Song 004

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Song 004

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Song 004

I Knew You Were Trouble-Taylor Swift

"Cause I knew you were trouble when you walked in..."

"

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Emma había llevado a su hermano menor, Rowley, a la casa de los Heffley para pasar la tarde con su amigo Greg

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Emma había llevado a su hermano menor, Rowley, a la casa de los Heffley para pasar la tarde con su amigo Greg. A pesar de que no tenía la intención de quedarse, algo la había hecho querer entrar. Tal vez era simple curiosidad, o tal vez, una necesidad de asegurarse de que todo estaba bien entre ella y Rodrick.

—Gracias por traerme, Emma —dijo Rowley mientras bajaba del auto—. Te veo luego.

—Cuídate, Rowley —respondió Emma con una sonrisa, viendo cómo su hermano se apresuraba hacia la puerta de los Heffley.

Susan, la madre de Rodrick y Greg, lo recibió con una sonrisa amplia. Emma podía escuchar la animada conversación mientras Rowley entraba. Dudó por un segundo en irse, pero algo la detuvo. Tal vez era la necesidad de ver a Rodrick. Así que, después de un profundo suspiro, caminó hasta la puerta.

Susan abrió antes de que Emma pudiera tocar.

—¡Emma! Qué gusto verte, ¿quieres pasar? Greg y Rowley están arriba —le dijo con su típica amabilidad.

—Oh, gracias, pero no me quedaré mucho. Solo venía a dejar a Rowley —dijo Emma, intentando sonar casual. Sin embargo, mientras hablaba, algo en su pecho le decía que debía entrar.

Susan insistió, y antes de que Emma pudiera negarse, ya estaba dentro. Miró alrededor de la sala familiar, el caos típico de la familia Heffley siempre presente. Los gritos de Greg y Rowley jugando arriba llegaban desde el piso superior, pero lo que atrapó su atención fue una conversación más baja, proveniente del comedor.

Al acercarse con cuidado, el corazón de Emma dio un vuelco. Allí estaba Rodrick, sentado en la mesa, rodeado de libros y papeles. Pero lo que realmente captó su atención fue Jade, sentada a su lado. Emma no pudo evitar notar que Jade estaba demasiado cerca, su lenguaje corporal era coqueta, inclinándose hacia Rodrick con una sonrisa que claramente mostraba más interés del necesario para una tarea escolar.

El ceño de Emma se frunció. Sabía que Rodrick y Jade tenían un proyecto que hacer juntos, pero la cercanía de Jade, y la forma en que Rodrick no parecía notarlo, la incomodaron. Antes de que pudiera retroceder y marcharse sin ser vista, una pequeña voz la interrumpió.

—¡Emma! —gritó una vocecita emocionada.

Era Manny. Manny la había visto desde el otro lado de la habitación y corrió hacia ella con una gran sonrisa, abrazándola por la cintura.

—¡Hola, Manny! —dijo Emma con una sonrisa, agachándose para abrazarlo. El niño se aferró a ella, ajeno a la tensión que Emma sentía al otro lado de la habitación.

Rodrick levantó la vista, sorprendido al ver a Emma. La expresión en su rostro cambió de concentración a algo más suave, aunque también con una pizca de confusión por la repentina aparición de su novia.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Rodrick, poniéndose de pie y acercándose.

Emma se enderezó lentamente, aún con Manny aferrado a su pierna. Dio un vistazo rápido a Jade, quien apenas miró hacia arriba, fingiendo estar completamente inmersa en la tarea. Emma trató de mantener la calma, pero el nerviosismo la invadía.

—Solo vine a dejar a Rowley —respondió Emma, intentando sonar despreocupada—. No quería interrumpir nada.

Rodrick sonrió y, por un momento, el ambiente incómodo pareció disiparse, pero Emma seguía notando la presencia de Jade demasiado cerca. Trató de soltar una sonrisa, pero algo dentro de ella estaba inquieto.

Después del tenso momento en el comedor, Emma trató de relajarse mientras Manny seguía pegado a su lado. Rodrick había vuelto a su asiento junto a Jade, tratando de enfocarse nuevamente en su tarea. Sin embargo, Emma no pudo evitar sentir cómo Jade le lanzaba miradas ocasionales, como si quisiera medir su reacción.

Jade, con su sonrisa aparentemente amable, se inclinó hacia Manny, tratando de entablar una conversación.

—¡Hola, Manny! —dijo Jade con una dulzura fingida—. ¿Qué tal si vienes aquí conmigo? Te puedo enseñar a dibujar algo divertido.

Manny, que normalmente era curioso por naturaleza, miró a Jade con el ceño fruncido, pero luego apretó aún más el agarre en la mano de Emma. Se aferró a su pierna con más fuerza, enterrando su cabeza en su costado.

—No —respondió Manny con simpleza, sin molestarse en mirar nuevamente a Jade. Su voz era decidida, casi terquedad pura.

Jade rió incómoda, como si no pudiera creer que Manny la había rechazado tan rápidamente.

—Vamos, Manny —insistió, esta vez agitando un bolígrafo frente a él—. Puedo enseñarte a dibujar una estrella, ¿te gustaría?

Pero Manny no mostró interés. Si acaso, el pequeño se escondió más detrás de Emma, como si quisiera alejarse aún más de Jade.

—¡No! —repitió Manny, esta vez en voz más alta, sacudiendo la cabeza mientras se aferraba a Emma como si fuera su refugio seguro.

Emma, que había estado observando la interacción, no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa. Claramente, Manny prefería estar con ella. Se agachó a la altura del pequeño y lo abrazó con suavidad, acariciando su cabello.

—Está bien, Manny, no tienes que ir si no quieres —le susurró en voz baja, lo suficientemente cerca para que Jade también escuchara.

Jade frunció los labios en una línea delgada, visiblemente molesta por el rechazo del niño. Trató de disimular su incomodidad con una risa forzada.

—Parece que eres su favorita —dijo Jade, intentando sonar despreocupada, aunque sus ojos reflejaban algo de irritación.

—Parece que sí —respondió Emma con una sonrisa leve, acariciando el cabello de Manny, quien la miraba con adoración.

Rodrick, quien había estado escribiendo en sus papeles, levantó la vista de la tarea. Miró a Emma y luego a Manny, notando el rechazo total hacia Jade. Aunque no dijo nada, Emma pudo notar una pequeña sonrisa divertida formarse en sus labios. Tal vez, al final, él también encontraba graciosa la forma en que Manny se negaba a dejarla.

Jade, frustrada por no lograr captar la atención del niño, se encogió de hombros y volvió a enfocarse en la tarea, aunque su expresión reflejaba que no estaba tan contenta como antes.

—Emma, ¿me puedes cargar? —preguntó Manny con su vocecita dulce.

—Por supuesto —dijo ella, levantándolo en brazos sin dudar. Manny se acomodó en su hombro, claramente satisfecho de estar solo con Emma.

Mientras se alejaba un poco del comedor, Emma no pudo evitar sentir una pequeña victoria interna. No necesitaba decir nada más. El rechazo de Manny hacia Jade había hablado por sí solo.

Dear Song-Rodrick Heffley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora