🌼 TomJake Family 🌼

31. 🍰🌼 & 🌻[capitulo largo.]

Posible Angst.

A todos nos tendrá que llegar el descanso eterno, y ya era el turno de Miriam.

Pero ella estaba en paz 🌼.

♡♡

Miriam había estado hospitalizada, debido a su avanzada edad y unas cuantas dificultades, pero todo parecía bien los últimos días, Miriam se mantuvo fuerte, pensaron que era hora de darle de alta.

—Hola, Miriam.—El peliazul se acercó con delicadeza a la mujer. Está la miró un poco confundida.— Soy Jake, Me recuerdas, ¿verdad?

Miriam había tenido algunas lagunas mentales y olvidaba cosas.

Ante el temor de Jake, Miriam solo río, quizás algo débil.

—Estoy bromeando, cariño, claro que se que eres tú, Jake.—El mencionado sonrió y fue a abrazar a la mayor. — ¿Vienes a despedirte o a ver si ya me olvidé de ti, eh?

Jake sonrió, aunque una pequeña lágrima escapó de sus ojos. Se separó de ella, tomando su mano, la piel arrugada pero cálida contra la suya.

—No seas así, Miriam. Vine a firmar los papeles para llevarte a casa. —Le besó la frente con ternura—. Aún te queda tiempo para seguir molestándome a mí, a Tom y a los mellizos... Y Amelia, claro. Ya sabes que te adoran.

Miriam rió nuevamente, su risa ahora más suave, como un eco de lo que solía ser. Pero sus ojos brillaban con algo más, algo profundo, como si supiera lo que estaba por venir.

—Ah, esos niños... Se parecen a tantos a ustedes dos, par de tontos.—Miriam suspiró, el contrario se rió.—. Jake, estoy tan orgullosa de ti, de todo lo que has logrado. De la familia que formaste. Eres un buen hombre, uno que sabe amar. Y eso es más de lo que mucha gente puede decir. Siempre te preocupas demasiado por mí...

Jake apretó su mano, sintiendo el peso de cada palabra. Sabía que Miriam estaba siendo sincera, pero también sentía que había algo más, algo que ella no estaba diciendo. Se sentó a su lado, mirando esos ojos que habían sido su salvación en los momentos más oscuros.

—¿Y como no hacerlo? Miriam... —Jake comenzó, pero su voz se quebró un poco antes de poder continuar—. Tú hiciste más por mí de lo que podré agradecerte jamás. Aquella noche... cuando me llamaste, cuando estaba... cuando estaba pensando en acabar con todo, tú me salvaste la vida.

El silencio en la habitación se volvió pesado. Miriam asintió lentamente, sus ojos se llenaron de una tristeza suave, pero también de gratitud.

—Jake, tú también me salvaste a mí, ¿sabes? Si no te hubiera conocido, hubiera esperado mi final sola, sin alegría. Tú me diste la oportunidad de volver a reír, de sentirme viva. —Miriam tomó las manos de Jake entre las suyas y le sonrió—. Gracias por eso, por darme una razón para quedarme un poco más.

—No hables como si me fueras a dejar, Miriam. Volveremos en un ratito, ¿Bien? Vamos a arreglar los papeles para que puedas irte a casa con nosotros.—dijo Jake, con una sonrisa dulce mientras se levantaba del abrazo.

—No te tardes —bromeó Miriam, pero su sonrisa tenía una cualidad resignada que paso desapercibida para Jake.

Los dos hermanos salieron de la habitación, y Miriam se quedó sola. Miró hacia la ventana, sonriendo levemente mientras suspiraba.

Sabía que su tiempo se agotaba..

Jake y Shawn estaban de vuelta al cabo de unos minutos. Al acercarse al pasillo, un sonido ensordecedor los detuvo en seco. Un pitido largo, el sonido de una máquina que marcaba la ausencia de vida. Jake sintió cómo su corazón se aceleraba, su piel se enfrió y el miedo que había estado reprimiendo todo este tiempo se desató.