarle nada. La primera vez que perdió la paciencia con alguien fue con un niño que tomó su pulpo de plástico. El chico subió a las mesas y comenzó a correr y ella frustrada lo imitó para conseguir de vuelta su pulpo. Todo aquello fue en vano no sirvió de nada, los vieron y los llevaron a la dirección. Esa vez fue la única en la que no le pegaron pero si se llevó un regaño bien fuerte.
Las cosas cambiaron cuando comenzó primer grado Escolar. Sus nuevos compañeros le decían todo el tiempo que sus padres no eran sus padres que eran sus abuelos, lo decían tan serios que era casi creíble pero la chica jamás les hizo caso y sólo se enfadada. Hasta que volvió a perder la paciencia.
En su salón de clases mientras un niño se burlaba de ella por no creer en nada de lo que le decían, eso provoco que la niña terminar en la dirección por apuñalar al niño en el estómago y nariz dejándolo herido. Su violencia llegó a ese punto que los niños no le dijeron nada más del tema. Pero ese mismo día cuando llegó a casa lo que le esperaba ers demasiado, esperó de todo menos de lo que le pasó.
Al llegar a casa su madre le empezó a pegar y a gritar llevándola hasta la habitación. Allí en ese lugar con la niña encima de la cama encogidose para evitar los golpes, su madre el partió un palo en la espalda, si un palo. El grito de la niña fue grande y su llanto fue aún peor.
Pero lo que la niña traviesa, violenta y llorona jamás imagino fue que ese sería su último castigo.
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Ella existe pero en el pasado
Подростковая литератураLa historia de una chica que tuvo que aprender a ser fuerte desde una edad complicada, su vida no es fácil y aún así logra seguir su vida.