Pov Alondra.
Silencio.
Es todo lo que había después de que subí al auto de Rai, esto es bastante incómodo para mi, y pienso que también para ella, Dios, ¿cuándo termina está tortura?, es muy raro todo esto.-Emh, ¿cómo va tú curación? -escuché la voz de Rai a un lado de mi, haciendo que el silencio por fin terminara.-
-¿Curación?, ah, la curación, si, mhm bien, supongo, algunos moretones, tuve que llegar ayer y esconderme rápido en mi cuarto, para que mamá no se diera cuenta, y me viera.
-Waoh, López, ¿y para salir hoy a la escuela cómo le hiciste?
-Rai, ¿no lo notaste? -voltee a verla, pero ella no a mi ya que su mirada estaba puesta en el camino.-
-¿Notar qué? -ahora si volteó un momento hacía mi, ya que la carretera estaba libre.- Los moretones... -miro el camino.-
-Ajá. -levanté mi ceja.-
-En tú rostro...
-Si?
-No están. -una vez más hacia mi, yo asentí.- Es casi imposible que se borren en menos de un dí...No puede ser!, ¿usaste maquillaje?
-Puede ser.
-Dios, casi ni se nota, es genial. -asentí.-
-Fue el único método que encontré rápido, y lo usé, así sin más, odio el maquillaje en mi, pero hoy fue una excepción.
-Por primera vez el cerebro te funcionó rápido, y te dio una idea, López, que milagro.
-Para ti nunca puede haber una plática normal, ¿cierto?
-¿De qué hablas?
-Siempre que avanzamos un poco, me dices cosas, o tratas de ofenderme.
-¿Avanzar?, en tú mente, Michelle, yo no quiero tener algún tipo de avance contigo.
-Pues ni yo contigo, pero el estar aquí sola contigo en tú auto, me resulta muy incómodo, así que encuentro algún modo de que no lo resulte tanto.
- Yo buscaba lo mismo, por eso te saqué plática, no porque me apetezca mucho hablar contigo.
-Pues yo también por eso te respondí! -Ella solo soltó un bufido.-
¿Qué?, se dan cuenta que todo lo que dijimos Rosario y yo fueron incoherencias, todo mal, wtf, pero a huevo queremos discutir.
Pov Rai.
Después de varios minutos de tortura, estábamos a nada de llegar a casa, ¿quién me manda a vivir tan lejos?, lo odio, odio tener que levantarme más temprano de lo normal para llegar a la escuela a tiempo, odio tener que conducir hasta allá y de regreso igual, pero más odio tener que llevar a Alondra a un lado de mi, pero me tenía que ofrecer a llevarla, le hubiera dicho que agarrara un bus o algo, pero no, tuve que traérmela yo, agh.
-Llegamos. -por fin-
-¿Está es tú casa? -dijo Alondra viendo solo el gran portón desde afuera.-
-Mhm. -el portón comenzó a abrirse y yo avancé en el auto.-
-Es enorme.
-Tiene sus desventajas, es bastante fría. -estacione el auto y baje de este, segundos después Alondra bajo también.-
-No sé cómo puedes vivir aquí y ser tan amargada, yo sería plenamente feliz por el resto de mis días.
-¿Quién dice que no soy feliz?
ESTÁS LEYENDO
Entre el Odio y el Amor.
أدب الهواةAlondra, después de estar viviendo todo un duelo encerrada en casa después de el abandono de su padre, es obligada a regresar a la escuela y terminar sus estudios. Resignada a vivir de nuevo la vida de estudiante, se topa con Rainelis una chica mima...